miércoles, 22 de marzo de 2017

¿Ajuste o reestructuración de las FF.AA. y la Defensa en Argentina?

Por Federico Luna - Zona Militar

Según recientes declaraciones en los medios, la situación económica llevaría a la necesidad de encarar un proceso de reestructuración y modernización del instrumento militar argentino.

Desde la asunción de la Administración Macri y la creación del Ministerio de Modernización, la obsolescencia de buena parte de las estructuras administrativas y burocráticas de las Fuerzas Armadas no ha escapado a su atención. Buena parte de los programas de adquisición programados y presupuestados para este año 2017 no serían encarados. Este contexto de restricción presupuestaria haría evidente cada uno de los espacios y organizaciones redundantes o en donde los escasos fondos se entendieran malgastados.

Es importante destacar la diferencia entre lo presupuestado y lo ejecutado si bien las partidas han tenido un crecimiento nominal interanual. La ejecución de las mismas junto a la reasignación presupuestaria ha afectado directamente la operatividad y funcionamiento de distintas organizaciones, sea en el marco de la operación de aeronaves, buques, vehículos, la realización de ejercicios, viajes en comisión o para la compra de insumos y repuestos necesarios.

El análisis realizado tanto por funcionarios de la Jefatura de Gabinete, Ministerio de Defensa, Estado Mayor Conjunto y los Jefes de Estado Mayor de las FF.AA. han identificado por ejemplo la triple redundancia en las direcciones antárticas de cada una de las fuerzas a diferencia de una estructura integradora que podría incluirse bajo la órbita del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA.

Los recortes y reasignaciones militares encarados por lo menos desde la segunda mitad del siglo XX, sea por procesos de mayor tecnificación, enfriamiento de conflictos regionales o restricciones presupuestarias, han tenido distinta magnitud pero siempre bajo la promesa de hacer tanto más eficiente como de mayor operatividad y poder disuasivo aunque sin realmente alcanzar los resultados esperados.

Las FF.AA. históricamente han contado con grandes extensiones de territorio, sea de propia incorporación como entregadas en comodato por los propietarios interesados en proveer a la defensa nacional. Una de las primeras medidas ha sido históricamente el análisis de la liquidación de estos terrenos, los cuales en muchos casos se encuentran en zonas de alto interés comercial, productivo o para la agricultura. En algunas oportunidades, los mismos han sido liquidados de manera irregular lo que ha producido millonarios juicios con los dueños originales quienes han entregado las mismas solo bajo las condiciones de uso militar, que si el mismo se suspendiera, deberían volver a su poder.

El interés de desarrolladores de Bienes Raíces, especialmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nuevamente ha puesto en carpeta el análisis de la venta de estos terrenos los cuales están valuados generalmente en decenas de millones de dólares. En algunos casos de plausible motivo, en otros no ya que continúan desarrollándose actividades entendidas de relevancia para las FF.AA. La discusión también recae en que si se decidiera continuar adelante con estas ventas, cuál sería el real destinatario de las ganancias producidas por estas operaciones. Si bien a sola vista podemos identificar un beneficio en la reducción de costos operativos y de mantenimiento de estas instalaciones, prácticamente la liquidación de estos inmuebles nunca habría sido reutilizada por las FF.AA. para la adecuación y actualización de otras instalaciones, incorporación de nuevos medios o recuperación de capacidades, sino en muchos casos aportando directamente al tesoro nacional a ser reutilizado sea para gastos corrientes o cancelaciones de deuda.

Podemos entre otros nombrar el interés que existe en el Campo Argentino de Polo, como en el Comando de Remonta y Veterinaria en pleno barrio de Palermo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por lo que partiendo de este razonamiento, las FF.AA. tendrían reducido su patrimonio y al mismo tiempo sin percibir los montos correspondientes en mejoras de equivalencia para el mismo concepto, con un beneficio de caja e incluso muchas veces ni eso.

El análisis de la inversión en Defensa no alcanza simplemente a los gastos operativos y de personal militar. Sino tanto al personal civil, administrativo e incluso la Industria de Defensa, habiendo sido reducida enormemente a fines de la década de 1980 y principios de 1990. La capacidad productiva argentina, además de reducir los presupuestos asignados ha también pasado a exteriorizar una parte importante de las divisas de lo que se producía y adquiría localmente. La liquidación de este patrimonio según algunas versiones respondía a lineamientos políticos o ideológicos, en otros casos a recetas económicas y en otros casos puramente por habilitar otro tipo de negocios a interesados extranjeros. En muchos casos pobremente administradas, con casos de corrupción o serias irregularidades pero con un flujo constante de dinero tanto en la provisión de productos y servicios al estado como a otros estados o privados. Vale destacar por ejemplo, en su momento, la provisión de munición para armas automáticas de parte de Fabricaciones Militares al Corpo de Fuzileiros Navais brasileño.

También en contraposición a negocios de buena fe, los ha habido de manera irregular siendo abiertamente conocida la participación de oficiales militares, políticos y traficantes de armas internacionales durante el mismo periodo de la década de 1980 y principios de 1990 en el tráfico ilegal de armamento y municiones a todo el mundo, con los conocidos ejemplos de las piezas de artillería exportadas a Croacia y la exportación de pólvora a Ecuador durante la Guerra del Cénepa con el Perú. En algunos casos el superficial análisis podría concluir de que existió regularmente un interés de parte de funcionarios estatales en realizar negocios ilegales antes que de manera legal, más aun contando con las posibilidades para hacerlo pero abiertamente negándose a distintas propuestas tales como la de la venta del entrenador avanzado IA-63 Pampa a Israel cuando al mismo tiempo otros buscaban la liquidación de los submarinos sin terminar y sus partes armadas en el entonces Astillero Domecq Garcia.

Teniendo en cuenta también el ejemplo de la ahora Fabrica Argentina de Aviones (FAdeA), el Estado mismo ha exigido resultados pero tampoco da la impresión que hubiera asignado los recursos o el control necesario como para que pudiera alcanzarse el objetivo esperado. En todo caso podemos plantear la necesaria discusión sobre los planes de negocio y los objetivos estipulados, en una relación pendular que diera la impresión se manejara políticamente entre la entrega colonialista o un fantasioso logro enmarcado como una patriada.

La falta de definiciones políticas en el amplio espectro, de una sociedad y una dirigencia que parece no querer invertir lo que se necesita a largo plazo ni dejar de hacer usufructo de los potenciales beneficios que esto tuviera, han dado como producto la perdida sostenida de capacidades militares y productivas. En la apariencia y en el saber popular de ciclos que se repiten, esperemos que esta nueva revisión tomara otra dirección y con beneficios concretos a corto y mediano plazo en lugar de convertirse nuevamente en una profecía autocumplida.

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