miércoles, 10 de febrero de 2016

La Argentina consumió casi toda la energía que produjo Yacyretá

Durante los 20 años de actividad de la represa binacional


Fuente: http://revistapetroquimica.com/

Entre 1994 y 2014, el país utilizó casi 260,9 millones de los 277,1 millones de megawatts por hora producidos por la central hidroeléctrica que comparte con Paraguay. El mercado guaraní, por su parte, apenas requirió unos 16,2 millones; es decir, menos de un 6% del volumen total.

Desde el comienzo de sus operaciones –en 1994– hasta la temporada pasada, la central hidroeléctrica Yacyretá generó de manera ininterrumpida unos 277.147.769 megawatts por hora (Mwh). De esa cifra, los registros de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) indican que 260.884.801 Mwh fueron suministrados al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), al tiempo que los restantes 16.262.968 quedaron destinados a la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) paraguaya.

Dicho de otro modo, en el transcurso de dos décadas la Argentina demandó un 94,2% de la generación hidroeléctrica del complejo, mientras que Paraguay tan sólo usó un 5,8%.
Según la EBY, desde 1994 hasta la fecha el mercado guaraní vendió al argentino unos 122.310.916,5 Mwh del 50% de producción energética que le correspondía a un precio promedio de u$s 9,10 por Mwh. Por esa energía, el país desembolsó u$s 1.117 millones.

Vale destacar que en los últimos tiempos la participación paraguaya en el consumo de la electricidad de Yacyretá viene en aumento. En efecto, durante noviembre la central produjo 1.672.800 Mwh, de los cuales 1.393.600 (un 83,3%) fueron derivados a la Argen-tina y 279.200 Mwh (un 16,7%), a Paraguay.

En lo que va de 2015, la EBY informó que se llevan producidos 18.109.501 Mwh. De ese total, el SADI se quedó con 15.781.962 Mwh (o sea, un 87%), en tanto que la ANDE demandó los otros 2.327.539 (un 13%).

En la actualidad, el mercado argentino está pagando cerca de u$s 9,89 por cada Mwh añadido a su consumo. El Gobierno paraguayo reclama una deuda de u$s 62 millones por la energía cedida durante 2014.

Con la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación, Oscar Thomas dejará la titularidad de la EBY, que quedará en poder de Humberto Schiavoni. El misionero ya había conducido el organismo entre 2002 y 2003, durante el interinato presidencial de Eduardo Duhalde.

DISTRIBUCIÓN DE LA ENERGÍA YACYRETÁ


Más producción

Firmado en 1973, el Tratado de Yacyretá nació para incrementar la producción eléctrica de la Argentina y Paraguay. “Era un proyecto iniciado por Juan Domingo Perón, ya en su segunda presidencia, que buscaba fomentar la sustitución energética de las usinas térmicas abastecidas con petróleo por la vía hidroeléctrica. La obra comenzó recién 10 años más tarde y continuaría –con intermitencias por los problemas de la economía argentina– hasta 1998, cuando se dieron por finalizadas las tareas constructivas principales y entraron en funcionamiento 20 turbinas”, recuerda Thomas en diálogo con este medio.

Inicialmente, acota, el nivel del embalse se mantuvo en una cota reducida de 76 metros sobre el nivel del mar; es decir, 7 metros por debajo de lo proyectado, lo que permitió producir en un 60% de las posibilidades de la central. “Desde entonces hasta 2003, se hizo poco. Pero a principios de 2004, ambos países suscribieron el acuerdo necesario para la reactivación de las obras complementarias”, señala.

El aumento del nivel de la cota, resalta, era un factor fundamental para optimizar la producción. “Para ello se requerían fuertes intervenciones urbanas de Posadas (en la Argentina) y Encarnación (en Paraguay), y de otras cuatro ciudades que debían ser readecuadas a la nueva cota del perilago. Esto incluía el tratamiento costero y la reposición de la infraestructura que se perdería por el avance del agua”, puntualiza.

A fin de terminar Yacyretá, sostiene, se elaboró un listado de tareas que el año pasado fue cumplido en su totalidad. “La protección costera se instrumentó como una reestructuración de Posadas y Encarnación, que venían creciendo exponencialmente. En ambos casos se construyeron caminos, puentes, hospitales, viviendas y escuelas, además de ampliarse los sistemas de provisión de agua potable y desagües cloacales junto con las plantas de tratamientos de efluentes para mantener la calidad hídrica del Paraná”, enumera.

Orgullo binacional

Con más de 100 años de historia entre su concepción y su terminación, el complejo hidroeléctrico Yacyretá representa el último eslabón de una cadena de más de 60 represas localizadas dentro de la cuenca del Plata. Ubicado 90 kilómetros aguas abajo de Posadas y Encarnación, a la altura de las ciudades de Ituzaingó y Ayolas, constituye una obra de infraestructura a gran escala construida sobre el río Paraná que, en ese tramo, conforma la frontera entre la Argentina y Paraguay.

Se ideó para promover el aprovechamiento hidroeléctrico, el mejoramiento de las condiciones de navegabilidad del río Paraná a la altura de la isla Yacyretá y, eventualmente, la atenuación de los efectos depredadores de las inundaciones producidas por crecidas extraordinarias. En los años 90, con la construcción de 65 kilómetros de presa, el primer objetivo había sido cumplido. Pero dificultades de financiamiento dejaron pendiente la resolución de los problemas urbanos y socioambientales de las poblaciones y territorios afectados.

Fue en la última década, con el Plan de Terminación de Yacyretá (PTY), que se resolvió
–por caso– la relocalización de más de 10.000 familias que en forma precaria habitaban en el área del embalse y más de 3.000 comercios que conformaban el circuito comercial de Encarnación.

En la actual cota de 83 metros sobre el nivel del mar, la central puede producir la máxima energía posible, con los 3.100 Mw de potencia instalada de sus 20 turbinas. Se trata de cerca de un 14% del consumo energético diario de la Argentina. 

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