A la fecha, la Luftwaffe mantiene como principal plataforma pesada de alas rotatorias una importante flota de helicópteros CH-53G, la cual fue operada hasta la década de 2010 por el Cuerpo de Aviación del Ejército Alemán.
Esta flota tiene su origen en los años sesenta, cuando el gobierno de Alemania alcanzó un acuerdo con Estados Unidos para la adquisición de hasta 110 ejemplares, derivados de la versión CH-53D y fabricados localmente por VFW-Fokker.
Teniendo en cuenta su importancia, tanto para el transporte de un importante volumen de unidades de infantería como de otras fuerzas, así como para el traslado de carga, ayuda humanitaria e incluso operaciones de lucha contra incendios, la flota fue sostenida y actualizada a lo largo de décadas de operación.
Por citar algunos ejemplos, empresas como Rheinmetall, a través de Rheinmetall Aviation Services, han brindado soporte a los CH-53G. Uno de los últimos contratos adjudicados por las Fuerzas Armadas de Alemania tuvo lugar en 2022, mediante el cual la firma se encargó de prestar servicios de soporte, mantenimiento y reparación a la flota con asiento en la base de Laupheim.
En cuanto a la posibilidad que presentan estos helicópteros, también debe mencionarse que la Fuerza Aérea Alemana se encuentra actualmente en proceso de sustitución de los mismos, a través de la incorporación de una nueva flota compuesta por 60 helicópteros CH-47F Block II Chinook, previendo el arribo de las primeras unidades para el año 2027.
En vista de esta situación, y considerando el potencial que estos medios representarían para las Fuerzas Armadas argentinas —las cuales vienen explorando distintas opciones para recuperar capacidades perdidas tras la baja de los últimos Chinook de la Fuerza Aérea (los pertenecientes al Ejército se perdieron durante la Guerra de Malvinas, con la destrucción de un ejemplar y la captura del otro)—, se estarían dando los primeros pasos para una posible evaluación.
De esta forma, y según fuentes consultadas por Zona Militar, y tal como ocurriera con el ofrecimiento anterior de helicópteros CH-46 Sea Knight dados de baja por Estados Unidos, las Fuerzas Armadas argentinas avanzarían en la evaluación de la propuesta por los CH-53G, iniciándose las gestiones a través de los respectivos contactos diplomáticos mediante los agregados militares.
No obstante, al igual que con los CH-46, esta evaluación —que requiere estudios de factibilidad para su operación y sostenimiento— debe enfrentar diversas variables financieras, además de otros requerimientos más urgentes por parte de las Fuerzas Armadas.
Como ya se ha señalado, la Dirección de Aviación del Ejército requiere una nueva plataforma para reemplazar en el futuro a sus UH-1H Huey/Huey II, habiéndose lanzado recientemente una licitación que contemplaba la incorporación de tres UH-60 Black Hawk, proceso que, al día de hoy, no presenta novedades respecto a su puesta en marcha tras que el proceso original fuera dejado sin efecto.
En cuanto a la Fuerza Aérea y la Armada, ambas instituciones también poseen necesidades vinculadas al fortalecimiento e incorporación de nuevos helicópteros en otros segmentos, como el mediano. El caso del Comando de Aviación Naval es aún más acuciante, dada la reducida dotación que opera la Segunda Escuadrilla de Helicópteros. Esta unidad viene evaluando la incorporación de nuevas partidas de Sea King, como las recientemente adquiridas en Estados Unidos, ante la inminente baja de ejemplares que se encuentran al límite de sus horas remanentes de vuelo y considerando la importancia que estas aeronaves tienen para el apoyo a la Campaña Antártica de Verano.
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