El conflicto por la soberanía
Por Natasha Niebieskikwiat para Clarín
El embajador del Reino Unido ante la Argentina, Mark Kent, aseguró ayer desde Mendoza que “no hay vuelos secretos desde Malvinas”. Sus palabras, formuladas al sitio Mdz, estuvieron en sintonía con las que hicieron otras fuentes diplomáticas del Foreign Office desde Londres consultadas por Clarín.
El embajador del Reino Unido ante la Argentina, Mark Kent, aseguró ayer desde Mendoza que “no hay vuelos secretos desde Malvinas”. Sus palabras, formuladas al sitio Mdz, estuvieron en sintonía con las que hicieron otras fuentes diplomáticas del Foreign Office desde Londres consultadas por Clarín.
Mark Kent, Embajador del Reino Unido en Argentina. |
Las mismas hicieron referencia a la preocupación expresada esta semana por la Cancillería argentina a raíz de una serie de vuelos entre Brasil y las islas realizados en 2016. El comunicado firmado por Susana Malcorra también expresaba que se había transmitido a Itamaraty el “malestar por esta situación de la que recién ahora tomaron conocimiento”.
“Los vuelos militares entre las Islas Falkland y Brasil sólo se realizan si existe una necesidad específica, como por ejemplo por causas médicas, compasivas o desvíos por fallas técnicas, y en todos los casos se efectúan con la correspondiente autorización diplomática”, dijo la fuente del Foreign Office a este diario.
En las últimas horas estalló una poplémica por estos vuelos, en la que todas las partes evitan hablar de algo que ocurre hace décadas, que conocen y aceptan, incluida la Argentina.
Lo que ocurre es que de vez en cuando la situación se escapa de control por la frecuencia de los mismos.
De hecho, la ex embajadora de Cristina Kirchner ante Londres, Alicia Castro -quien denunció en estos días la existencia de esas escalas en aeropuertos de Brasil y los ligó a un supuesto pacto “Macri-Temer”- no los denunció cuando ocurrieron bajo el mandato anterior. Castro estaba en su puesto en Reino Unido cuando este diario reveló en su edición del 28 de agosto de 2015 la existencia de este mismo tipo de escalas en el aeropuerto de Carrasco, en Uruguay. Tampoco hubo protestas en los últimos años por los ejercicios navales y aéreos que realiza Reino Unido en los puertos de Chile. Lo misterioso del caso que ahora afecta a Brasil es por qué hubo tantos vuelos de ese tipo sólo entre noviembre y diciembre - seis de un total de 12 en el año-, que puede ser incluso hasta un problema militar interno británico.
Por entonces, al igual que ahora, las autoridades argentinas estaban avisadas, y no hubo escalada porque hasta la legislación internacional lo prevé. Son vuelos registrados y se deben a lo que se suele conocer como “causas compasivas”: cuando un soldado tiene que viajar de urgencia a su casa porque le informan que un pariente cercano se está por morir, y se los trata de trasladar de la manera más rápida posible. Otros escalas tienen causas en alertas meteorológicas de un trayecto demasiado extenso -Malvinas-Reino Unido- y otras en fallas técnicas de las aeronaves.
Según la Cancillería, en los registros de la Dirección de Malvinas, consta que durante 2015 hubo 12 vuelos similares desde Brasil, detectados por la Fuerza Aérea. También que el entonces secretario del Área Malvinas, Daniel Filmus, realizó gestiones similares con el embajador de Brasil en Argentina y que se hicieron gestiones desde la embajada en Brasilia.
"Las respuestas en ambos casos fueron similares a las obtenidas en enero de 2017”, señaló el comunicado de Malcorra en el que se informó que la Cancillería brasileña reafirmó siempre "el apoyo a nuestro país en la cuestión Malvinas e indicó que no tenía conocimiento de estos vuelos, comprometiéndose a desarrollar las consultas pertinentes al Ministerio de Defensa local".
Al embajador Kent se lo vio conversando con su par de Brasil, Sergio Danese, el miércoles, durante la apertura de sesiones del Congreso, al que fueron invitados como parte de la diplomacia extranjera. De esa charla no trascendió ni una palabra.
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