El cargo Meteorología es imprescindible a la hora de emprender una navegación por la Antártida. Con sus análisis se elaborarán, ni más ni menos, que las derrotas que el buque de la Armada Argentina deberá seguir para llegar a destino y se planificarán las descargas en las bases.
En navegación – El equipo de Meteorología del rompehielos ARA “Almirante Irízar” está compuesto por siete personas, dos glaciólogos y cinco meteorólogos, a cargo del Teniente de Navío Jorge Ángel Páez.
Sus tareas diarias consisten en el análisis de datos y censado remoto a través de satélites. Esa información resultará imprescindible a la hora de asesorar al comando del buque sobre las zonas más óptimas de navegación.
“En una situación como la actual, que es la navegación por el Mar de Weddell, será fundamental ya que el buque puede llegar a ahorrar muchas horas de trabajo”, declaró el Teniente Páez, explicando que siempre se prioriza la navegación por aguas libres.
“El Mar de Weddell es una zona que se congela y que en diferentes etapas del año tiene distintas concentraciones y tipos de hielos. Desde Meteorología lo que hacemos durante todo el año es detectar el momento óptimo para ir a la base Belgrano. De hecho, estaba programado arribar en la segunda etapa, pero finalmente se pasó a la primera”, detalló.
Sus tareas a bordo son constantes. Permanentemente deben contrastar la información y así afinar el pronóstico para las próximas horas. Se trata de una estación meteorológica flotante que, a través del Departamento Meteorología del Servicio de Hidrografía Naval, comparte sus datos con diferentes organismos.
Con respecto a esta campaña, el Teniente Páez no lo duda y afirma que esta es la confirmación de todo el esfuerzo que se hizo para ir por primera vez tras el receso operativo del buque de la Armada Argentina.
“El año pasado fue un reaprendizaje para todos, incluso para los que ya venían con experiencia previa, porque el buque se modificó completamente y hubo que reaprender a utilizarlo y aprovechar las nuevas bondades que tiene, siempre tratando de optimizar sus capacidades.”
En este sentido, han perfeccionado los procesos de utilización de imágenes satelitales para utilizarlos sobre el software de navegación directamente, apuntando a mantener los niveles que siempre caracterizaron al buque.
Para concluir, el Teniente Páez afirmó que cada campaña es una vivencia diferente y justamente allí radica la magia de la Antártida: “Cuando uno baja por el Pasaje de Drake y se encuentra con zonas de hielo, descubre un lugar distinto. Por eso me gusta tanto la Antártida: van pasando los años, pero uno siempre se lleva nuevos aprendizajes”.(Source/Photo: Gaceta Marinera)
En navegación – El equipo de Meteorología del rompehielos ARA “Almirante Irízar” está compuesto por siete personas, dos glaciólogos y cinco meteorólogos, a cargo del Teniente de Navío Jorge Ángel Páez.
Sus tareas diarias consisten en el análisis de datos y censado remoto a través de satélites. Esa información resultará imprescindible a la hora de asesorar al comando del buque sobre las zonas más óptimas de navegación.
“En una situación como la actual, que es la navegación por el Mar de Weddell, será fundamental ya que el buque puede llegar a ahorrar muchas horas de trabajo”, declaró el Teniente Páez, explicando que siempre se prioriza la navegación por aguas libres.
“El Mar de Weddell es una zona que se congela y que en diferentes etapas del año tiene distintas concentraciones y tipos de hielos. Desde Meteorología lo que hacemos durante todo el año es detectar el momento óptimo para ir a la base Belgrano. De hecho, estaba programado arribar en la segunda etapa, pero finalmente se pasó a la primera”, detalló.
Sus tareas a bordo son constantes. Permanentemente deben contrastar la información y así afinar el pronóstico para las próximas horas. Se trata de una estación meteorológica flotante que, a través del Departamento Meteorología del Servicio de Hidrografía Naval, comparte sus datos con diferentes organismos.
Con respecto a esta campaña, el Teniente Páez no lo duda y afirma que esta es la confirmación de todo el esfuerzo que se hizo para ir por primera vez tras el receso operativo del buque de la Armada Argentina.
“El año pasado fue un reaprendizaje para todos, incluso para los que ya venían con experiencia previa, porque el buque se modificó completamente y hubo que reaprender a utilizarlo y aprovechar las nuevas bondades que tiene, siempre tratando de optimizar sus capacidades.”
En este sentido, han perfeccionado los procesos de utilización de imágenes satelitales para utilizarlos sobre el software de navegación directamente, apuntando a mantener los niveles que siempre caracterizaron al buque.
Para concluir, el Teniente Páez afirmó que cada campaña es una vivencia diferente y justamente allí radica la magia de la Antártida: “Cuando uno baja por el Pasaje de Drake y se encuentra con zonas de hielo, descubre un lugar distinto. Por eso me gusta tanto la Antártida: van pasando los años, pero uno siempre se lleva nuevos aprendizajes”.(Source/Photo: Gaceta Marinera)
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