Madrid
G. S. Forte
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, inauguró este
martes la feria internacional de la industria de defensa de Estambul,
IDEF 2015, con un anuncio de impacto. Su país pretende dejar
de importar equipamiento militar a partir de 2023. “Nuestro objetivo es
deshacernos de cualquier dependencia de las importaciones de productos de la
industria de defensa”, para lo que actualmente “gastamos 1.000 millones de
dólares al año en investigación y desarrollo”, explicó el dirigente.
Erdogan afirmó que en 2002, cuando el Partido Justicia y Desarrollo,
al que él pertenece, tomó el poder, la dependencia turca de las adquisiciones
militares en el extranjero era del 80 por ciento, mientras que ahora ya
“estamos produciendo el 54 por ciento” del material que sus fuerzas armadas
utilizan, según sus palabras, citadas por el medio local Hürriyet Daily
News. El próximo paso, adelantó, es el desarrollo de diseños propios.
Actualmente Turquía mantiene una serie de producciones
conjuntas con otros países, como ocurre con su participación en el programa del
avión de combate norteamericano F-35 Joint Strike Fighter, y se
encarga del diseño parcial de diferentes sistemas, como el del próximo buque de
desembarco anfibio LPD para su Marina adaptado a las
necesidades turcas y que se construirá en el país a
partir del desarrollo del LHD Juan Carlos I de
la española Navantia.
La capacidad de producción de la industria militar turca superó los 5.000
millones de dólares en 2014, explicó Erdogan en la apertura de la última
edición IDEF, feria organizada por el Ministerio de Defensa
del país y Tüyap Fairs and Exhibitions Organization Inc. cada
dos años. La muestra ha reunido este año a más de cuatrocientas empresas de 32
países y ha traído a 135 delegaciones de 46 países.
Objetivo, ser uno de los diez mayores exportadores de armas
Turquía construye actualmente en Estambul un gran complejo
de investigación y desarrollo de la industria de la defensa con el que
espera generar cerca de 10.000 millones de dólares al año y que en 2023 ya
deberá estar operativo. Se trata de un área del Aeropuerto Sabiha
Gokcen, al este de Estambul, en la que se
está levantando una superficie construida de 750.000 metros cuadrados (75
hectáreas) de instalaciones dedicadas a la industria de defensa y otras
actividades relacionadas.
El país es actualmente el séptimo importador de grandes armas del mundo,
únicamente superado –por orden de mayor a menor– por la India,
Arabia Saudí, China, Emiratos
Árabes Unidos, Pakistán y Australia.
En 2014 importó seis veces más equipo militar que diez años antes. Sus
principales suministradores de armamento en los últimos cinco años han sido Estados
Unidos (58 por ciento del total adquirido en el exterior por
el país), Corea del Sur (13 por ciento) y España
(8 por ciento). Estas cifras han sido extraídas de la base de datos elaborada
por el Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri),
que agrupa sus análisis en periodos de cinco años para eliminar el efecto de
adquisiciones coyunturales. De este modo, la organización estima que Turquía
adquiere el 3 por ciento de todo el armamento importado en el mundo.
Erdogan quiere situar a su país entre los diez primeros productores de
sistemas de armas en 2023, si bien entre 2008 y 2012 fue el vigesimocuarto
exportador de armamento del mundo. Turquía mantiene una tradicional relación
tensa con Grecia y comparte fronteras con Irán y Siria. Aunque su relación con
ellos ha sido generalmente con ellos pacífica, la capacidad de defensa cada vez
mayor de Irán y el conflicto de Siria, son percibidas por Ankara como amenazas
potenciales para su seguridad. De momento su mayor preocupación es la llamada
insurgencia kurda, que ha prevalecido en la parte sureste del país desde 1984.
Foto: Ginés Soriano / Infodefensa.com
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