(defensa.com) Si corta vida y posibilidades se le auguran al programa de modernización de los biturbohélices cordobeses, de los que Uruguay ha sido uno de los pocos clientes más allá de Argentina, y los esfuerzos uruguayos por mantener volando 2 o 3 ejemplares se traducen en unos pocos meses más de superviviencia operativa para una plataforma obsoleta, en el caso del A-37 la situación es terminal: no llegarían operativos al 2018, ni aunque mediasen más donaciones de unidades desde países amigos.
El problema es que sus asientos eyectables y los repuestos para los mismos no se fabricarán más, por lo cual no será posible seguir utilizando el avión en el plazo de unos 18 meses, ni aunque la célula así lo permitiera. Por esta razón, se insistirá, pese a la creciente contención presupuestal vigente tras las dificultades heredadas del gobierno de José Mujica, en obtener un apoyo financiero oficial para dotarse de aeronaves de combate de mayor vigencia, no habiendo decaído aún la expectativa por aparatos F-5 .
Si no se obtuvieran, habría que pensar en otras opciones, sabiéndose extraoficialmente que Rosoboronexport habría concedido una rebaja sobre los precios anteriores de los Yak- 130, que, incluyendo repuestos y entrenamiento, rondaron los 46 millones de dólares por avión. (Javier Bonilla)
Fotografía:
·A-37 sobre lago Rio Negro.
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