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lunes, 24 de enero de 2022

Fuerza Aérea Argentina, entre el statu quo y el riesgo del cambio

Mientras que el embajador argentino en China visitó las oficinas de CATIC y dio casi como un hecho seguro la incorporación del JF-17 Thunder a la Fuerza Aérea Argentina (FAA), Estados Unidos acerca un ofrecimiento por 12 F-16A/B MLU dinamarqueses.

¿El favorito?

Hace solo unos días el embajador Sabino Vaca Narvaja fue recibido por el vicepresidente de la China National Aero-Technology Import & Export Corporation (Catic), Wang Yaoxin, como parte de «una estrategia integral» del Gobierno argentino de cooperación en materia de defensa con la nación asiática. En el encuentro se discutieron detalles respecto de la posible adquisición de aviones JF-17 de tercera generación (equivalente a la cuarta generación de cazas en el resto del mundo) desarrollados en conjunto por CATIC, PAC y la Fuerza Aérea de Pakistán (PAF).

Embajador Vaca Narvaja en CATIC

Desde hace un tiempo que el Gobierno argentino viene dando pistas e indicaciones que  colocan al JF-17 Thunder como la opción favorita para la FAA, como por ejemplo, la aparición en el proyecto de presupuesto 2022 de un pedido de toma de deuda para comprar específicamente este caza sino-pakistaní. Lo que parecía así una decisión tomada, fue luego desmentida por el Ministerio de Defensa, aduciendo que se trató de un error y que se seguía negociando por 5 posibles candidatos. Pero como “error”, fue demasiado específico como para ser inocente. 

Otra evidencia que apunta al favoritismo del Gobierno por la vía china, son las palabras del embajador, el cual sostuvo que el proyecto (hablando en CATIC sobre el JF-17) «es histórico» y «trascendental para nuestro país y nuestro sistema de defensa y quedará en la historia de las fuerzas armadas argentinas».

Y pese a las dudas que genera en la Fuerza Aérea Argentina la, aún no probada, calidad de los productos aeroespaciales chinos respecto de los occidentales, hay aspectos favorables de su oferta, que deben ser seriamente ponderados. Como que los aviones de combate, sus componentes (hardware y software) y armamento, vendrían sin restricciones de uso y quedarían libres de posibles sanciones del Reino Unido o Estados Unidos.

Otro de los valores más importantes del JF-17 Block III (cuyos primeros aviones de serie comenzaron salir de la línea de ensamblaje de PAC) es que se trata de aviones de 4++ generación, que cuentan con electrónica actualizada, como un radar AESA y sistemas de autodefensa modernos. Además, dentro de la oferta se incluyó un paquete de armamento inicial que permitiría a la Fuerza Aérea Argentina, por primera vez, experimentar capacidades de combate aire-aire de medio/largo alcance y ataque a superficie de precisión.

Pero claro, esos son aspectos técnicos que no necesariamente se encuentren dentro de la consideración del actual Gobierno. En cambio, una financiación generosa, sumar un punto con el segundo mayor socio comercial de la Argentina y de paso, comprar cierto apoyo político chino de cara a las negociaciones de la deuda externa, sí que lo estarían.

Primeros Block III de serie.

Y en este contexto, y como era de esperar, los Estados Unidos también acercaron al Ministerio de Defensa su oferta. Y saben hacerlo desde un ángulo que interesa mucho al Gobierno, el del dinero, ya que se trataría de cazas F-16 de segunda mano, dejados a un muy buen precio.

Desde EE.UU., la oferta amigable al bolsillo

La noticia, originada en el sitio Pucara Defensa, es que los EE.UU. ofrecieron a los gobiernos de Colombia y Argentina aviones Lockheed Martin F-16A/B MLU Fighting Falcon que la Fuerza Aérea Danesa está reemplazando por los F-35A Lightning II.

La venta se realizaría mediante el mecanismo Foreign Military Sales (FMS) y se trata, por ahora, de una docena de aviones para Argentina (y 6 para Colombia), a 15 millones de dólares cada uno, junto con un lote inicial de repuestos y entrenamiento para pilotos y personal técnico.

F-16 MLU de la Real Fuerza Aérea de Dinamarca.
Pero la Fuerza Aérea Argentina pidió que se complemente la oferta con un paquete inicial de armamento aire-aire, aire-superficie y pods de puntería, para no repetir los errores del pasado, cuando llegaron los A-4AR Fighting Hawk, con electrónica moderna, pero sin armamento alguno que permitiera aprovecharla.

Otro punto destacable, es que la FAA también pide la inclusión de al menos un Boeing KC-135R Stratotanker de reabastecimiento en vuelo, ya que lo únicos aviones que posee Argentina para estas funciones son 2 KC-130H Hércules (y la perspectiva futura de comprar el Embraer KC-390) con sistemas del tipo sonda-cesta y los F-16 utilizan el sistema de pértiga.

