La meta sexenal de 121.000 unidades ha sido alcanzada. 
Fotos M, García, video José Quevedo.

México tiene una fuerte industria militar desde hace cien años. Esta ha pasado por auges y bajas causadas por malas y buenas administraciones federales, pero en los últimos 15 años ha gozado de una perceptible estabilización y un notable crecimiento, lo que le ha permitido entregar productos de creciente capacidad y calidad. A semanas de terminar un ciclo sexenal, Infodefensa.com realizó una visita a la Fábrica de Armas de la Dirección General de Industria Militar (Dgim), ubicada en la Ciudad de México. Es una de las 16 factorías de esta Dirección, considerada como estratégica en los futuros planes de desarrollo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

La Dgim puede sintetizarse como un vasto conglomerado industrial oficial que cubre la mayoría de las necesidades materiales de los miembros de la Sedena, que van desde el calzado de los soldados hasta robots para investigar derrumbes y, en este caso en particular, el fusil estándar del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos.


Apenas en septiembre pasado Infodefensa.com reportó que la fabricación del fusil de diseño y manufactura mexicana Dgim FX 05 Xiuhcóatl 5.56 mm o 'serpiente de fuego' en lengua Náhuatl, había alcanzado una cifra récord al haberse construido 107.900 unidades, pero, casi tres meses después, la meta de 121.000 unidades ha sido prácticamente alcanzada al estar programada la concentración del último lote para la última semana de noviembre.

La visita es guiada por el Coronel, DEM, Otilio Ramírez Serrano, quien tiene formación profesional como Ingeniero Industrial Militar. Él es el actual Jefe de la fábrica de armas y lidera a 30 oficiales y 410 elementos de tropa que trabajan en la misma. Durante el recorrido por las instalaciones, revelan a Infodefensa.com que la construcción del Xiuhcóatl se concentró en dos modelos básicos, carabina y fusil, siendo la diferencia básica la longitud del cañón y el peso; la carabina está pensada para quien tenga que operar a bordo de vehículos o aeronaves, mientras que el fusil es para las unidades de infantería.

El proceso de cambio nace de querer reducir la dependencia extranjera y de que la Sedena determinó hace una década que era el momento de reemplazar el antiguo fusil H&K G-3 de 7.62 mm por un arma más moderna y, sobre todo, apta para las cualidades antropomórficas del soldado mexicano, que, por su estatura, no siempre podía manipular el G-3 de modo efectivo. El final de este proceso en 2018 se verá un gran logro para México.

La Ingeniería del fusil es completamente mexicana, su diseño en 3D está abierto a mejoras de acuerdo a la retroalimentación recibida de las unidades en el campo, revisándose su validez y exponiendo las mejoras a pruebas de campo con lotes pilotos. Esto ha generado un fusil mejor adaptado al soldado mexicano, agregado rieles picatinny para adaptar aditamentos, se incorporaron rugosidades al moldeado para mejorar el agarre y se ha diseñado un bi-pie para fusil, hecho por la Dgim. La construcción de su cañón tiene especial importancia para la fábrica y se ha logrado aumentar su durabilidad a través de mejores métodos de forjado.

En este momento el FX 05 ya se considera una plataforma lo suficientemente estable para poder aprovechar la mayor cantidad de componentes entre éste y futuros diseños, con el objetivo de minimizar los cambios de ingeniería que se requieran en las máquinas de la fábrica, ya que estas, en su pico de operación, trabajan calibradas para producir piezas específicas y con tolerancias ya establecidas en sus programas. Algunas máquinas se incorporaron con el fin específico de producir piezas para el proyecto Xiuhcóatl, lo que explica su importancia y establece una base tecnológica para futuros diseños.

