Cumbre europea de RPAS
RPAS Global Hawk |
B. Carrasco - Infodefensa
La OTAN tiene
previsto recibir a finales de este 2018 el primero de los cinco RPAS Global
Hawk comprados a la firma estadounidense Northrop Grumman.
Este sistema HALE (High Altitude Long Endurance, por sus
siglas en inglés) operará desde la base italiana de Sigonella y
actuará principalmente en misiones de protección de fuerzas terrestres, gestión
de crisis, seguridad marítima y fronteriza o asistencia humanitaria.
En el marco de la cumbre europea de RPAS para Seguridad y Defensa, UNVEX
S&D, el comandante José Arias Fernández del Ejército
del Aire explicó a Infodefensa.com las características y
capacidades de este sistema remotamente tripulado. El oficial de la Fuerza
Aérea está destinado en Sigonella (Sicilia) y será uno de los responsables de
la gestión de los datos procedentes de las aeronaves.
El Global Hawk puede operar hasta 30 horas de forma ininterrumpida
a una altitud de 65.000 pies, muy por encima de aviones comerciales que alcanza
las 45.000 pies. El radar es el sistema clave que proporciona básicamente GMTI
(Ground Moving Target Indicator); es decir, información sobre los
movimientos de los objetivos en tierra. El sistema otorga al mando de la
operación conocimiento sobre el entorno de la misión, la llamada 'conciencia
situacional'.
El comandante destacó que la principal ventaja es la capacidad para observar
el teatro de operaciones, sin estar dentro del mismo. A modo de ejemplo,
comentó que el sistema podría llegar hasta Sudáfrica y permanecer en el área
hasta cinco horas. En un principio, la autonomía y el actual área de
operaciones de la Alianza Atlántica -Norte de África y Oriente Medio-
permitirán efectuar misiones desde la base aérea de Sigonella, sin tener que
desplegar en bases secundarias. En todo caso, Arias remarcó que "podríamos
desplegar en cualquier base de la OTAN que lo solicitara".
Diez
militares españoles
Por el momento, España aporta a este programa un equipo de diez militares
del Ejército del Aire entre los que está el comandante José Arias. Él es jefe
de operadores de vigilancia, encargados de la explotación del GMTI y
de tratar de establecer patrones de comportamiento entre los objetivos
identificados; como las carreteras que transita un convoy de vehículos o los
desvíos que efectúa a lo largo de un determinado recorrido.
Durante los tres últimos años, el oficial de la Fuerza Aérea ha pasado por
Estados Unidos, Alemania e Italia donde ha recibido la formación necesaria para
desempeñar esta tarea. Entre los españoles también está, por ejemplo, un
coronel que actúa como jefe del Ala Logística. Arias explica
que en nueve meses de instrucción un militar es capaz de trabajar con el
sistema del Global Hawk. En total, el RPAS necesita de un equipo de
unas 25 personas para llevar a cabo una misión de vigilancia.
Sistema
AGV
Estos RPAS formarán parte del sistema de Vigilancia Terrestre de la
Alianza (AGV, por sus siglas en inglés). El programa incluye la
adquisición de los cinco HALE y las estaciones de control en tierra por un
importe que ronda los 1.700 millones de dólares. Hasta 15 países aliados, entre
los que no está España, financian la compra de estos sistemas y los 28 miembros
de la OTAN tendrán acceso a los datos proporcionados por los Global Hawk.
El calendario actual establece que la primera aeronave llegará a finales de
este año, a partir de entonces, comenzará la fase conocida como Inicial
Operation Capability (IOC), que se prolongará hasta mayo de 2019. El
inicio de las primeras misiones bajo determinadas condiciones está previsto
para mediados del próximo año. La OTAN espera tener a pleno rendimiento los
cinco aparatos en 2025 y contar con un equipo de unos 600 militares procedentes
de todos los países miembros. Una cifra que incluye operadores, analistas de
imágenes, mecánicos y personal de apoyo logístico.
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