El comandante de operaciones aérea de la Fuerza Aérea y número tres del arma, brigadier mayor Mario Roca, se negó a firmar la compra de apuro de 14 aviones de combate Kfir a la empresa estatal Israel Aerospace Industries (IAI) por 360 millones de dólares y, en un acto de resistencia pacífica, se fue a la casa.
Roca explicó su negativa ante el jefe de la fuerza, brigadier general Mario Callejo - quien apoya la compra- luego dejó su despacho del edificio Cóndor y no volvió más, revelaron a Clarín fuentes militares. Por ejemplo, dijo que la compra “no incluía el sistema de armamentos” y “solo 6 de los aviones iban a tener radares”. La oferta es por 14 aviones supersónicos Kfir reciclados. Esto incluye 12 aviones monoplaza y 2 biplaza para entrenamiento. El cuestionamiento fue “hace más de un mes” pero recién se conoció ayer.
Sin embargo, el Gobierno solo lo pasó a “disponibilidad” (es decir, no lo retiró) por esa negativa, basada en estrictos cuestionamientos técnicos, que frenó el negocio.
El martes, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, dio otra versión de las razones del congelamiento de la compra. Explicó en radio Continental que “venimos trabajando con el reemplazo de los Mirage desde el inicio de mi gestión. Analizamos distintas ofertas desde los F16 norteamericanos hasta aviones chinos, pasando por los F1 españoles y también esta oferta de los israelíes que nos parece técnicamente la más cercana desde todo el punto de vista técnico y económico. Son 360 millones de dólares por una flota de 14 aviones, con 5 años de mantenimiento, con un compromiso de promover la venta de nuestros Pampa en distintos lugares del mundo”. Pero “no vamos a firmar el contrato. Dejaremos todo preparado para que sea el próximo presidente el que tome la decisión”.
Clarín consultó ayer a voceros de Defensa que confirmaron el congelamiento y afirmaron que “desconocemos cuestionamientos internos en la Fuerza Aérea al proyecto. La Fuerza Aérea acompañó el análisis y apoyó por cuestiones técnicas y de precios la compra de la Kfir”.
El diario oficialista Ambito Financiero dio otra versión. Afirmó que el freno fue la negativa de Israel a incluir en el contrato un compromiso para comercializar 30 aviones Pampa III. El vicepresidente de la Comisión de Defensa, el radical Julio Martínez, había denunciado que la fábrica de aviones de Córdoba, administrada por La Cámpora, aún no entregó los Pampa que prometió para marzo a la Fuerza Aérea y que el Pampa III “es una mentira tecnológica de Cristina”. Esto explica la resistencia de Israel.
Una decisión estratégica de este nivel debe ser resuelta por el próximo gobierno, aunque los K hayan dejado al país sin aviones de combate supersónicos y con un solo avión de transporte C-130 en condiciones de volar (Ver análisis).
Ambito Financiero había informado que el contrato con IAI se iba a firmar antes del balotaje del 22 de este mes e incluso que había llegado una delegación israelí con tal fin a Buenos Aires. También que estaban redactados los contratos y que el 11 de septiembre la presidenta Cristina Kirchner, a través del decreto 1775, había aprobado una partida adicional de 21.826 millones de pesos. Se iba a hacer un desembolso inicial de 60 millones de dólares tras la firma del contrato y luego se pagaba en cuotas. Es un gasto para un partida plurianual, no para el presupuesto solo del 2016.
Sin embargo, el martes pasado se frenó sorpresivamente el proyecto Kfir antes de la firma. En medios militares circula un documento extraoficial, al que accedió este diario, con una serie de cuestionamientos técnicos de un sector de la Fuerza Aérea al proyecto de contrato. Por ejemplo, el motor de los Kfir es un turborreactor General Electric J79 y -dice- se necesitará la aprobación de EE.UU. para la venta. Además, la “inspección de 800/1600 horas solo se puede realizar en Israel lo que pone en duda la transferencia tecnológica”.
“El programa es de 78 meses pero los primeros 6 aviones serán entregados al finalizar los primeros 18 meses sin nada de armamento”, agrega el “non paper”. Por último, pregunta “quiénes apoyan este negociado de último momento y quiénes lo hacen con su silencio cómplice”.
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