(defensa.com) - Si en alguna región del mundo ha calado con fuerza el interés en contar con sus propias Unidades Militares de Emergencia (UME) esa es América Latina. Con las particularidades que la creación de esta especialidad dentro de las Fuerzas Armadas tendría en los distintos países, el denominador común es el deseo de extrapolar las capacidades de las unidades militares al apoyo en casos de emergencia, un escenario que azota cada vez con mayor frecuencia en la región y que demanda de la creación de un gran cuerpo especializado, instruido y dotado con los recursos necesarios para ser capaz de afrontar situaciones de crisis de esta índole.
La UME española, creada en 2005, es, sin duda, un caso de éxito que ha despertado un creciente interés en esta parte del planeta y que supuso, por vez primera en España, el nacimiento de una unidad potente y robusta integrada por efectivos de las tres Fuerzas Armadas dependientes de un Comando Conjunto a partir de una decisión del máximo nivel político. Esos son los dos pilares sobre los que se asentaría la creación de cualquier unidad semejante en América Latina.
El recién clausurado evento de Defensa en Perú, SITDEF, ha sido el escenario elegido por el consorcio español para presentarse, al más alto nivel, en la región. Perú es, de hecho, uno de los países que más han avanzado en la futura creación de una UME. Aún con muchos pasos por dar en un camino que empieza por establecer el marco legislativo y presupuestario, el hecho de que este último capítulo hallara en los presupuestos destinados a Emergencias en el país (que se elevan a 3.000 millones de soles, unos 840 millones de euros) una fuente de financiación para la creación de la Unidad, unido al firme impulso desde el Ejecutivo, auguran un optimista futuro a estos planes, cuya gestación, según nos confirmaba el Jefe del Comando Central del Ejército del Perú, General Ronald Hurtado, podría ver un importante avance en los próximos meses.
El consorcio español formado por Isdefe, Indra y Telefónica tiene por objetivo transmitir el modelo y las capacidades obtenidas en el caso de la UME española a Gobiernos de otros países, con especial énfasis en América Latina. En este marco, exponían en LIMA, bajo el título “La experiencia de las Unidades Militares de Emergencia (UME) de España aplicada a Latinoamérica”, qué pasos requiere la creación de una UME y el apoyo y soluciones que estas tres empresas, referentes internacionalmente y con larga presencia en la región, pueden brindar. Y ello partiendo de la base de que cada país parte de unos medios y tiene características propias que hacen de la creación de estas Unidades casos propios y específicos.
En este consorcio Isdefe, empresa pública de consultoría e ingeniería al servicio de organismos públicos nacionales e internacionales con experiencia en América Latina, aporta los trabajos de consultoría técnica iniciales. Telefónica, que en España ha facilitado todas las comunicaciones posibles entre los diferentes cuerpos que actúan en una emergencia (suya es toda la ingeniería de los puestos de Mando y Control de la UME), aporta sus sistemas de Telecomunicación e Información. Ejemplo de sus soluciones son las capacidades en esta área que dotan a los distintos módulos desplazables con que cuenta la UME. Respecto a Indra ofrece en este consorcio sus Sistemas de Mando y Control, que gira en torno a su Sistema Integrado Miliar de Emergencias (SIMGE), dotado de varios centros de mando fijos y nodos desplegables con probado éxito en la Unidad Militar de Emergencias.
El punto de partida es, en suma, la capacidad de España de ofrecer a las naciones amigas su experiencia con la UME, lo que pasa por un primer paso de conceptualización (marco jurídico, análisis de los medios necesarios…), el apoyo a la creación de la Unidad y el posterior desarrollo y su implementación.
Alvaro Manresa, gerente de Desarrollo Internacional de Isdefe, insistió en su presentación en Lima en que la creación de una Unidad de esta naturaleza parte, replicando el modelo español, del firme impulso a nivel político, al que debe suceder la necesaria creación de un marco jurídico, tal como se dio en España, el establecimiento y dotación de capacidades y medios y la formación: todos los elementos implicados deben estar específicamente entrenados siguiendo un programa de instrucción continuo y exhaustivo, es un capítulo esencial. En lo que a capacidades y medios se refiere, una UME demanda de sistemas de mando y control, capacidades de apoyo aéreo y capacidades de trabajo técnico y específicas (según el tipo de emergencia). Todo ello exige de una estructura que asegure la actuación coordinada de medios y unas comunicaciones robustas que permitan la interoperabilidad para asegurar el éxito de cualquier misión.
Más allá del incuestionable servicio a la población que un país dotado con una organización de esta naturaleza ofrece a sus ciudadanos, no es menos cierto que la UME ha desempeñado un muy importante rol en el acercamiento y percepción de las Fuerzas Armadas entre los españoles, un valor añadido y extrapolable a cualquier nación que contara con una Unidad de estas.
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