El secretario de Defensa, Pete Hegseth, revisó personalmente el dron durante el evento, donde también se mostraron otras dieciocho plataformas autónomas. Esta presentación se enmarca en un esfuerzo más amplio del Departamento de Defensa para equipar a las fuerzas estadounidenses y aliadas con sistemas no tripulados escalables y adaptables, capaces de apoyar operaciones dispersas, especialmente en la región del Indopacífico. LUCAS ya ha completado con éxito las pruebas y está listo para la producción, con su integración en unidades activas prevista próximamente. Aunque se presentó públicamente bajo el nombre de LUCAS (Sistema de Ataque de Combate No Tripulado de Bajo Costo), el dron parece estar basado en el dron objetivo FLM 136, a menudo erróneamente etiquetado como FLM 131, o derivar de él, ya que varias pistas refuerzan este origen.
En primer lugar, el sitio web de SpektreWorks describe un dron objetivo FLM 136 que se asemeja mucho al LUCAS en tamaño, configuración y función. Además, SpektreWorks fue una de las empresas seleccionadas para el programa de Transición de Innovación de Prototipos de UAS Pequeños Aplicados (APFIT) del Ejército, cuyo objetivo era acelerar la entrada en servicio de sistemas de drones listos para la transición. Este programa se centró específicamente en diseños atractivos, modulares y de bajo coste para entornos controvertidos, y el vídeo que acompaña a la noticia mostró el lanzamiento del FLM 136. Este cambio de nombre también se alinea con las prácticas más generales del Departamento de Defensa, donde las plataformas suelen recibir nuevas designaciones al entrar en las fases formales de evaluación militar o adquisición, como el M1126 Stryker basado en el LAV III. Técnicamente, el LUCAS/FLM 136 presenta un diseño de arquitectura abierta, que permite el uso de bahías de carga modulares que pueden alojar sensores de reconocimiento, módulos de guerra electrónica o cargas explosivas, según los requisitos de la misión. Admite fuentes de alimentación de 28 V y 12 V e incluye una red de carga útil que permite la conmutación remota de sistemas durante el vuelo. Sus métodos de lanzamiento incluyen despliegue desde camión y despegue asistido por cohete (RATO), lo que aumenta la flexibilidad para operaciones de campo sin necesidad de infraestructura especializada ni entrenamiento de tripulación.
El FLM 136 está clasificado como vehículo aéreo no tripulado del Grupo 3, lo que significa que puede pesar hasta 600 kilogramos y operar a altitudes de hasta 5.500 metros. Visualmente, el dron se asemeja mucho al Shahed-136 de Irán, con una envergadura triangular de aproximadamente 2,5 a 3 metros y un motor de pistón. Sin embargo, LUCAS incluye mejoras modulares que permiten su reutilización en ciertas configuraciones, y su integración en la red en malla Multi-domain Unmanned Systems Communications (MUSIC) le permite servir no solo como munición merodeadora, sino también como un relé de comunicación entre sistemas no tripulados y centros de comando. SpektreWorks confirmó que el dron es capaz de coordinarse de forma autónoma con otras plataformas, lo que lo hace adecuado para tácticas de enjambre y operaciones de ataque centradas en la red. Estas características diferencian a LUCAS de su homólogo iraní al ofrecer flexibilidad, control digital e integración dentro de una arquitectura de combate estadounidense más amplia, con un peso de lanzamiento en el rango de 70 a 100 kilogramos.
La introducción de LUCAS se produce en el contexto de una transformación radical en la política estadounidense sobre drones, bajo el memorando de la administración Trump del 10 de julio de 2025 titulado "Desatando el Dominio Militar de los Drones de EE. UU." (Liberando el Dominio Militar de los Drones de EE. UU.). Firmado por el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, y respaldado por la Orden Ejecutiva 14307, la iniciativa busca acelerar drásticamente la adquisición de drones, reducir las cargas regulatorias y aumentar la producción de sistemas fungibles. Bajo la nueva política, los drones de los Grupos 1 y 2 se reclasifican como "bienes de consumo" o "consumibles", lo que les permite ser tratados de forma similar a municiones como granadas, en lugar de aeronaves tradicionales. Si bien LUCAS se clasifica dentro de la clasificación más estricta del Grupo 3, ahora se aplican los mismos principios para acelerar su despliegue. Los comandantes de unidad están facultados para adquirir drones directamente, eludiendo los marcos de adquisición tradicionales y permitiendo una innovación más ágil en el campo de batalla. Estos cambios también se ven respaldados por nuevos canales de inversión y autoridades de adquisición vinculadas a la capacidad industrial nacional.
