El mantenimiento de la capacidad de las fuerzas desplegadas es clave para los mandos de las fuerzas conjuntas en su apoyo a la política exterior de Estados Unidos. Cuando la Marina despliega un grupo de combate de portaaviones, el comandante conjunto espera que el ala aérea tenga su máxima capacidad. En el grupo de combate, el F/A-18E/F Super Hornet es ahora el elemento de ataque clave y también una parte crítica de cualquier operación de defensa aérea. Cuando el F-35C de la Armada se incorpore a la flota, el F/A-18 seguirá siendo el avión mayoritario del ala aérea ahora y en el futuro previsto.

Sin nuevos Super Hornets en el próximo presupuesto, la flota puede perder hasta tres escuadrones completos que había previsto originalmente, equipados con el F/A-18 Block III más capaz que se está produciendo actualmente. Esta decisión de reducir el programa de Super Hornet para la Marina agravará el déficit de su inventario de cazas de ataque, limitando la capacidad para proyectar poder en todo el mundo.

El F/A-18 tiene la capacidad de emplear todas las armas de ataque y aire-aire del inventario de la Marina. A medida que el F-35C entre en el inventario de la flota, su capacidad para emplear todo el inventario de armas aumentará gradualmente a medida que se certifique el transporte de más armas. La integración del F-35C se verá ralentizada por la necesidad de modificar los portaaviones de la Marina para que puedan soportar el avión. Entre las principales modificaciones necesarias se encuentran los deflectores de chorro, las centrales eléctricas de los aviones y los cambios en el espacio interno para cumplir los requisitos de seguridad.

El Block III Super Hornet es el avión más nuevo y avanzado de la familia F/A-18. Una de las mejoras clave del Bloque III incluye un aumento del 40% en la vida útil. Esto es esencial porque el alto ritmo operativo de los últimos 10-15 años de “tiempos de paz” ha puesto a prueba la vida útil de la mayoría de los aviones del ala aérea.

Los Super Hornets están llegando al final de su vida útil mucho más rápido de lo previsto, por lo que es fundamental realizar modificaciones estructurales en los nuevos aviones para que puedan volar durante más tiempo. El Bloque III también tiene una firma de radar más baja para mejorar la supervivencia, redes informáticas más potentes para aumentar la capacidad de comunicación, y sensores avanzados para detectar y apuntar a los adversarios a mayores distancias.

La historia demuestra que la probabilidad de que se produzcan conflictos de baja intensidad es significativamente mayor que la de un conflicto de alta intensidad. Por ello, el ala aérea necesita un complemento de operaciones de día 1 que puede proporcionar el F-35C y la mayor capacidad de ataque del Super Hornet. El ala aérea del futuro estará incompleta sin la mejor combinación, por lo que la decisión de la Marina de finalizar prematuramente la producción de los Super Hornet del bloque III es errónea. Las configuraciones de las aeronaves serán más similares que las operaciones de alta amenaza del día 1.

La producción de los Block III Hornets previstos garantiza a los pilotos, a los mandos navales y a la fuerza conjunta el mejor rendimiento disponible para cumplir con las tareas, desde las operaciones de disuasión hasta el combate de alta intensidad. El Super Hornet es un programa rentable y fiable que se encuentra ahora en su punto álgido de capacidad, y debe continuar. (Source/Photo/Author: Bill Mulholland/Defensenews)