Durante tres semanas, después de ampliar su guerra contra Ucrania a partir de la noche del 23 de febrero, el ejército ruso avanzó sin cesar los aproximadamente 80 kilómetros que separan la frontera bielorrusa de las afueras de Kiev. Una ofensiva separada, hacia el suroeste de Rusia en el noreste de Ucrania llegó a la ciudad de Chernihiv, 80 millas al norte de Kiev.
Un asalto aéreo ruso sobre el aeropuerto de Hostomel, cerca de la capital, que comenzó el primer día de la guerra más amplia y que fue llevado a cabo por helicópteros de asalto Mi-8 que transportaban cientos de paracaidistas, terminó en un desastre para los rusos.
Pero el principal asalto terrestre, dirigido por los 29º, 35º y 36º Ejércitos de Armas Combinadas rusos al oeste de Kiev y los 2º y 41º EAC al este de la capital, tuvo más éxito a corto plazo. Los rusos rodearon y asediaron Chernihiv, al tiempo que crearon un cordón muy flojo e incompleto alrededor de Kiev a una distancia de una docena de millas o más.
Ese éxito fue efímero. El Kremlin había planeado una rápida captura de Kiev y el colapso inmediato del gobierno ucraniano, todo ello en dos o tres días. Cuando eso no ocurrió, los fallos en la planificación del ejército ruso se hicieron evidentes.
Las unidades estaban mal dirigidas, mal equipadas y, lo que es más importante, no contaban con el apoyo necesario. El ejército ruso nunca tuvo suficientes camiones para que sus batallones logísticos pudieran seguir el ritmo de una fuerza de invasión que se movía rápidamente. Esta carencia se fue agravando a medida que la guerra se prolongaba en su segunda, tercera y cuarta semana, y los drones y misiles ucranianos comenzaron a destruir camiones por docenas.
El resultado es que el intento de Rusia de rodear Kiev se estancó mientras el Kremlin se esforzaba por reforzar batallones destrozados y hambrientos. “En realidad, no están tratando de avanzar en este momento”, dijo un alto funcionario de defensa de Estados Unidos sobre los rusos el jueves. “Están tomando más posiciones defensivas”.
Mientras los rusos se atrincheraban, una movilización general añadió decenas de miles de tropas nuevas a las filas ucranianas. Los batallones ucranianos comenzaron a desplazarse hacia el este desde la relativa seguridad del oeste del país. Alrededor del 19 de marzo, estos batallones entraron en contacto con los rusos al oeste de Kiev.
Fue entonces cuando el impulso de la guerra puede haber comenzado a cambiar. Los primeros rumores de que los batallones ucranianos habían lanzado una contraofensiva al oeste de Kiev eran imposibles de distinguir de la propaganda. El jueves, sin embargo, se vieron las primeras pruebas fehacientes de esa operación, en forma de satélites de detección de explosiones de la NASA.
Las explosiones indicaban una intensa lucha a lo largo de las carreteras que atraviesan Hostomel e Irpin en dirección a la capital. Un patrón similar de disparos era evidente más al noroeste, a lo largo de las principales rutas de suministro que conectan al ejército ruso con sus cabezas de ferrocarril en Bielorrusia.
Las llamas cuentan una historia de enfrentamientos sostenidos entre batallones ucranianos reforzados y batallones rusos inactivos y agotados. La ventaja parece estar en manos de los ucranianos, que el miércoles afirmaron haber liberado Makariv, una ciudad a 50 kilómetros al oeste de Kiev.
A medida que los ucranianos se acercan a los rusos por el oeste mientras mantienen una fuerte línea defensiva por el este, están creando una bolsa, rodeando a la misma vanguardia rusa que, apenas un par de semanas antes, había amenazado con rodear Kiev.
Esta bolsa, que al parecer contiene unos 10.000 soldados rusos de los 35º y 36º CAA, es extremadamente vulnerable. A medida que los rusos se queden sin alimentos y municiones, podrían empezar a rendirse en masa, o arriesgarse a ser aniquilados.
La contraofensiva ucraniana no se limita a la región al oeste de Kiev. También está en marcha un esfuerzo separado en el otro lado de la ciudad. El martes, los rusos se encontraban a sólo 12 millas del este de Kiev. Dos días después, se habían retirado 20 millas más al este y al norte, según el Pentágono.
La contraofensiva ucraniana en torno a Kiev no alivia inmediatamente la presión sobre las ciudades asediadas de Chernihiv y Kharkiv en el este y Mariupol en el sur. No ayuda inmediatamente a las fuerzas ucranianas que luchan por liberar la ciudad sureña de Kherson de los ocupantes rusos.
Pero eso podría cambiar. Si el ejército ucraniano puede cerrar y eliminar la bolsa de tropas rusas al oeste de Kiev, los comandantes podrían desplazar las fuerzas hacia el este y el sur para lanzar o reforzar las contraofensivas allí.
En términos más generales, la operación ucraniana en torno a Kiev subraya la conclusión a la que llegaron muchos observadores de la guerra después de sólo dos semanas. Rusia ya no está ganando. Y en realidad podría estar perdiendo.(Source/Photo/Author: David Axe)
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