Rusia ha comunicado que bloqueará cualquier intento por parte de Ucrania de organizar ejercicios militares en el Mar de Azov, una vía fluvial estratégica en la que Kiev podría estar operando pronto barcos de guerra estadounidenses si las conversaciones llegan a buen fin entre Washington y Kiev.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que un tratado bilateral entre Rusia y Ucrania prohíbe los ejercicios militares en el área alrededor del mar de Azov sin el consentimiento de Moscú.
“Ucrania quiere realizar ejercicios de la OTAN en el Mar de Azov, pero será imposible porque nuestro tratado con Ucrania requiere el consentimiento mutuo para el paso de buques de guerra desde el Mar Negro al Mar de Azov”, dijo Lavrov a los medios de comunicación franceses el jueves.
Hasta ahora, los aliados de la OTAN no han mostrado ninguna intención de enviar barcos al mar de Azov ni de unirse a posibles ejercicios ucranianos allí.
En los últimos meses, las tensiones se han intensificado entre Rusia y Ucrania por el control de Moscú sobre el Estrecho de Kerch, un paso que conecta los puertos de Ucrania con el Mar Negro.
Rusia ha retrasado el tránsito de cientos de barcos comerciales con destino a Ucrania, lo que, según algunos analistas de seguridad, ha puesto a prueba la difícil situación económica del país.
Estados Unidos ha denunciado la intensificación de las patrullas rusas y ha tomado medidas para reforzar al ejército ucraniano.
En virtud del derecho internacional sigue sin resolverse qué partes del mar pertenecen a Ucrania y Rusia como mar interior, o si partes del mar se consideran como aguas internacionales.
El mes pasado, la Guardia Costera de Estados Unidos transfirió a Ucrania dos patrulleros de la clase Island que le permitirá patrullar los mares Negro y Azov, armados con ametralladoras calibre 50 y cañones de 25 mm, como parte de un esfuerzo para reforzar la pequeña y desarmada marina del país.
Los medios ucranianos también informaron ayer jueves que Kiev estaba en conversaciones con Estados Unidos para obtener el excedente de fragatas de la Armada estadounidense. Los buques de guerra de la clase Oliver Hazard Perry serían transferidos bajo el programa de Propiedad de Defensa en Exceso del Pentágono, que permite a Washington entregar armamento sin usar a naciones amigas.
Los términos financieros del posible acuerdo todavía están siendo negociados, informaron medios de comunicación ucranianos.
En septiembre, el enviado especial de Estados Unidos, Kurt Volker, dijo que la administración Trump estaba dispuesta a dar a Ucrania armas más letales para abordar las brechas de capacidad, especialmente los activos de defensa naval y aérea.
A raíz de la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea, Moscú ha ido acumulando fuerzas en la región del Mar Negro. En mayo, Rusia abrió un nuevo puente de 11 millas con un coste de 3.700 millones de dólares sobre el estrecho de Kerch que conecta Crimea con el territorio continental ruso.
Tales movimientos han enfurecido a Ucrania, que planea abrir una nueva base naval a lo largo del Mar de Azov con la esperanza de contrarrestar a Rusia en una crisis. Mientras tanto, la retórica de los líderes políticos de Ucrania se ha intensificado.
John Vandiver
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que un tratado bilateral entre Rusia y Ucrania prohíbe los ejercicios militares en el área alrededor del mar de Azov sin el consentimiento de Moscú.
“Ucrania quiere realizar ejercicios de la OTAN en el Mar de Azov, pero será imposible porque nuestro tratado con Ucrania requiere el consentimiento mutuo para el paso de buques de guerra desde el Mar Negro al Mar de Azov”, dijo Lavrov a los medios de comunicación franceses el jueves.
Hasta ahora, los aliados de la OTAN no han mostrado ninguna intención de enviar barcos al mar de Azov ni de unirse a posibles ejercicios ucranianos allí.
En los últimos meses, las tensiones se han intensificado entre Rusia y Ucrania por el control de Moscú sobre el Estrecho de Kerch, un paso que conecta los puertos de Ucrania con el Mar Negro.
Rusia ha retrasado el tránsito de cientos de barcos comerciales con destino a Ucrania, lo que, según algunos analistas de seguridad, ha puesto a prueba la difícil situación económica del país.
Estados Unidos ha denunciado la intensificación de las patrullas rusas y ha tomado medidas para reforzar al ejército ucraniano.
En virtud del derecho internacional sigue sin resolverse qué partes del mar pertenecen a Ucrania y Rusia como mar interior, o si partes del mar se consideran como aguas internacionales.
El mes pasado, la Guardia Costera de Estados Unidos transfirió a Ucrania dos patrulleros de la clase Island que le permitirá patrullar los mares Negro y Azov, armados con ametralladoras calibre 50 y cañones de 25 mm, como parte de un esfuerzo para reforzar la pequeña y desarmada marina del país.
Fragata clase Oliver Hazard Perry FFG-60 Rodney M. Davis |
Los términos financieros del posible acuerdo todavía están siendo negociados, informaron medios de comunicación ucranianos.
En septiembre, el enviado especial de Estados Unidos, Kurt Volker, dijo que la administración Trump estaba dispuesta a dar a Ucrania armas más letales para abordar las brechas de capacidad, especialmente los activos de defensa naval y aérea.
A raíz de la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea, Moscú ha ido acumulando fuerzas en la región del Mar Negro. En mayo, Rusia abrió un nuevo puente de 11 millas con un coste de 3.700 millones de dólares sobre el estrecho de Kerch que conecta Crimea con el territorio continental ruso.
Tales movimientos han enfurecido a Ucrania, que planea abrir una nueva base naval a lo largo del Mar de Azov con la esperanza de contrarrestar a Rusia en una crisis. Mientras tanto, la retórica de los líderes políticos de Ucrania se ha intensificado.
John Vandiver
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