Por Claudio Caputti
El llamado “Programa de modernización y remoción de obsolescencias del SdA C-130” finalmente se encuentra en la etapa inicial de ejecución que se desarrolla en las instalaciones de la empresa L-3 Communications Integrated Systems, donde el primer ejemplar a ser sometido a éste proceso, el TC-69, arribó allí en Octubre pasado. Dicho programa contempla la modernización de un total de cinco ejemplares, estando previsto que cuatro unidades sean modernizadas en las instalaciones de FAdeA.
La historia de la modernización de los C-130 es extensa y llena de intentos que nunca se concretaron por diversas razones. Existieron diversas propuestas de Israel como de Boeing siendo la de mayor trascendencia la propuesta por LMAASA a finales de los años 90’s cuando mediante el Contrato 02 se preveía la modernización de algunos ejemplares bajo el estándar OTAN que incluía la digitalización de la cabina, la incorporación de nuevos equipos COM/NAV, lanzadores de señuelos, blindaje, etc. Tal propuesta nunca llegó a concretarse como consecuencia de la crisis económica de finales del año 2001 y así la flota de Hércules siguió esperando mejores oportunidades.
La implementación del programa de Modernización de Aeronaves de Transporte y Enlace (MATE) lejos estuvo de ser un programa de modernización ya que el mismo sólo respondió a la necesidad de cumplir con las normas internacionales vigentes sobre el equipamiento de aeronaves comerciales involucrando a los C-130 por su participación esporádica en operaciones de LADE. Aún así el mantener el equipamiento original generó varios inconvenientes e incompatibilidades con los nuevos sistemas incorporados, varios de los cuales no pueden ser utilizados en la totalidad de sus funciones.
Con más de cuatro décadas de operaciones en Argentina, la decisión de actualizar los C-130 no podía demorarse más ya que su equipamiento original le imponía a la flota muchas limitaciones operativas, los costos de mantenimiento no paraban de incrementarse e incluso en un futuro cercano los Hércules ya no podrían realizar misiones al exterior por carecer de equipos y sistemas que son requeridos por la autoridad aérea internacional.
Ante la falta de alternativas y la imposibilidad de descuidar el principal medio de transporte del país, el Ministerio de Defensa realizó algunos requerimientos a Estados Unidos vía FMS (Foreing Military Sales) en el año 2011, requerimiento que se valuó en el orden de los 166 millones de dólares, cifra que fue considerada elevada iniciándose nuevas negociaciones que concluyeron finalmente el 19 de Octubre de 2014 con la asignación del contrato FA8553-15-C0003 por parte del Departamento de Defensa de EEUU a la empresa L-3 por la suma de 68.874.672 dólares para la modificación de cinco ejemplares con fecha estimada de finalización el 31 de Mayo de 2019.
El programa de modernización
Por tratarse de un modelo cuyo diseño se remota a principios de los años 50’s, muchas partes, componentes y equipos se han tornado completamente obsoletos y requieren un reemplazo. Por tal motivo el programa de modernización contempla el recambio de muchos componentes entre los que se destacan la unidad de potencia auxiliar (APU) que se actualizará con la instalación del llamado “Short Pod Auxiliary Power Unit” el cual proporciona un mayor flujo de aire para el encendido de los motores como así también un suministro eléctrico de 40 KVA frente a los 25/30 del modelo actual. El resto de los diferentes sistemas de la aeronave serán revisados, incluyendo los sistemas eléctricos, hidráulico, de combustible, de presurización, de oxígeno, sistema de comunicaciones internos, iluminación, etc.
En cuanto a los equipos instalados durante el programa MATE, tal como el sistema de alerta de tráfico aéreo TCAS II Honeywell CAS-100A, el sistema de alerta y proximidad de terreno Honeywell Mk VIII, balizas ELT ó grabadoras de datos se mantendrán existiendo algunas dudas respecto del radar metereológico RDR-2000 por cuanto algunas fuentes indican que los C-130 estarían recibiendo el radar táctico multimodo Northro Grumman AN/APN-241, radar estándar de los C-130J y C-27J Spartan II, lo cual incrementaría notablemente las capacidades del avión ya que el radar actualmente instalado es civil y no dispone de ciertas capacidades de navegación y detección de superficie.
El sistema Flight2
Para la modernización de los Hércules la FAA eligió el sistema de aviónica Flight2 de Rockwell Collins, sistema que ha sido elegido por más de una docena de usuarios que procedieron a modernizar sus Hércules y que también se emplea en las actualizaciones de cabina de los P-3 Orión, los E-2C Hawkeye, KC-135, E-3C Sentry, etc. Se puede afirmar que la elección de la FAA es totalmente lógica a cuenta que el Flight2 es un sistema que se basa en otro producto de la empresa, el Pro Line 21 que es el modelo elegido para el Embraer KC-390, con lo cual a futuro la transición de los pilotos de C-130 al KC-390 será mucho más simple a cuenta que manejaran similares presentaciones y opciones en ambos modelos.
El Flight2 es un sistema integral de aviónica que proporcionará a los pilotos de C-130 una mayor conciencia situacional al presentar de modo individual o fusionada información sobre los distintos sistemas de comunicación, navegación y vigilancia (CNS: Communications, Navegation and Surveillance) además de incorporar un sistema de gestión de tráfico aéreo (ATM: Air Traffic Management). En tal sentido el Flight2 se compone de pantallas multifunción MFD-268, el sistema de gestión integrado de vuelo CDU-7000 que incluye software para el lanzamiento de precisión de cargas aéreas, equipos de comunicaciones digitales y los sistemas de vigilancia de tráfico aéreo (TCAS) y proximidad de terreno (GPWS) incorporados durante el programa MATE.
