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miércoles, 6 de junio de 2018

La OTAN recibirá el primer Global Hawk a finales de año

Cumbre europea de RPAS
RPAS Global Hawk
B. Carrasco - Infodefensa

La OTAN tiene previsto recibir a finales de este 2018 el primero de los cinco RPAS Global Hawk comprados a la firma estadounidense Northrop Grumman. Este sistema HALE (High Altitude Long Endurance, por sus siglas en inglés) operará desde la base italiana de Sigonella y actuará principalmente en misiones de protección de fuerzas terrestres, gestión de crisis, seguridad marítima y fronteriza o asistencia humanitaria.

En el marco de la cumbre europea de RPAS para Seguridad y Defensa, UNVEX S&D, el comandante José Arias Fernández del Ejército del Aire explicó a Infodefensa.com las características y capacidades de este sistema remotamente tripulado. El oficial de la Fuerza Aérea está destinado en Sigonella (Sicilia) y será uno de los responsables de la gestión de los datos procedentes de las aeronaves.

El Global Hawk puede operar hasta 30 horas de forma ininterrumpida a una altitud de 65.000 pies, muy por encima de aviones comerciales que alcanza las 45.000 pies. El radar es el sistema clave que proporciona básicamente GMTI (Ground Moving Target Indicator); es decir, información sobre los movimientos de los objetivos en tierra. El sistema otorga al mando de la operación conocimiento sobre el entorno de la misión, la llamada 'conciencia situacional'.

El comandante destacó que la principal ventaja es la capacidad para observar el teatro de operaciones, sin estar dentro del mismo. A modo de ejemplo, comentó que el sistema podría llegar hasta Sudáfrica y permanecer en el área hasta cinco horas. En un principio, la autonomía y el actual área de operaciones de la Alianza Atlántica -Norte de África y Oriente Medio- permitirán efectuar misiones desde la base aérea de Sigonella, sin tener que desplegar en bases secundarias. En todo caso, Arias remarcó que "podríamos desplegar en cualquier base de la OTAN que lo solicitara".

Diez militares españoles

Por el momento, España aporta a este programa un equipo de diez militares del Ejército del Aire entre los que está el comandante José Arias. Él es jefe de operadores de vigilancia, encargados de la explotación del GMTI y de tratar de establecer patrones de comportamiento entre los objetivos identificados; como las carreteras que transita un convoy de vehículos o los desvíos que efectúa a lo largo de un determinado recorrido.

Durante los tres últimos años, el oficial de la Fuerza Aérea ha pasado por Estados Unidos, Alemania e Italia donde ha recibido la formación necesaria para desempeñar esta tarea. Entre los españoles también está, por ejemplo, un coronel que actúa como jefe del Ala Logística. Arias explica que en nueve meses de instrucción un militar es capaz de trabajar con el sistema del Global Hawk. En total, el RPAS necesita de un equipo de unas 25 personas para llevar a cabo una misión de vigilancia.

Sistema AGV

Estos RPAS formarán parte del sistema de Vigilancia Terrestre de la Alianza (AGV, por sus siglas en inglés). El programa incluye la adquisición de los cinco HALE y las estaciones de control en tierra por un importe que ronda los 1.700 millones de dólares. Hasta 15 países aliados, entre los que no está España, financian la compra de estos sistemas y los 28 miembros de la OTAN tendrán acceso a los datos proporcionados por los Global Hawk.

El calendario actual establece que la primera aeronave llegará a finales de este año, a partir de entonces, comenzará la fase conocida como Inicial Operation Capability (IOC), que se prolongará hasta mayo de 2019. El inicio de las primeras misiones bajo determinadas condiciones está previsto para mediados del próximo año. La OTAN espera tener a pleno rendimiento los cinco aparatos en 2025 y contar con un equipo de unos 600 militares procedentes de todos los países miembros. Una cifra que incluye operadores, analistas de imágenes, mecánicos y personal de apoyo logístico.

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