Madrid
Por: G. Soriano
Fuente: Infodefensa
El consorcio Kret (siglas en ruso de Tecnologías Radioelectrónicas) se ha ofrecido para equipar a los aviones de transporte de pasajeros rusos con equipos de guerra electrónica que les proteja del disparo de artillería y misiles tierra-aire. El director general de la compañía, Ígor Nosenkov, ha explicado que la oferta supone la instalación en las aeronaves de sistemas President-S (en la imagen).
“Si las autoridades del país toman la decisión de dotar de estos equipos a todos los aviones que vuelan en Rusia, estaríamos dispuestos a hacerlo”, ha apuntado Nosenkov, según cita la agencia local TASS. El responsable de Kret revela en sus declaraciones que “a día de hoy parte de las aeronaves civiles están equipadas con estos sistemas”.
Para Narenkov, “ahora más que nunca, el mundo se enfrenta a una mayor amenaza de misiles contra aviones civiles”, añade en un comunicado emitido por la empresa en el apunta que ya han iniciado la producción para aeronaves civiles de estos sistemas de defensa a bordo.
En el ámbito militar, los President-S protegen aviones de transporte IL-76 y helicópteros de ataque Ka-52 Alligator y Mil Mi28, entre otras aeronaves. Se trata de unos equipos diseñados para repeler ataques con misiles tierra-aire y aire-aire y contra piezas de artillería.
El sistema ofrecido por Kret funciona determinando la gravedad de una posible amenaza tras haberla detectado para, en función de su evaluación, activar una serie de interferencias radioeléctricas que le impidan llegar a dañar la aeronave que lo equipa. Estas interferencias interrumpen las longitudes de onda infrarrojas y de radio de los misiles guiados, que acaban reorientados hacia señuelos, según la información facilitada por la empresa. El President-S funciona instalado tanto en el interior como en el exterior del fuselaje de los aparatos a los que protege.
La oferta de la empresa rusa, que es la mayor compañía de equipos de guerra electrónica del país, llega después de que el pasado 31 de octubre el vuelo KGL9268 procedente de la localidad egipcia Sharm el Sheij con destino a la ciudad rusa de San Petersburgo se estrellase en el norte del Sinaí por causas aún desconocidas. Poco después del suceso grupos yihadistas aseguraron que lo habían derribado con un misil tierra-aire. Los restos del avión quedaron esparcidos por una amplia área, lo que da cierta verosimilitud a esa posible acción. Servicios de inteligencia de Estados Unidos y Reino Unido apuntan hacia la hipótesis de un atentado realizado con un explosivo transportado en el interior de la aeronave. El aparato, un Airbus A-321, transportaba 224 personas, incluidos los siete miembros de la tripulación.
Imagen: Kret
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