El Ejército está buscando un nuevo helicóptero y se habla mucho de hacerlo más suave y con una menor firma térmica.

Es posible que la mayoría de los expertos en armamento, ingenieros e innovadores del Ejército y de la industria no utilicen la palabra “sigiloso” cuando describan el programa emergente del Futuro Avión de Asalto de Largo Alcance (helicóptero), pero los desarrolladores no dudan en hablar de los méritos de la gestión de la firma térmica y de encontrar formas de reducir la firma del radar del avión.

El director del equipo multifuncional del Army Futures Command Future Vertical Lift lo describió de forma interesante e impactante al referirse a los tipos de métodos de ingeniería innovadores empleados en la construcción de los nuevos helicópteros menos detectables que se están desarrollando para la década de 2030. “Sabemos cómo escondernos en el desorden de los radares y entendemos cómo eso genera el distanciamiento y la superposición”, dijo Rugen.

Un ensayo de Lockheed-Sikorsky-Boeing sobre su nuevo DEFIANT X cita mejoras en el fuselaje para “mejorar la aerodinámica y reducir la firma térmica”. “Hemos optimizado el diseño basándonos en los requisitos del Ejército. Hemos modificado bastante el diseño y hemos introducido mejoras para reducir la firma térmica y hacer cambios en el sistema de escape”, declaró Jay Macklin, director de desarrollo comercial de Sikorsky, Future Vertical Lift, en una entrevista con The National Interest.

Ciertamente, una mirada superficial al fuselaje de un DEFIANT X parece revelar una configuración externa suave y gradualmente curvada o redondeada que evade el radar.

La ausencia de bordes duros, de estructuras que sobresalgan o de estructuras marcadamente angulares minimiza la fidelidad de cualquier tipo de señal de retorno de radar. Esto se debe a que los “pings” electromagnéticos necesitan generar señales de retorno de dichas superficies duras y angulares para ofrecer representaciones del tamaño, la forma, la velocidad y el ángulo de aproximación de una aeronave.

Múltiples pings de diferentes formas afiladas o detectables dan a los comandantes de radar una imagen mucho más clara de las “dimensiones” de una determinada aeronave. El DEFIANT X también tiene estructuras muy finas en forma de ala y, curiosamente, estructuras de palas de rotor centrales fundidas directamente en la aeronave.

Esencialmente, no hay ningún “poste” o estructura vertical sobresaliente fácilmente detectable que vaya desde el cuerpo hasta las palas del rotor, algo que podría generar una representación de la “forma” de retorno del radar más específica o reconocible.


La gestión térmica también es de gran valor, ya que cuanto más se mezclen o se alineen la temperatura de una aeronave y el aire que la rodea, más difícil será que los sensores de imágenes térmicas y de búsqueda de calor la localicen. Esto significa que cuanto más bajas y menos detectables sean las emisiones de calor o los gases de escape procedentes del helicóptero, más sigiloso podrá ser.

La baja observabilidad del radar también puede considerarse en términos de maniobra táctica, dado que los helicópteros de uso general, como el Black Hawk, a menudo vuelan más bajo hacia el suelo a lo largo de una trayectoria específica, menos detectable. Cuanto más alto esté un helicóptero sobre el suelo, más expuesto estará a los “pings” de radar de largo alcance que viajan por el aire, ya que al estar a mayor altura aumenta la apertura o el campo de visión disponible para los sistemas de radar. (Source/Photo/Author: Kris Osborn/The National Interest)