Según el ministro, "no hay nada el mundo que cristalice a tal punto que impida hacer ajustes y darle a los países, como Brasil, un mayor grado de libertad para ir en dirección de nuevos acuerdos" comerciales con otras naciones o bloques. Las normas del Mercosur impiden, hasta ahora, que los países miembros negocien acuerdos comerciales en forma individual e imponen la obligatoriedad de que las tratativas sean en conjunto, lo cual ya ha sido criticado por Uruguay y Paraguay, que integran el bloque junto con Argentina, Brasil y Venezuela.
Dilma Rousseff tiene todo un mandato por delante y necesita salir de la recesión. Cristina se acerca al final y su prioridad es llegar como sea. El Mercosur explota si no flexibilizan.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). "Brasil tiene interés en dar una señal clara, sobre todo a Argentina, de que tiene más urgencia" para alcanzar un acuerdo con la UE, dijo el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Armando Monteiro.
El ministro apuntó que "si Argentina tiene tiempos diferentes, es necesario hallar mecanismos para avanzar en el proceso, respetando la posición del bloque, pero garantizando unos tiempos distintos para cada país".
La decisión 32 del Mercosur impide a los socios (Uruguay, Brasil, Paraguay, Argentina y Venezuela) concretar acuerdos por sí solos. Hasta ahora, Uruguay y Paraguay plantearon reparos a esa norma, pero sin Brasil inclinando la balanza a su favor, no había forma de avanzar.
Según Monteiro, la delicada situación económica de Brasil impone la necesidad de ampliar el comercio exterior, a fin de apalancar la retomada del crecimiento que persigue el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
En 2014 Brasil tuvo una balanza comercial en rojo y por primera vez en 14 años exportó menos de lo que compró al mundo. Ese saldo negativo fueron US$ 3.930 millones. La economía del mayor país de la región está técnicamente en recesión y ya acumula 3 trimestres consecutivos de caída de su Producto Interno Bruto. La inflación a abril de 2015 se ubicó en 8,13% y el desempleo en 6,2%.
Esa situación está en la base de la decisión que tomó el gobierno de Rousseff para intentar un giro en las reglas de juego del Mercosur: con la economía debilitada que golpea en el mercado interno, Brasil busca expandir su comercio exterior para superar la recesión.
El planteo de Brasil consiste en negociar en solitario o con quienes lo acompañen del Mercosur, acuerdos con otros bloques de países. Hasta ahora, Brasil había sido renuente a esa idea y se mostró paciente con Argentina que, impone una política restrictiva con trabas de todo tipo al comercio.
Necesitado de ampliar sus exportaciones a otros mercados, Brasil se mostró impaciente con las restricciones argentinas, el otro socio grande del Mercosur. El mensaje fue claro: que le permitan negociar, solo o con quien quiera acompañarlo, por fuera del Mercosur. Ese planteo coincide con la posición de Uruguay que se siente atado de manos a sus regionales. Ni Uruguay ni Brasil, plantean abandonar el Mercosur.
Asi, la prédica de Uruguay –durante mucho tiempo en soledad– para firmar acuerdos comerciales por fuera del bloque Mercosur, finalmente fue escuchada por Brasil: la administración de Dilma Rousseff anunció un cambio en su política exterior que la aleja de Argentina y la acerca al reclamo del gobierno uruguayo, lo cual es aplaudido por el canciller Rodolfo Nin Novoa: él comentó al diario uruguayo El Observador que lo que afirma Brasil ahora “es exactamente” lo que él planteó el 02/03 cuando asumió el cargo. Reveló que “la flexibilidad” que se le pide al Mercosur lo conversó personalmente el 16/04 con Monteiro y con el canciller Mauro Vieira, cuando en Brasilia prepararon la cumbre entre Tabaré Vázquez y Dilma Rousseff que será el 21/05.
En ese encuentro piensan reforzar la idea de avanzar juntos en acuerdos comerciales con otras zonas..
La negociación en marcha desde hace años es entre el Mercosur y la Unión Europea para firmar un acuerdo que liberalice el comercio.
La Argentina demoró lo más que pudo la lista de áreas a proteger y al final se presentó una oferta conjunta que desgrava 80% de los productos exportables.
Del lado europeo fue Francia el país que impuso obstáculos para proteger a sus productores.
Ahora Brasil respaldó el planteo de Uruguay de concretar ese acuerdo incluso yendo a distintas velocidades con los demás socios. “El Mercosur es un casamiento indisoluble pero eso no significa que no se pueda discutir la relación”, dijo Monteiro. “No hay nada en el mundo que cristalice a tal punto que impida hacer ajustes y darle a los países, como Brasil, un mayor grado de libertad para ir en dirección de nuevos acuerdos”, explicó el ministro a diputados de su país que integran la comisión de Asuntos Internacionales del Parlamento.
Nin Novoa explicó a El Observador que “lo primero es que efectivamente haya una zona de libre comercio en el Mercosur” lo que implica poner punto final a las restricciones y trabas en las que se basó el modelo argentino con los gobiernos kirchneristas.
“A Uruguay le interesa ir todos juntos a negociar con Europa u otros bloques, pero si no podemos ir todos juntos, que se acepten distintas velocidades como lo hizo la Unión Europea con el grupo Andino, donde Ecuador pidió retrasar su ingreso y lo concretará ahora”, afirmó Nin Novoa.
Nin Novoa adelantó que de flexibilizarse el Mercosur, a Uruguay le interesa, además del acuerdo con el viejo continente, fortalecer el diálogo con países del Pacífico y con la Asociación Europea de Libre Comercio que integran Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza y que no forman parte de la Unión Europea.
El expresidente José Mujica planteó avanzar subido “al estribo” de Brasil. Vázquez propone ampliar los estribos a los que Uruguay se puede subir.
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