Desde el pasado sábado 1 de septiembre, Rusia está llevando a cabo un importante ejercicio naval en aguas del Mediterráneo Oriental junto a las costas de Siria, en el que participan barcos de las flotas del Norte, Báltico, Mar Negro y la flotilla del Caspio.
Según informó el mismo sábado el Jefe de Estado Mayor Vladimir Korolev, en las maniobras participan 26 buques de guerra, incluidos dos submarinos. Además, de 34 aviones de de guerra y de transporte de misiles estratégicos Tu-160, aviones antisubmarinos Tu-142MK y aviones de combate II-38, Su-33 y Su-30SM.
En la actualidad, las fuerzas rusas en el Mediterráneo cuentan con más de 10 agrupaciones, comenzando con el crucero de misiles “Marshal Ustinov”. También se han desplegado barcos y submarinos cargados con misiles de crucero “Kalibr” (en total, un arsenal de 56 misiles). La motivación oficial para estos ejercicios es la provisión de un sistema general de defensa de las comunicaciones marítimas, para contrastar la piratería y ayudar a las unidades marítimas en dificultades.
Sin embargo, el verdadero propósito, es el intento de contrarrestar las posibles maniobras de la coalición liderada por Estados Unidos contra las posiciones de la guerra en Siria, y de impedir la creación en Siria de una zona de exclusión aérea, como pretenden los estadounidenses.
Las maniobras durarán hasta el 8 de septiembre, con un ensayo de fuego real final previsto de las unidades participantes mediante el lanzamiento de misiles y disparos de artillería. No es casualidad que el almirante Korolev haya subrayado que “con el fin de garantizar que las normas del derecho internacional se respetan sin violaciones, garantizando la seguridad de la región, los ejercicios se anunciaron a tiempo, advirtiendo que podrían constituir un peligro para la navegación”. De esta manera, los grupos militares rusos no solo bloquearán un posible ataque estadounidense en Siria desde el Mediterráneo, sino que también tendrán la posibilidad de organizar ataques contra los rebeldes coincidiendo con el avance de las tropas sirias.
Asimismo, en estos días los barcos de la flotilla del Mar Caspio prepararán una nueva maniobra táctica llamada “El Muro” en el mar. Según fuentes militares, se trata de crear un sistema especial desde buques y aeródromos de vigilancia, junto con los equipos antiaéreos en la costa para aumentar considerablemente la capacidad de combatir los vuelos de bajo radar contra los misiles de crucero Tomahawk.
Vladimir Rozanskij
Según informó el mismo sábado el Jefe de Estado Mayor Vladimir Korolev, en las maniobras participan 26 buques de guerra, incluidos dos submarinos. Además, de 34 aviones de de guerra y de transporte de misiles estratégicos Tu-160, aviones antisubmarinos Tu-142MK y aviones de combate II-38, Su-33 y Su-30SM.
En la actualidad, las fuerzas rusas en el Mediterráneo cuentan con más de 10 agrupaciones, comenzando con el crucero de misiles “Marshal Ustinov”. También se han desplegado barcos y submarinos cargados con misiles de crucero “Kalibr” (en total, un arsenal de 56 misiles). La motivación oficial para estos ejercicios es la provisión de un sistema general de defensa de las comunicaciones marítimas, para contrastar la piratería y ayudar a las unidades marítimas en dificultades.
Sin embargo, el verdadero propósito, es el intento de contrarrestar las posibles maniobras de la coalición liderada por Estados Unidos contra las posiciones de la guerra en Siria, y de impedir la creación en Siria de una zona de exclusión aérea, como pretenden los estadounidenses.
Crucero portamisiles “Marshal Ustinov”
Las maniobras durarán hasta el 8 de septiembre, con un ensayo de fuego real final previsto de las unidades participantes mediante el lanzamiento de misiles y disparos de artillería. No es casualidad que el almirante Korolev haya subrayado que “con el fin de garantizar que las normas del derecho internacional se respetan sin violaciones, garantizando la seguridad de la región, los ejercicios se anunciaron a tiempo, advirtiendo que podrían constituir un peligro para la navegación”. De esta manera, los grupos militares rusos no solo bloquearán un posible ataque estadounidense en Siria desde el Mediterráneo, sino que también tendrán la posibilidad de organizar ataques contra los rebeldes coincidiendo con el avance de las tropas sirias.
Asimismo, en estos días los barcos de la flotilla del Mar Caspio prepararán una nueva maniobra táctica llamada “El Muro” en el mar. Según fuentes militares, se trata de crear un sistema especial desde buques y aeródromos de vigilancia, junto con los equipos antiaéreos en la costa para aumentar considerablemente la capacidad de combatir los vuelos de bajo radar contra los misiles de crucero Tomahawk.
Vladimir Rozanskij
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