martes, 31 de marzo de 2015

Marruecos entra en guerra en Yemen.


Marruecos se ha apeado provisionalmente de una coalición militar, la que encabeza EEUU contra los terroristas del Estado Islámico, para apuntarse a otra, la que capitanea Arabia Saudí contra los rebeldes hutíes de confesión chií.

Desde mediados de la semana pasada seis cazabombarderos F-16 marroquíes bombardean sus posiciones en Yemen en apoyo al presidente huido Abd Rabbo Mansour Hadi. El rey Mohamed VI de Marruecos trasladó, el jueves por teléfono, al rey Salman de Arabia Saudí la disposición de su país a "brindarle cualquier tipo de ayuda", según un comunicado del palacio real. Por de pronto, le proporcionó los seis aviones marroquíes que, bajo mando de los Emiratos Árabes Unidos, estaban hasta ahora integrados en la coalición que ataca a los yihadistas en Irak. Rabat se sumó así al grupo de nueve países árabes suníes que, bajo la batuta saudí, quiere frenar a la milicia hutí respaldada por Irán. La Liga Árabe aprobó ayer la creación de una fuerza conjunta para intervenir en Yemen de la que formará parte Marruecos.

Es, por tanto, probable que haya en breve soldados marroquíes sobre el terreno. El diario marroquí 'Al Massae', el de mayor tirada, asegura que por ese motivo las vacaciones de los militares han sido canceladas y el Ejército puesto en Estado de alerta. Desde agosto un pequeño contingente marroquí, de un centenar de hombres, está desplegado en otra zona de Arabia Saudí, junto a la frontera iraquí. Marruecos no podía rechazar un papel activo en la coalición. Recibe cuantiosas ayudas financieras de las monarquías petroleras que han costeado parte de sus compras de armamento. La relación es tan estrecha que hace cuatro años le invitaron a ingresar en el Consejo de Cooperación del Golfo, pero declinó la oferta. Arabia Saudí le secunda a fondo en su reivindicación sobre el Sáhara Occidental. Mohamed VI mantiene además excelentes relaciones personales con las familias reales de la región, sobre todo con la de Abu Dabi.

Coalición con EEUU

Rabat se incorporó, indirectamente, a la coalición liderada por EEUU por iniciativa real, sin que hubiera debate alguno. De la misma manera lo ha hecho ahora con la acaudilla Arabia Saudí. El Parlamento no ha sido consultado; las televisiones todas ellas públicas apenas mencionan los bombardeos. Ya en otoño e invierno la prensa estadounidense dio más información que la marroquí sobre la participación de Rabat en la lucha contra el Estado Islámico. El Corán "ordena consultar al pueblo antes de entrar en guerra", asegura el intelectual marroquí Kamal Znidar autor de un libro sobre el islam.

La falta de información no impide que la sociedad civil reaccione, que la opinión pública se manifieste a través de las redes sociales. Y lo hace mayoritariamente en contra. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos, la mayor del mundo árabe, expresó su "total rechazo de la intervención" en Yemen que obedece a "los designios de las dictaduras árabes [del Golfo] y de las fuerzas imperialistas de Occidente". Aunque teme que detraiga fuerzas de su propia coalición, EEUU apoya la iniciativa saudí. El argumento que más aflora en las redes sociales contra la participación marroquí es, como escribe Abdullah Abaakil en Twitter, que "Marruecos es un mercenario que ha recibido un anticipo en 'cash' y debe ahora hacer su labor de secuaz a sueldo en Yemen". "Le guerra en Yemen es la de los Al Saoud [familia reinante saudí] y de Israel", añade '7didane The Great', un tuitero de Casablanca muy seguido."No veo el interés estratégico de Marruecos".

Fuente: http://www.laproximaguerra.com/

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