Paralelamente a esta reforma nacional, el Departamento de Comercio de EE. UU. ha abierto una investigación de seguridad nacional, amparada en la Sección 232, sobre la importación de drones y componentes, en particular los de empresas chinas como DJI y Autel Robotics. Esta investigación, iniciada discretamente el 1 de julio y hecha pública el 15 de julio, busca determinar si la dependencia de drones de fabricación extranjera socava la seguridad nacional y la resiliencia de la cadena de suministro de EE. UU. La investigación podría resultar en aranceles, prohibiciones de compras o incluso restricciones a la importación, lo que incentivaría aún más al Pentágono y a los sectores comerciales a adoptar plataformas de fabricación estadounidense como LUCAS. Grupos del sector, como la Asociación Internacional de Sistemas de Vehículos No Tripulados (AUVSI), han expresado un firme apoyo a la investigación, argumentando que el dominio de competidores extranjeros subvencionados ha frenado la innovación estadounidense y ha generado vulnerabilidades en las operaciones militares y de infraestructuras críticas. La Casa Blanca también ha instado a la Administración Federal de Aviación (FAA) a acelerar los procesos de certificación de drones e integración del espacio aéreo, especialmente para las operaciones más allá de la línea visual (BVLOS) y los sistemas de gestión del tráfico aéreo no tripulado.
El dron Shahed-136 , desarrollado originalmente por la Compañía Industrial de Fabricación de Aeronaves (HESA) de Irán, se ha convertido en un activo fundamental en la guerra asimétrica moderna. Conocido por su asequibilidad, su alcance de hasta 2500 kilómetros y su capacidad para transportar cargas explosivas en misiones unidireccionales, el Shahed-136 ha sido ampliamente desplegado en Ucrania y en todo Oriente Medio. Su bajo coste y el uso de componentes comerciales listos para usar permiten su producción en masa y su despliegue en enjambres, especialmente en ataques contra infraestructuras civiles y militares. Rusia ha adoptado y renombrado el dron como Geran-2, empleándolo ampliamente durante su campaña en Ucrania para saturar las defensas aéreas y saturar la cobertura de radar. Estas tácticas han tenido impactos tanto operativos como psicológicos, revelando vulnerabilidades en los sistemas tradicionales de defensa por capas y subrayando la necesidad de contramedidas de bajo coste y equivalentes.
Debido a su simplicidad, bajos requisitos de producción e impacto demostrado, el Shahed-136 ha inspirado una oleada de imitadores y adaptaciones a nivel mundial. Los informes indican que se han utilizado o desarrollado drones similares en Bielorrusia, Israel, China, Ucrania, Turquía, Venezuela, Sudán, Etiopía, Siria, Yemen y Corea del Norte, y algunos gobiernos han realizado ingeniería inversa basándose en unidades capturadas o derribadas. El atractivo del dron reside en su accesibilidad y valor estratégico, capaz de eludir los sistemas de defensa avanzados con ataques de saturación a un costo mucho menor que el de los misiles guiados. Por estas razones, el Shahed se ha convertido en un símbolo del poder aéreo de próxima generación. La introducción de LUCAS por parte de Estados Unidos, diseñado no solo como una copia, sino como una alternativa modular, habilitada para la red y potencialmente reutilizable, refleja la comprensión de que, para mantener su relevancia operativa en la guerra con drones, los sistemas deben ser escalables, adaptables y estar profundamente integrados en la doctrina táctica y estratégica. LUCAS constituye así no sólo una respuesta tecnológica, sino también doctrinal, a la emergente proliferación global de municiones merodeadoras.