Por el momento, se sabe que los sistemas a bordo de los cazas F-15 y F-16 de la Fuerza Aérea israelí han sufrido interferencias externas que provocaron un mal funcionamiento de los sistemas de posicionamiento global. Además, a diferencia de la mayoría de casos similares, a los que la fuerza aérea israelí ya está acostumbrada, esta vez los cambios se asociaron con un aumento artificial de la altitud de vuelo de la aeronave.
Como resultado, uno de los cazas estuvo a punto de estrellarse. Por el momento, todos los vuelos de entrenamiento de los cazas de la Fuerza Aérea israelí están todavía detenidos. La clave es que al maniobrar a baja altitud, el piloto puede simplemente chocar contra una montaña o chocar con el suelo. Los sistemas de advertencia de emergencia tampoco funcionan. Las operaciones militares de Israel también están amenazadas, ya que estas interferencias también pueden afectar al funcionamiento de los sistemas de guía de los misiles de crucero. (Source/Photo: Various Media)
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