El Flight2 tiene su lado visible en las seis pantallas multifunción policromas de 6 x 8 pulgadas correspondientes al modelo Rockwell Collins MFD-268, compatibles con el uso de gafas de visión nocturna las cuales disponen de una capacidad de 32MB de memoria RAM, 2 MB de memoria Flash y generador de gráficos y soporte para video. La configuración estándar consta de dos pantallas centrales dedicadas principalmente a las distintas performances e indicaciones de los motores siendo las mismas denominadas EIDS (Engine Instrument Display System) que reemplazan nada menos que los 32 indicadores electromecánicos originales del C-130. En cada puesto existen dos pantallas, una dedicada a la presentación de datos primarios de vuelo (Flight Primary Display) y a la derecha de la misma, una multifunción (MFD). En ésta últimas existe una amplia variedad de opciones de presentación que van desde la información proporcionada por radar meteorológico o táctico, mapas digitales, información de radioayudas, información táctica, etc.
Las ventajas del sistema Flight2 son múltiples pudiéndose destacar en primer lugar un notable incremento de los niveles de conciencia situacional de los pilotos al recibir información general de modo simple, hecho que se traduce también en un incremento en los niveles de seguridad y precisión en todo tipo de operaciones. Sólo a modo de ejemplo podrán realizar navegaciones tácticas de modo autónomo o aproximaciones y aterrizajes en pistas prescindiendo de las radioayudas, un punto destacable considerando las operaciones de los C-130 durante las campañas antárticas. Lo mismo es aplicable para la ejecución misiones de lanzamiento de precisión de carga aérea o también en el caso de las misiones de búsqueda y rescate (SAR) tanto sobre superficie terrestre como sobre el mar.
Pero la incorporación del Flight2 también aporta ventajas en cuanto el mantenimiento e incluso sobre las prestaciones de la aeronave. Aunque la parte visible de cualquier instrumento de vuelo es generalmente un dial a escala y una aguja indicadora, la parte no visible se integra de una multiplicidad de engranajes, diafragmas, membranas, conexiones eléctricas, sensores calibrados, sondas, etc. cuyo mantenimiento y reparación requiere de verdaderos especialistas ya que en definitiva se trata de instrumental de precisión. Las pantallas LCD son significativamente más simples de mantener y no requieren de tanto equipamiento anexo, razón por la cual los índices de mantenimiento se reducen considerablemente como así también los tiempos entre fallas, ya que muchos de los nuevos equipos al emplear nueva tecnología, son mucho menos propensos a los fallos. Todo ello se refleja finalmente en una reducción de los costos de operación y mantenimiento, un punto más que saludable para aeronaves de más de 40 años.
Pero hay otra ventaja adicional y es que al prescindir de todos esos complejos instrumentos, el peso vacío de la aeronave se reduce, habiéndose registrado en algunos programas de modernización de C-130 una disminución en el peso vacío del avión en algo más de 400 kg, hecho que también se traduce en un muy ligero ahorro de combustible.
Este gráfico compara los tiempos entre fallas entre los equipos originales y los nuevos, como así los costos de mantenimiento de dichos equipos y el ahorro de combustible al reducir el peso de la aeronave.
Rockwell Collins ofrece con el Flight2 un sistema de entrenamiento virtual conocido como VAPT (Virtual Avionics Procedures Trainer) que puede correr en cualquier ordenador comercial montado en un sistema modular portátil que reproduce el cockpit de un C-130 modernizado incluyendo un puesto para el instructor y que permite a los futuros pilotos “hacer cabina” y adaptarse a los distintos procedimientos que implica la incorporación del nuevo instrumental facilitando así la conversión de los futuros transportistas al nuevo “glass cockpit”.
Sólo basta mencionar que todos los componentes del Flight2 se enmarcan dentro del concepto COTS (Commercial off-the-shelf) o sea de libre comercialización en el mercado lo que implica que cualquier componente (tanto hard como software) puede ser reemplazado por uno de uso comercial no siendo en consecuencia suceptibles de embargo o restricción alguna.
Conclusiones
Es más que un deseo que el programa de modernización se pueda ejecutar en su totalidad y sin retraso alguno a modo de permitir que los C-130 puedan seguir operando con la última tecnología disponible en materia de navegación, comunicaciones y vigilancia, hecho que incrementará la seguridad de cada operación mejorando además las ya innumerables capacidades del venerable Hércules.
También es deseable que la capacidad que se instale en FAdeA para éste programa puede hacerse extensiva quizás a otros modelos, en particular a los P-3 Orion de la Armada que también requieren de una actualización de sus cabinas de vuelo, por cuanto el sistema Flight2 ya homologado e instalado en los P-3C de la US Navy como en los P-3 de Corea del Sur.
Por lo pronto habrá que esperar hasta fines de éste año a que el TC-69 regrese de Estados Unidos con su nuevo equipamiento y así las chanchas inicien una nueva etapa en su ya basta e histórica trayectoria con los colores de la FAA.
Interdefensa©2015
Claudio Caputti
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