El INTA dará una capacitación en Córdoba para productores agrícolas sobre el manejo de drones y acerca de cómo llevar a cabo el análisis de la información obtenida en el campo con estas herramientas.
Agencia TSS - Las tecnologías de moda también han encontrado lugar en el agro y cada vez hay más interés en el uso de drones para mejorar los rindes de los productores del campo. La posibilidad de observar el lote desde arriba da una idea más clara de cuál es la distribución de lo sembrado y permite analizar de manera rápida algunas variables importantes para la producción.
Como su uso es cada vez más relevante, el INTA brindará un curso de “Capacitación en utilización de drones para uso agrícola” que se dictará el 30 de junio en la Estación Experimental Agrícola Manfredi, en la provincia de Córdoba, adonde acudirán técnicos del INTA especialistas en estas herramientas, productores y empresas de servicios de recolección de datos con drones.
Uno de los disertantes del INTA y parte del equipo de Agricultura de Precisión de esa institución, Juan Pablo Vélez, afirma que “el interés es masivo y hay una ola de consultas bastante generalizada sobre los alcances de esta herramienta”. Los drones se pueden usar para tareas como el monitoreo de cultivos y malezas, o para relevar la cobertura verde del lote.
“Generalmente, los productores no saben bien qué producto comprar. La gama de drones que se ofrece es muy amplia y pueden contar con un equipamiento diverso, con cámaras de avanzada como las multiespectrales, sensores de infrarrojo, cámaras térmicas o radares. Los productores están necesitando saber, en primer lugar, si vale la pena adquirir uno. Y también quieren saber qué modelo, qué marca y qué sistema les conviene, y si debe ser de ala fija o de ala móvil y de cuántas hélices”, expresa Vélez.
Actualmente, lo más complicado del trabajo pasa por la puesta a punto y la validación de los datos obtenidos, debido a que muchas veces se hace un relevamiento indirecto, porque no se mide cuánto nitrógeno tiene la planta o cuánta humedad hay en el suelo, sino que se usan métodos indirectos –como el análisis de imágenes- que permiten estimar ciertas variables. Y a través de una variable de simple medición se estiman otras.
Algunas tareas no son tan fáciles de llevar a cabo de la manera correcta y siempre depende de la escala en que se use. Es decir, no todos los drones sirven para todas las tareas. Durante el curso se analizarán aspectos como el software que se usa para procesar las imágenes y para hacer la ortorectificación, que es la unión de todas las imágenes para formar una sola. En el caso de una imagen multiespectral, se deben analizar todos los espectros y ver cómo combinarlos y qué combinación es las más adecuada para la información que se quiere obtener.
Al finalizar el curso se hará una experiencia en campo, donde se va a hacer todo el circuito desde la recolección y el relevamiento de datos hasta la toma de decisión y se analizará algún aspecto crítico respecto de la información que se haya obtenido de la estación experimental Manfredi.
“En pocos años, seguramente va a estar todo automatizado, con salidas al lote programadas por nosotros para realizar un monitoreo automático”, anticipa Vélez.
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