lunes, 5 de septiembre de 2022

Rusia desarrolla a partir de cañones antiaéreos ZU-23 un sistema anti UAVs

Un montaje ZU-23 con dos cañones sirve como arma cinética para contrarrestar a la amenaza de los UAVs. 
El Ejército ruso busca mejorar, sobre todo de cara a las operaciones militares actualmente en desarrollo, la capacidad para contrarrestar a los sistemas aéreos autónomos (RPAS, Remotely Piloted Aerial System) del adversario.

Entre los distintos conceptos que pudimos ver en Moscú, en Army 2022,  que sobre todo apostaban por innovación y evolución tecnológica, nos llamó la atención uno, anti UAVs (Unmmaned Aerial Vehicles), que combina tradición y modernidad buscando efectividad, rápida disponibilidad, economía de adquisición y operación, y funcionalidad real. Se mostraba una propuesta que incluye el empleo de un cañón ampliamente difundido en los ejércitos de Rusia y un dispositivo de vigilancia y seguimiento que aprovecha elementos desarrollados para sistemas anteriores.

En concreto, lo que proponen es emplear como vector cinético piezas artilleras antiaéreas que tenían en uso desde hace muchas décadas y que en muchos casos han derivado más al uso tierra-tierra que al propio de su diseño. Se trata de los bitubos antiaéreos ZU-23 que se pusieron a punto sobre la base de dos cañones KBP 2A14 de 23x152mm diseñados por A.Shipunov y que entraron en servicio oficial nada menos que el 22 de marzo de 1960 tras la aprobación del decreto n 313 de la entonces Unión Socialista de Repúblicas Soviéticas (URSS).

Lo técnico del sistema incluye un módulo giroestabilizado con sensores y un radar bidimensional de detección aérea.   
Concepto válido

Este concepto, que buscaría aplicar recursos disponibles a las necesidades de Rusia, aprovecha el potencial del montaje ZU-23 para generar ritmos de fuego de entre 1.600 y 2.000 disparos por minuto, con un alcance efectivo de hasta 1.500 metros en altitud y 2.500 en distancia. Esa aportación, así como el diámetro del proyectil de 23mm, es suficiente para neutralizar los RPAS que proliferan en el entorno del combate y son sobre todo de origen civil.

El afuste destinado a cometidos anti UAVs se instala sobre la caja de un camión ligero y en el montaje se incluye ahora un visor que facilita la puntería al presentar al artillero datos procedentes de los sensores asociados. Estos son un módulo esférico giroestabilizado que acoge cámaras diurnas, cámaras térmicas y hasta un telémetro láser para conocer la distancia exacta del objetivo, y la antena de un pequeño radar bidimensional de detección aérea zonal para conocer por donde se encuentran las amenazas a batir.

Un pequeño camión da movilidad al afuste artillero y a los sensores asociados, equipo fácil de obtener y económico de adquirir.  
Este último, ya en uso en Rusia, tendría un rango de alcance estimado de algo menos de 10 kilómetros y se encargaría de alertar de posibles amenazas para que fuesen identificadas por los sensores diurnos y nocturnos del módulo giroestabilizado, lo que facilitaría tanto su identificación positiva como el conocer su ubicación y distancia precisa. Esos datos, en tiempo real, los recibiría el artillero que podría abrir fuego, en ráfagas controladas con el ZU-23, contra un objetivo unitario o actuar también contra un enjambre de ellos y completar su misión anti UAVs. (Source/Photo: Defensa.com)

No hay comentarios:

Publicar un comentario