Submarino tipo Amur 1650. Foto: Rosoboronexport. |
La corporación estatal rusa Rostec, a través de su empresa exportadora Rosoboronexport, busca ampliar las ventas de armamento y material naval a nivel mundial incluyendo a América Latina. En ese sentido, se adelantan conversaciones con países latinoamericanos como Brasil, Perú y Uruguay, según declaró el vicedirector general de Rosoboronexport, Igor Sevastianov.
“El armamento y material para la Marina constituyen por término medio el 12 por ciento del total de las ventas de Rosoboronexport”, dijo Sevastianov, a la vez que señaló que la empresa trabaja “constantemente en ampliar la nomenclatura y la geografía de las exportaciones”. Explicó, que el “mayor interés en los buques y armamento rusos se observa por parte de los países del Sudeste de Asia”, y reveló que llevan a cabo “intensas consultas sobre los temas de la marina de guerra con los países de América Latina, incluyendo Uruguay, Perú y Brasil”.
Rosoboronoexport participó en el Salón Naval Internacional IMDS-2017, que culminó el pasado mes de julio en San Petersburgo, y en el que también actuó como patrocinador. En la exposición fueron presentadas unas 200 muestras de armamento y material de defensa, incluyendo la corbeta Project 20382 Tiger, el submarino diesel-eléctrico Project 636, el misil crucero antibuque Yakhont, los sistemas integrados de misiles Calibr-PLE (Club-S) y Calibr-NKE (Club-N).
En la exposición flotante, estabieron presentes unidades como el dragaminas Project 12700, la patrullera rápida Project 12150 Mangust, la lancha patrullera Project 03160 Raptor, la lancha Project 21980 Nakhímovets y la lancha hidrográfica Project 19920.
En su catálogo, Rosoboronoexport también promueve el submarino diesel-eléctrico Proyect 636 Amur 1650.
Buques rusos en Latinoamérica
La Marina de Guerra Revolucionaria de Cuba, es la única armada latinoamericana que actualmente cuenta con buques rusos; sin embargo, estos datan de la era soviética.
Mientras, la Fuerza Naval de Nicaragua recibió de la Unión Soviética, en los años ochenta, durante el régimen sandinista, lanchas patrulleras y dragaminas costeros, ya fuera de servicio. Hace un par de años manifestó su interés en adquirir en Rusia patrulleros lanzamisiles y guardacostas.
Por su parte, la Armada de Venezuela negoció, hasta años recientes, la adquisición de unidades navales en Rusia, incluyendo submarinos, pero las compras no se concretaron. El proyecto final, respecto a los submarinos, comprendía seis Project 636 (Código Otan: Improved Kilo), y cuatro Project 677E/Amur 1650.
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