El Mando de Ataque Global de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) ha completado la desinversión de 17 Rockwell B-1B Lancers, ya que el último de los 17 bombarderos supersónicos partió de la Base Aérea Edwards, en California, con destino al depósito de la Base Aérea Davis-Monthan, en Arizona.
La desinversión de los 17 B-1B Lancers es un apoyo a la USAF para adaptar y modernizar la fuerza de bombarderos de los Estados Unidos, que fue autorizada por la Ley de Autorización de la Defensa Nacional.
El general de brigada Kenyon Bell, director de logística e ingeniería de la AFGSC, ha declarado: “El plan de desinversión se ha ejecutado sin problemas. Con menos aviones en la flota de B-1, los encargados del mantenimiento podrán dedicar más tiempo y atención a cada avión que quede en la flota”.
Los 17 B-1B han sido retirados de una flota de 62, quedando 45 B-1B en el inventario activo de la USAF. Múltiples B-1B retirados en el plan de desinversión tuvieron diversos resultados, un avión fue entregado a la base aérea de Tinker, Oklahoma para ser prototipo de acciones de reparación estructural; otro fue llevado a la base aérea de Edwards en California como avión de pruebas en tierra; otro fue a Wichita, Kansas al Instituto Nacional de Investigación de Aviación para la cartografía digital; y uno fue a la base aérea de Barksdale, en Luisiana para ser expuesto en el Museo de Poder Global de Barksdale.
El último de los 17 B-1B Lancers destinados a la desinversión se desplaza en la Base Aérea de Edwards, California. |
La desinversión de 17 B-1B no afecta a la letalidad de la USAF ni al personal de mantenimiento asociado. La desinversión permitirá que el personal se concentre en el mantenimiento y en el mantenimiento a nivel de depósito de los 45 B-1B restantes, lo que aumentará la disponibilidad de la flota y comenzará a preparar la modernización de la flota de bombarderos.
Bell también mencionó: “Comenzar a retirar estos bombarderos heredados nos permite allanar el camino para el B-21 Raider. Las operaciones continuas de los últimos 20 años han hecho mella en nuestra flota de B-1B, y los aviones que retiramos habrían requerido entre 10 y 30 millones de dólares por avión para volver a una flota en statu quo a corto plazo hasta que el B-21 sea operativo”.
“Al retirar estos aviones ahora, el AFGSC puede centrarse en dar prioridad a la salud de la flota actual, incluyendo los esfuerzos de modernización, para hacer que la flota de bombarderos sea más letal y capaz en general”, concluyó Bell. (Source/Photo: Key.Aero)
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