Por José Navarro García - Defensa
El Gobierno alemán ha decidido la retirada de sus tropas de la base turca de Incirlik, en respuesta al veto de Ankara para que diputados alemanes visitaran allí a los soldados. Ha sido el enésimo encontronazo político entre Alemania y Turquía, que protestó por la negativa alemana a extraditar a presuntos militares golpistas que han pedido asilo político, con el resultado final de que las tropas alemanas en el país, que forman parte de la coalición internacional contra el Daesh, abandonan el territorio.
Este lunes visitaba Turquía el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, quien pretendía que la reunión con su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu, relajara la tensión. Sin embargo nada se ha solucionado después de que Gabriel exigiera de nuevo permiso para la realización de la visita de los parlamentarios alemanes y Cavusoglu lo denegara. Posteriormente se produjo el anuncio del gobierno alemán de retirar, si no se producían cambios, a sus 250 militares de Incirlik, anuncio ya confirmado. La propia ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, informaba el mismo lunes que el personal militar estaba listo para el traslado. Con este panorama cobraría sentido la reciente visita de von der Leyen a Jordania, con la base aérea de Azraq como posible nuevo destino de las tropas alemanas.
Cavusoglu alegó que no podía permitir la visita “por razones de política interna” , aunque el trasfondo es la purga del gobierno de Erdogan iniciada tras la intentona golpista de julio del año pasado. Desde entonces Erdogan ha encarcelado, entre otros colectivos, a militares sospechosos de colaborar o simpatizar con el clérigo Fethullah Güllen al que acusan de estar tras el golpe. Solo durante el mes de mayo se produjeron en Alemania más de 400 solicitudes de asilo político a cargo de militares y otros funcionarios turcos. Ya en 2016 Turquía impidió otra visita de políticos alemanes a las tropas alemanas tras el reconocimiento oficial alemán del papel de Turquía en el genocidio armenio. Además en marzo, en plena campaña a favor del referéndum que permitiría a Erdogan incrementar su poder, Alemania impidió que se realizaran actos electorales en suelo alemán, lo que provocó de nuevo las protestas turcas.
El contingente alemán está formado principalmente por las tripulaciones de los aviones de combate Panavia Tornado que realizan misiones de reconocimiento y un avión de reabastecimiento en vuelo A310 MRTT, además del personal en tierra que forman parte de la misión internacional que combate el Daesh en Irak y Siria. El pasado mes de mayo el equipo de reabastecimiento en vuelo alemán consiguió las 2.000 horas de vuelos operativos durante su participación en la coalición contra el Daesh.
Turquía: un complejo aliado
En agosto de 2015, Estados Unidos y Alemania anunciaron que retiraban sus baterías de misiles antiaéreos/antimisil Patriot de suelo turco, donde estaban instaladas desde principios de 2013 en el marco de la misión de la Alianza denominada Active Fence (Valla Activa), con el objetivo de impermeabilizar la frontera turca con Siria. Se aducían causas técnicas y el fin de la misión, aunque detrás de la decisión estaba el malestar de los socios de la OTAN ante los continuos ataques de los cazabombarderos turcos contras las fuerzas kurdas que luchan contra el Daesh. Solo mantenía su posición la batería del Ejército de Tierra español en la localidad Adana, cercana a la frontera siria.
Más tarde, con la erosión de la situación política en Turquía tras el fallido golpe de Estado y el posterior proceso de purgas y recorte de las libertades, sumado a las pretensiones del gobierno de Recep Tayyip Erdogan de aumentar sus poderes, se hacía evidente el efecto directo en el acceso del país a sistemas de armas de algunos países occidentales. Fue el caso sobre todo de Alemania, que ha venido denegadando un gran número de licencias de exportación de material militar a Turquía. Entre los productos que no se exportarán hay armas cortas, munición o piezas de equipos militares. Alemania es uno de los países europeos que criticó abiertamente la deriva totalitaria turca y a su vez ha sido acusado por el gobierno turco de apoyar la red estadounidense del clérigo turco Fetulllah Gülen, al que Turquía considera ideólogo del fallido golpe de Estado del pasado año.
Fotografía: Los vuelos de reconocimiento implican la salida de parejas de aviones Tornado (Bundeswehr)
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