Una de las bondades de la oferta norteamericana se centra en el precio (muy inferior a los USD 50 millones de los JF-17 Block III) por unos F-16 que aunque viejos, fueron modernizados para equipararse con aviones del bloque 50/52 y siempre tuvieron un buen mantenimiento, lo que permitiría a la FAA operar estos cazas por 10 o 15 años, mediante una baja inversión inicial.

Otra ventaja sería que permitiría a la FAA mantenerse dentro del «universo OTAN», facilitando además la cadena logística (después de todo, el F-16 es uno de los aviones más confiables y extendidos del mundo) y la interoperabilidad con EEUU, incluso con la Fuerza Aérea Chilena y, aparentemente, la Fuerza Aérea Colombiana.

Entre los aspectos no tan atractivos de la oferta, podemos señalar que los F-16 dinamarqueses, respecto de los JF-17 Block III, son tecnológicamente inferiores, al menos que se modernicen eventualmente a la variante Viper. Pero no parece probable en el corto/mediano plazo, por cuestiones presupuestarias argentinas y de política exterior norteamericana, en especial respecto de no alterar el balance (o mejor dicho, desbalance) militar del Atlántico Sur entre Argentina y el Reino Unido.

A esto, hay que sumarle los costos añadidos de incorporar y operar los KC-135, que son aeronaves muy gastadas y de manutención cada vez más compleja (por algo el apuro de la USAF en reemplazarlos por KC-46), lo que implicaría añadir toda una logística nueva a la FAA.

¿Este u Oeste? ¿Continuidad o cambio?

Son muchas las cuestiones que la Fuerza Aérea, el Ministerio de Defensa y el Gobierno argentino deberán tener en cuenta antes de tomar una decisión entre el F-16 y el JF-17 (o MiG-35). Representan propuestas muy distintas, cada una con sus virtudes y defectos.

Hay aspectos técnicos, diplomáticos y económicos que podrían tener consecuencias significativas en la actual coyuntura política nacional. Por ejemplo, ¿Qué tanto mas complicadas pueden volverse las negociaciones de Argentina con el FMI si el elegido fuera el JF-17 Thunder? ¿Amenazaría EE.UU. con sanciones económicas mediante su ley CAATSA (sigla en inglés para Contrarrestar a los Adversarios de Estados Unidos a Través de la ley de Sanciones)?

Autorizaría EE.UU. los AMRAAM C7 o C8 para Argentina, de optar por los F-16?
Los F-16 ofrecidos por EE.UU. permitirían a los pilotos de la FAA seguir volando, a un precio asequible para las arcas argentinas, durante una década o mas, a la espera de que las condiciones económicas mejoren y se pueda encarar un programa de adquisiciones acorde a las verdaderas necesidades del país. ¿Pero está dispuesto Estados Unidos a ofrecer a la Argentina la misma libertad de operación por estos F-16, que ofrece China a los usurarios del Thunder?

Y es China un socio confiable a largo plazo? Porque adquirir un sistema de armas como un avión de combate implica necesariamente el establecimiento de relaciones técnicos/comerciales/militares con el país fabricante, de largo aliento. ¿Y que hay de la calidad de sus productos? Las experiencias en la región respecto de sistemas de armas de ese origen no fueron las mejores. La operatividad del JF-17 y/o de su armamento y equipos podrían ser un problema a futuro. Y si nos guiamos por las palabras del embajador Sabino Vaca Narvaja, el Thunder podría ser solo la punta de lanza de una asociación en Defensa mucho mas extensa, lo que implicaría que todas las ramas de las Fuerzas Armadas serían equipadas en cierta medida con sistemas de defensa chinos.

Prototipo del JF-17 Block III
Tal vez lo mejor que pueda hacer el Gobierno, es tratar de navegar con habilidad entre dos corrientes opuestas. Aún pese a la debilidad presupuestaria crónica y falta de políticas de Defensa claras de Argentina, sería posible obtener tratos que convengan a la soberanía nacional, aprovechando la rivalidad entre las dos mayores superpotencias del globo, sin que ello implicara una toma de posición geoestratégica definitiva.

Claramente, 12 cazas ligeros no representarían un cambio significativo en la actual correlación de fuerzas en la región sudamericana. Sin embargo, ya sea por el F-16 o por JF-17, la decisión sí podría representar un cambio o adición de proveedores en material de defensa, lo que podría implicar un giro de la política exterior argentina, o la continuidad de un statu quo que por ahora no parece haber beneficiado al país en su política exterior. En definitiva, comprar un caza no es solo «comprar un caza».(Source/Photo: Aviacionline)

2 comentarios:

  1. EEUU ofrece chatarra a muy buen precio a la Argentina.
    se eligira entre el F16 BLOCK0 Y P61 sobrantes de la segunda guerra mundial,ya que A4 no hay mas.

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  2. Prefiero F-16 y sino salir de Occidente e ir por los MIG-31 excelente avion tambien con buen armamento. El JF-17 es un avion chino que Pakistan esta cambiando por los J-10 chinos, mejor avión.

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