100% de incremento en la producción

Actualmente, la capacidad de entrega de la Fábrica de Armas es de 1.000 unidades por semana, aunque por un tiempo se percibió una baja en la producción. Según explican, la razón detras de este frenado fue un proyecto de modernización que sufrió la planta entre los años 2015 y 2017 al introducirse 129 máquinas nuevas, que elevaron la capacidad de producción de entre 12.000 y 15.000 armas por año a la cifra actual de entre 15.000 y 30.000.

Este aumento significó un énfasis en la cultura de la calidad entre el personal y el mantenimiento de sus máquinas que ante este volumen tienden a desgastarse más. El actual control de calidad se centra en cuatro filtros: la primera medición en los 42 componentes metálicos que va por cuenta de cada operador, al revisar las piezas que fabrica una por una. Cuando se tiene el lote completo, el grupo de calidad de la fábrica lo examina y rechaza las piezas que no estén en los rangos requeridos.

Una vez que los 112 componentes están listos, se concentran en el taller de montaje para su revisión y ensamblaje. Aquí interviene la Dirección de Aseguramiento de la Calidad de la Industria Militar para que se revise su funcionamiento ya como un arma. El siguiente filtro es la inspección final que depende de la Inspección del Ejército y Fuerza Aérea y de la Dirección General de Materiales de Guerra, de quién recibe el visto bueno final para su concentración y abastecimiento a las unidades.

El futuro

Los ciclos de mejora continua contemplan mantener la capacidad de escuchar al soldado sobre las áreas de oportunidad que el fusil pueda presentar. Para esto el grupo de ingeniería de la fábrica analiza, filtra, agrupa, propone y prueba las posibles mejoras, para implementarlas en las siguientes generaciones del fusil, por supuesto, sin dejar de monitorear las tendencias del mercado internacional.

Respecto de su futura mudanza, a las que serán sus nuevas instalaciones en el predio conocido como la Célula, en el Estado de Puebla, aún no se ha priorizado la mudanza de la Fábrica de Armas, pero comentan a Infodefensa.com que, aparte de que ya se está trabajando en un lanzagranadas diseñado específicamente para montarse en el FX 05, pronto se comenzará a trabajar en tres nuevos productos basados en la tecnología del Xiuhcóatl: el diseño de una pistola para oficiales, jefes y generales, un sub fusil que reemplace al H&K MP5 y tal vez el más interesante: una ametralladora.

El final del recorrido nos lleva a una nave distinta, aqui la entrada está severamente controlada, el ruido es de martilleos, ajustes precisos y el seco chasquido de los mecanismos accionados una y otra vez. Aquí todos los componentes son ensambladas a mano por técnicos mexicanos que revisan y registran cualquier defecto y una vez que se ensambla el fusil, se apila en racks, a donde otros técnicos los toman para ponerlos en su caja junto con 5 cargadores, una correa, su manual de usuario y una diana a donde se certifica la prueba de puntería y que le dice al futuro soldado que lo reciba, que su fusil cumple con la norma. Por supuesto que el fusil y la caja de cartón vienen estampada con una serpiente de fuego al estilo azteca, una interesante conexión con los guerreros de otra época y que habla del orgullo de los técnicos e ingenieros mexicanos que fabrican el Xiuhcóatl. (Source/Photo/Author: M. García/ J. Quevedo/Infodefensa)

Características técnicas
Calibre: 5.56mm x 45mm, bala ss109
Capacidad: 30 cartuchos
Rayado constante
Estrías en cañón: 6
Fuerza del disparador: 35 a 40 N
Longitud con culata desplegada:  fusil 100cm, carabina 76cm
Longitud con culata plegada: fusil 94cm, carabina 70cm
Longitud con culata abatida: fusil 74cm, carabina 50cm
Longitud del cañón: fusil 460mm, carabina 273mm
Decibeles: 108Db
Peso abastecido: fusil 4.05Kg, carabina 3.85Kg
Cadencia de tiro: fusil 720 a 850dpm, carabina 760 a 900dpm
Alcance efectivo: fusil 800m, carabina 600m