jueves, 5 de marzo de 2015

Ya está lista la ley que prevé más control estatal sobre los trenes

Servicios públicos. Renegociarían los contratos con los actuales concesionarios. Y avanzarían sobre los servicios de carga.
Alejandro Alfie
El Gobierno planea renegociar los contratos de concesión de los cinco operadores privados ferroviarios, donde participan Techint, Roggio, Emepa, Loma Negra y Aceitera General Deheza. Esos operadores tendrán un mayor control del Estado, a través de la nueva Ferrocarriles Argentinos, cuyo proyecto de ley terminaba de pulir ayer el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, con el objetivo de enviarlo pronto al Congreso.


“El Estado pone mucha plata para las inversiones de los operadores privados. Por ejemplo, hay US$ 1.200 millones del convenio con los chinos para recambio de vías, que también los benefician a ellos”, contó una fuente oficial. Y agregó que el Gobierno quiere “tener un rol central en el nuevo esquema ferroviario, con por ejemplo tarifas subsidiadas para el transporte de carga en las economías regionales o nuevas metas en el transporte de pasajeros”, entre otros objetivos.


La Presidenta anunció el domingo, en su mensaje al Congreso, que iba a enviar “un proyecto de ley para recuperar por parte del Estado la administración de los ferrocarriles argentinos”. Eso le permitirá potenciar la candidatura presidencial al ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, a quien ven en la Casa Rosada como el continuador del proyecto kirchnerista.

Los operadores ferroviarios privados temen que el Gobierno planee “ir por todo”, quitándoles las concesiones del transporte de pasajeros y de cargas. Por eso, están dispuestos a que los cambios se resuelvan sin demasiados conflictos ni demandas, como se hizo hasta ahora.

Hay cinco ferrocarriles que siguen siendo operados por privados: los de transporte de pasajeros Urquiza (Roggio) y Belgrano Norte (Emepa, de Gabriel Romero); y los de transporte de cargas Ferrosur (Loma Negra, de la brasileña Camargo Correa), Ferroexpreso Pampeano (Techint) y Nuevo Central Argentino (Aceitera General Deheza); mientras que el Estado opera el Belgrano Cargas.

Al día siguiente de que Cristina Kirchner anunció en el Congreso la intención de recrear Ferrocarriles Argentinos, el ministro Randazzo rescindió el contrato de operación privada del San Martín, Mitre, Roca y Belgrano Sur, que aunque ya eran estatales eran manejados por Roggio y Emepa. La administración de esos ferrocarriles pasó a manos de la Sociedad Operadora Ferroviaria (SOFSE).

Aunque hubo sorpresa entre los operadores, no se generaron mayores conflictos, porque eran contratos que se podían cancelar en cualquier momento: se habían firmado luego de que el Estado cancelara las concesiones a Sergio Taselli y los Cirigliano. En 2007 el Gobierno le quitó las concesiones del Roca y el Belgrano Sur a Taselli; mientras que en 2012 dio de baja las del Mitre y el Sarmiento, con los Cirigliano, que pasó a manos estatales tras luego de la tragedia de Once.

Fue ahí cuando se firmaron los contratos con Emepa y Roggio para que gestionen esos trenes, tal como se hizo antes para las líneas San Martín, Roca y Belgrano Sur.

Los operadores privados explicaron que las tres concesiones ferroviarias de carga tienen un vencimiento promedio en 2021, con una posiblidad de prórroga de 10 años más. Por eso, prevén resistir una posible estatización que los dejaría fuera del sector.

El Gobierno pretende proyectar la figura de Randazzo, con fuertes inversiones en el sistema ferroviario, que tengan un impacto directo en la gente y a nivel nacional. Los operadores privados se preguntan si en ese esquema habrá espacio para ellos.

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