El tanque Arjun debería convertirse en una de las armas más modernas de las Fuerzas Armadas de la India. Sin embargo, sus numerosos fallos técnicos y las demoras en su fabricación podrían obligar a Nueva Delhi a optar por vehículos extranjeros.
Los vehículos de combate Arjun, que empezaron a desarrollarse en 1974, fueron concebidos para reemplazar en las Fuerzas Armadas de la India a los tanques soviéticos T-54, que ya no están en servicio y a los T-72 que sí siguen activos.
Sin embargo, la acumulación de numerosos problemas técnicos y la falta de componentes importados podrían obligar a las autoridades militares del país asiático a desistir y abandonar la producción del Arjun, escribe la revista 'The Diplomat'.
Cuando el Ejército indio recibió los primeros 124 tanques Arjun Mark-I, más del 80% de ellos fueron posteriormente retirados por razones técnicas. Las autoridades detallaron entonces que se trataba de unos 90 fallos técnicos, aunque sin especificar de qué tipo. Por otra parte, un 55% del costo del vehículo depende de los componentes importados, mientras que los suministros de los mismos a veces se demoran.
Así las cosas, las Fuerzas Armadas indias empezaron a desarrollar su nueva versión, el Arjun MK-II, con unas 93 mejoras y un 60% de sus componentes de fabricación nacional. Tras el visto bueno del Ejército y tras haber pasado con éxito las primeras pruebas, las demoras en el desarrollo de una plataforma mejorada ponen en duda el cumplimiento de la fecha límite para su incorporación en las Fuerzas Armadas en 2025-2027, sostiene la revista.
Debido a los constantes retrasos, la India seguirá usando en un futuro próximo los vehículos blindados rusos, sobre todo el tanque de combate T-90, versión mejorada del T-72. Además, el país asiático fabrica su propio modelo de vehículo bajo asesoría rusa, el T-90 Bhishma. De este modo, la India tiene previsto fabricar a través de licencia unos 1.300 tanques de este tipo hasta 2020.
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