Krauss-Maffei Wegmann
Madrid
Por: G. Soriano
Por: G. Soriano
Fuente: Infodefensa
Omán estudia las ofertas para la adquisición de 70 carros de combate, por un precio estimado en 2.000 millones de euros. El proceso cuenta con dos únicos licitadores: la compañía alemana Krauss-Maffei Wegmann (KMW) y un fabricante turco. La exportación de armamento alemán a regiones tan sensibles como Oriente Medio es un asunto controvertido en el país y sometido a un control especial por parte de las autoridades.
De momento se ha concedido la correspondiente licencia de exportación de un único carro Leopard, que es el modelo que KMW trata de vender al sultanato, para que el país del sureste de la península arábiga pueda probarlo antes de decidirse, de acuerdo con la información revelada el jueves por el semanal Der Spiegel.
La licencia de exportación concedida por el Consejo de Seguridad Federal, que es el órgano germano de fiscalizar las ventas al exterior de material militar, no es extensible a la venta de todo el paquete de 70 unidades previstas, en caso de ganar esta opción. Si así ocurre, la transacción deberá ser escrutada detenidamente.
Reuters recuerda que el año pasado el ministro de Economía, Sigmar Gabriel, se comprometió a incrementar la prudencia con la que se aprueban las exportaciones de armas siguiendo la estrategia alemana de tratar de reducir las tensiones que afectan a Oriente Medio. Gabriel ha llegado incluso a mostrar su descontento por el suministro de 60 Leopard 2 a Catar dentro de un contrato de 1.890 millones de euros en el que también figuran 24 blindados autopropulsados PzH 2000 –tal y como recogió en su momento Infodefensa.com–, pero no puede dejar sin efecto un acuerdo aprobado por el Gobierno anterior. Hace unos meses Alemania llegó incluso a bloquear temporalmente las exportaciones militares a Arabia Saudí aduciendo la “inestabilidad de la región”.
En todo caso, Omán es considerado como un país relativamente estable dentro de esa área. Recientemente Berlín ya ha aprobado la venta al país de lanzagranadas y rifles de asalto por algo más de tres millones de euros. Se trata además del séptimo cliente del consorcio Eurofighter, del que Alemania es socio, tras el encargo a finales de 2012 de una docena de aviones de combate de este modelo en un contrato al que se le calcula un coste de 2.400 millones de euros a lo largo de 30 años.
KMW, que cuenta con plantas de montaje en Alemania, Brasil, Grecia, Países Bajos, México, Singapur, EEUU y Turquía, acordó este verano fusionarse con la compañía estatal francesa Nexter en una nueva empresa a la que se le estima una facturación anual de 2.000 millones de euros y una cartera de 9.000 millones. Estas cifras le colocarían por encima de las divisiones de sistemas terrestres de BAE Systems, General Dynamics, European Land Systems, Iveco y Patria, las otras grandes compañías del sector en Europa.
En cuanto a la opción turca contemplada por Omán para su próxima compra, Defense News señala al constructor Otokar, desarrollador del tanque Altay sobre la base de una licencia de Corea del Sur. El pasado octubre se conoció además que la empresa austraiaca Lista AVL fue contrata para apoyar al fabricante turco de motores Tümosan en el proyecto.
Imágenes: KMW y Ministerio de Defensa Alemán
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