El comando de la Armada de la República Argentina (ARA) está estudiando la posibilidad de dotar a los cuatro remolcadores que se adquirieron a una compañía de servicios offshore en Rusia, con cañones Bofors de 40 mm / 70.
Los barcos de clase Neftegaz, de 2.723 toneladas, fueron compradas para reemplazar viejos Avisos argentinos de la época de la segunda guerra mundial para patrullar los mares del sur.
Según se dice, los Neftegaz ya estan pintadas gris y con tripulaciones argentinas (mezcladas con algunos marineros rusos que asistirán a los nuevos propietarios durante la travesía de 45 días a América del Sur, pero carentes de armamento.
Las naves costaron 11,4 millones de dólares, y si bien Rusia ofreció kits de armamento, como medida de ahorro los almirantes argentinos decidieron equiparlos con armas y ametralladoras pesadas ya disponibles en los barcos y suministros inventarios de Flota de Mar.
El cañón Bofors 40 mm / 70 retirado de la patrullera Indómita un barco de patrulla de rápida reacción TNC 45 fabricado por el astillero alemán Lürssen en la primera mitad de la década de 1970 se instalará en uno de los remolcadores Neftegaz. Lo más probable es que otras unidades reciban el mismo tipo de pieza de artillería y ametralladoras pesadas, incluso 20 mm de accionamiento manual.
El cañón de 40 mm / 70 no tiene nada muy impresionante. Fue diseñado por la sueca Bofors después de la segunda guerra y desde 1951 ha sido instalado en diferentes tipos de buques militares europeos.
El modelo montado en las patrulleras argentinas se produjo en el año 1960. Registra una cadencia de 320 proyectiles por minuto y alcance efectivo de unos 4.000 metros y si bien no es nada impresionante, al menos le daría a los buques cierto podef de advertencia contra pesqueros ilegales que pudiera interceptar.
Diseñado en Polonia para mover plataformas de petróleo en alta mar, los Neftegaz son embarcaciones lentas (registran una velocidad sostenida entre los 9 y 12 nudos solamente!), Y su conversión a la función de la patrulla no es lo ideal, pero ante la carencia de medios, es lo único a lo que la Armada Argentina ha podido tener acceso dado el escaso presupuesto.
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