Un grupo de 30 cadetes de la escuela superior de infantería de Blagovéschensk, ciudad rusa en el Lejano Oriente, lleva ya más de dos meses cursando estudios de formación para adquirir la especialidad militar de "empleo de unidades de infantería motorizada en condiciones árticas". Los futuros oficiales servirán en zonas donde el sol no sale durante seis meses seguidos (fenómeno conocido como 'la noche polar') y el termómetro puede alcanzar los -60º C.
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Se pretende formar para acciones en el Ártico a unidades especiales dotadas de material bélico también especial y armas capaces de resistir las extremas condiciones climáticas. Estas armas y vehículos de combate ya se están desarrollando.
Partiendo del hecho de que la costa rusa del Ártico se extiende a 22.600 kilómetros (una extensión dos veces mayor que la longitud de la costa ártica del resto del mundo), la necesidad de la implantación de este tipo de unidades parece evidente.
"Dado que en Priamurie [región rusa en el Lejano Oriente situada en el río Amur, cerca de la frontera con China] simplemente no existe la noche polar, hasta el 30% de la formación y entrenamiento de infantería motorizada del Ártico se realiza por la noche", indicó el comandante de la escuela, Vladímir Gryzlov. Por lo demás, los fríos y vientos de la zona son similares a los del Ártico.
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Más allá del contexto militar, se trata de una decisión política bastante importante.
¿Por qué tanta actividad militar?
La historia no es nada nueva. Todos los países que tienen acceso a la plataforma continental del Ártico han redoblado su actividad recientemente. Hace días Canadá presentó una reclamación ante la ONU para obtener la soberanía sobre una plataforma continental del Ártico hasta el Polo Norte.
Esto no es de extrañar desde el punto de vista geoeconómico: tanto las rutas de transporte como los recursos minerales del lecho marino del Ártico son 'platos' demasiado sabrosos como para renunciar a ellos. Canadá es el segundo país, después de Rusia, en cuanto a extensión de sus fronteras en la zona. De ahí que su interés en su exploración sea totalmente natural. De hecho, resultaría extraño que no fuera así.
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Alexandr Kriázhev
Pese a todo el daño causado en los últimos 20 años debido a la negligencia y falta de recursos para restaurar las infraestructuras en el Norte del país, Rusia sigue siendo el único país de la zona del Ártico que realmente desarrolló en la época soviética el extremo norte de su costa, fundando ciudades como Norilsk y Yakutsk, las únicas en el mundo construidas en una zona de permafrost.
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