Por Diego Curci
El presidente y CEO de Lockheed Martin, Marilyn Hewson, no esta renunciando a continuar la producción del F-16 Viper, junto a las modernizaciones “previstas” para Singapur, Corea del Sur y Taiwán, pese a confirmar que habrá una caída en la producción en el tercer trimestre de 2017.
Con la producción del F-35 Lightning II en Fort Worth incrementándose más lento de lo que se pensaba inicialmente, debido a los retrasos de cronograma y los altos costo de este avión “stealth” de quinta generación , la línea adyacente del F-16, se ha mantenido como un nicho generador de ingresos para la compañía.
El último modelo F-16V se está comercializado en todo el mundo, en particular en el Medio Oriente, donde los países tienen prohibido adquirir el F-35, debido a los cuestionamientos de seguridad de Israel.
Pakistán no pudo obtener financiamiento militar (FMF) del gobierno de los Estados Unidos para su pequeña orden, y no hay indicios de que el Departamento de Estado apruebe un acuerdo pendiente con Bahrein debido a cuestionamientos en derechos humanos. Podría haber perspectivas a más largo plazo en la región de Asia-Pacífico y con la India, aunque esas aeronaves se construirían localmente.
Si cualquiera de esas perspectivas prosperan, Hewson dice que la producción podría acelerarse en lugar de finalizar con la entrega de los 36 F-16IQ Block 52 a Irak.
“Sigue existiendo interés en Oriente Medio y otros países para pedidos adicionales”, dijo en la Conferencia Anual del “Credit Suisse Industrials” en Palm Beach, Florida, el 30 de noviembre. “Esperamos ver que continúe la demanda del F -16, tanto para nuevas aeronaves como para actualizaciones. ”
Hewson dice que las ventas internacionales representarán el 25% del negocio de Lockheed a fin de año, un porcentaje alcanzado a través de la desinversión en la compañía de Sistemas de Información y Soluciones Globales y la adquisición de Sikorsky, que trajo muchos programas internacionales de helicópteros. “Prevemos un 30% en los próximos años”, dice. “El F-35 es nuestra mayor oportunidad de crecimiento a nivel internacional”, seguido por “Equipos de defensa antimisiles”, como ser los “Aegis de Lockheed”, PAC-3, Thaad, y el sistema Meads. El tercer lugar en términos de ventas internacionales es de Sikorsky con sus helicópteros, seguido por misiles tácticos como el Hellfire y el C-130J Super Hércules, para países que quieran actualizar sus modelos H.
Hewson no ve ningún rebote en el área de negocios de helicópteros civiles por al menos un par de años, debido a los bajos precios del petróleo y el gas, que están limitando la perforación y exploración en alta mar. Hewson dice que al menos hasta 2018 y 2019, las grandes oportunidades vendrán de los mercados de “transporte ejecutivo”, “servicios de búsqueda y rescate multipropósito” y de “evacuación médica”.
En conjunto, el contratista de defensa más grande del mundo apunta a un crecimiento de ventas del 7% para el próximo año, para luego crecer en los siguientes años un 3-5% anual. Hewson dice que el resultado a corto plazo se debe a que Lockheed esta tomando más responsabilidad en el área de Armas Atómicas del Reino Unido, donde proporciona las cabezas nucleares para sus plataformas nucleares. El Departamento de Defensa de Estados Unidos aún representa la mayoría de los negocios de Lockheed, alrededor del 60%, y espera una fuerte inversión en seguridad nacional bajo la próxima administración de Donald Trump.
Hewson estaba muy satisfecho con el acuerdo alcanzado este 30 de noviembre por los comités de Servicios Armados del Congreso, sobre el Presupuesto de la “Ley de Autorización Defensa Nacional”, aunque no se incrementó el presupuesto para 11 F-35 adicionales, según lo propuesto por el Gobierno. Se autorizaron US$ 619 mil millones de dólares para el consolidado de la defensa nacional, incluyendo un adicional para las cuentas del Pentágono de US$ 5.800 millones de dólares para “contingencia de operaciones en el exterior” y de US$ 3.200 millones de dólares para “alistamiento”.
Lockheed está preocupada por una resolución de largo plazo para mantener las luces del gobierno encendidas hasta marzo de 2017, aunque es probable que existan exenciones para los programas críticos. Sin embargo, el principal impulso de Lockheed es el fin de las limitaciones presupuestarias obligatorias bajo la Ley de Control de 2011 o algún tipo de acuerdo de compromiso bipartidista . “Como resultado ha sido un amortiguador (o ralentizador) en el Ministerio de Defensa y en la industria “, dice. “Necesitamos más recursos para la seguridad nacional. Esperamos trabajar con el equipo de transición y con la nueva administración “.
Hewson no expresó desaliento por la derrota del equipo de Boeing/Lockheed ante Northrop por el bombardero de ataque de largo alcance, ya que parece que el equipo perdió principalmente basado en el costo. En cambio, la compañía está duplicando los esfuerzos en el programa T-X de la Fuerza Aérea de Estados Unidos para reemplazar el Northrop T-38 Talon con 350 modernos aviones entrenamiento, ofreciendo para esto el Lockheed / KAI T-50A. También se está enfrentando a Lockheed Martin, Boeing y potencialmente Sierra Nevada Corporation en el concurso JSTARS para reemplazar al Northrop E-8C, con Northrop Grumman o Raytheon proporcionando el Radar.
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