La Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) en sociedad con el Ejército fabricarán con fines comerciales el vehículo aéreo no tripulado usado habitualmente en el ámbito militar.
Agencia TSS - Es cada vez más común ver vehículos aéreos no tripulados (VANT) sobrevolando recitales y eventos deportivos. Son económicos y permiten grabar escenas de video que no podrían hacerse con grúas fijas al piso y sería muy costoso conseguir esas tomas desde helicópteros o aviones. La mayoría de estos pequeños artefactos que surcan el cielo son cuadrocópteros importados de China con especificaciones muy pobres que permiten pocos minutos de vuelo.
Pero a nivel militar los VANT son muy diferentes. Desde hace años el Ejército Argentino usa drones para reconocimiento y misiones específicas y ahora se ha propuesto, en conjunto con la Fábrica Argentina de Aviones (FADeA) y el Estado Mayor Conjunto, la fabricación y venta al público de su modelo más probado, el Lipán.
El Ejército Argentino, la Fábrica Argentina de Aviones (FADeA) y el Estado Mayor Conjunto se han propuesto la fabricación
y venta al público de su modelo más probado, el Lipán.
En conversación con TSS, el Secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, Santiago Rodríguez, declaró: “Estamos trabajando para poder hacer del Lipán un producto. Meterle el mayor contenido nacional que se pueda, tener bien todos los planos, la ingeniería y el software. Tenerlo con garantía y con una línea de montaje estandarizada”.
El Lipán es un vehículo aéreo no tripulado clase I con una envergadura de 4,6 metros y un peso de 60 kilos que puede transportar unos 20 kilos de equipos, generalmente cámaras de video o infrarrojas. Tiene un motor de dos tiempos de 157 centímetros cúbicos, que le permite una velocidad de crucero de 100 kilómetros por hora con una autonomía de cinco horas y un techo operativo de 2.000 metros de altura.
Se lo suele usar para obtener imágenes en lugares donde un avión no podría operar o en operaciones donde no se querría arriesgar la vida de un piloto. Tiene un autopiloto que le permite ir a diferentes puntos configurados en su GPS y puede despegar de superficies planas como pistas o rutas de 200 metros de longitud. El costo de sus horas de vuelo es sensiblemente menor que el de operación de un avión para tareas como filmaciones, por lo que se espera que su uso comercial en este tipo de actividades sea muy difundido.
El Lipán es un vehículo aéreo no tripulado clase I con una envergadura de 4,6 metros y un peso de 60 kilos que puede
transportar unos 20 kilos de equipos, generalmente cámaras de video o infrarrojas.
Actualmente, el Ejército lo usa como una plataforma para probar diferentes innovaciones que luego pueden instalarse en aviones o VANTs más avanzados. La cantidad de horas de vuelo que ha ganado el Ejército en este tipo de aeronaves ha hecho que se llegue a un nivel de desarrollo estable que le permite ser colocado en el mercado como un producto comercial.
“Hoy el Ejército tiene varios Lipán, los vuela con frecuencia y le sirven mucho, pero como eran para autoconsumo no tenían requerimientos comerciales como garantía, servicio posventa, condiciones de mantenimiento y demás. En eso se está trabajando hoy”, dijo Rodríguez, quien no brindó precisiones sobre el precio de venta de la versión comercial del Lipán.
Matías Alonso
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