Por Javier Bonilla
El esperado ocaso de los Pucará, crónica de una muerte anunciada desde hace una década para un avión problemático y actualmente de casi nulo valor estratégico, y la virtual disolución operativa momentánea de su unidad, el Escuadrón aéreo No. 1, se unen a la escasez en orden de vuelo de A-37B (también hacia el final de su vida útil). Todo ello hace pensar que tras el mantenimiento y las inspecciones normales que se realizarán a los PC-7U del Escuadrón de Vuelo Avanzado, en tanto no esté resuelta la esquiva financiación de nuevas aeronaves de combate, la Fuerza Aérea Uruguaya podría ejercer una apuesta moderada hacia el mejoramiento de estos aviones suizos como un auxiliar obligado en la vigilancia del espacio aéreo nacional.
Ya los recursos escasísimos, máxime cuando el gobierno, debido a la crisis económica imperante, no quiere liberarlos, en un año en el cual el borrador de la próxima Rendición de Cuentas dispone de un renglón de gastos 0 para Defensa, ni siquiera permiten llevar adelante una propuesta de cambio de serie de los actuales Pilatus PC-7 a los actualizados PC-7 Mk II, anteriormente evaluada como potencial salida a la crisis de los Pucará. Ante tal cuadro, hasta parece dificil acudir a otras soluciones parciales, como aquellas modernizaciones propuestas a la línea Pilatus por la israelí Radom Aviation (ya realizadas en PC-9M) o similares, así como quizá puede haber pasado por algún estudio la posibilidad o no de hacerse con algunos PC-7 adiconales por parte de países que los estén comenzando a desprogramar.
Lo cierto es que , aunque su misión primordial e importantísima es evaluar a pilotos y navegantes tras su graduación para decidir su destino profesional, a través del Escuadrón de Vuelo Avanzado (EVA), que los alberga en Durazno, los PC-7 de la FAU verán su perfil operacional sensiblemente aumentado en un futuro inmediato, sin disminuir un ápice las necesidades de material aeronáutico urgente, que afecta a la organización en el contexto de una total falta de sensibilidad política para estas aspiraciones. Al mismo tiempo altos mandos militares desmintieron que se pudieran llegar a solicitar más ayuda a la Fuerza Aérea Ecuatoriana, que tiempo atrás cedió 3 A-37B y numerosos repuestos a su par uruguaya.
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