jueves, 21 de mayo de 2015

La caída de Ramadi abre el camino del Estado Islámico a Bagdad. Jordania teme una invasión de su territorio desde el sur.

El rey de Jordania Abdullah ha advertido al gobierno de Obama en un mensaje urgente de que los ataques aéreos de Estados Unidos por sí solos no detendrán los avances del Estado Islámico en Irak y Siria y, lo que es más, dejará a su reino expuesto al peligro islamista. ISIS en la actualidad no tendría dificultad para invadir el sur de Jordania, donde el ejército es poco numeroso en fuerzas terrestres, y apoderarse de las ciudades y pueblos cuyos habitantes ya simpatizan con el grupo extremista local. El grueso del ejército jordano se concentra en el norte en la frontera con Siria. Incluso una incursión limitada islamista en el sur también representaría una amenaza para el norte de Arabia Saudita, señaló el rey. Abdullah opina que la operación de las fuerzas especiales Delta de Estados Unidos en el este de Siria este Sábado fue diseñada menos para ser un asalto eficaz contra la fuerza central de ISIS y más como un paliativo para minimizar el peligro islamista frente a Arabia Saudita, Jordania y los emiratos del Golfo. 

Fuentes de Debkafile en Washington informan que los funcionarios estadounidenses se negaron a prestar atención a la advertencia de Abdullah y trataron de restarle importancia, de la misma manera que el Secretario John Kerry intentó el Lunes, 18 de mayo, para de-enfatizar la conquista de Ramadi, capital de la provincia más grande de Irak por parte del Estado Islámico. En una conferencia de prensa en Seúl, Kerry rechazó la hazaña de los islamistas como un "blanco de oportunidad" y expresó su confianza en que, en los próximos días, la pérdida "se puede revertir." Las palabras del Secretario de estado es poco probable que asustaran a los islamistas, que habían causado más de 500 muertes en la batalla por la ciudad y fueron testigos de como los soldados iraquíes huían de Ramadi en pánico en sus Humvees y tanques. Bagdad, a sólo 110 km al sureste de Ramadi, tiene más razones para tener miedo, en ausencia de cualquier fuerza militar iraquí considerable en la zona para estar de pie en el camino del enemigo hacia la capital. 

El gobierno de Bagdad intentó anunciar que los refuerzos militares sustanciales se habían ordenado desplegar y detener el avance de los islamistas. Esto fue simplemente silbar en la oscuridad. En los últimos dos días, los restos del ejército iraquí han ido a pedazos - al igual que en los primeros días de la ofensiva de ISIS, cuando las tropas huyeron de Mosul y Faluya. Ellos están huyendo de cualquier posible contacto con el enemigo islamista. Los informes generados en Bagdad de que los paramilitares chiítas se preparan para desplegarse en la provincia occidental iraquí de Anbar después de que militantes del Estado Islámico invadieran Ramadi eran lo mismo, no más que un intento de levantar la moral. El envío de chiíes armados a la zona de Ramadi de Anbar no tendría ningún sentido, ya que su población mayoritariamente sunita se alinearía detrás de los conquistadores sunitas del Estado Islámico en lugar de ayudar a las milicias chiíes para luchar contra ellos. 

El ministro de Defensa de Irán, Hossein Dehghan, que llegó precipitadamente a Bagdad este Lunes, poco después de la caída de Ramadi, se enfrenta a esta dificultad. Nuestras fuentes militares esperan que se centren en un esfuerzo desesperado para desplegar las milicias chiíes como un obstáculo en el camino de ISIS a Bagdad, ahora que el camino está libre de cualquier defensa todo el camino desde Ramadi. En Ammán, el rey Abdullah el Domingo hizo una limpieza de altos funcionarios de seguridad, destituyendo al Ministro del Interior, al jefe de seguridad interna (Muhabarat) y a un número de altos oficiales de policía. Se les acusó oficialmente de la utilización de violencia excesiva para dispersar las manifestaciones en la ciudad sureña de Maan. La verdadera razón de su destitución, según fuentes antiterroristas revelan, es la disminución de la autoridad de estos funcionarios en el distrito de Maan, ante la creciente influencia de los grupos extremistas identificados con Al Qaeda y Estado Islámico en particular.


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