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miércoles, 25 de julio de 2018

El INVAP despide a otro satélite que promete hacer historia

Uno de los satélites del INVAP
(La Nación) - Uno de los dos satélites Saocom proyectados por la CONAE ingresó hoy al contenedor final que lo llevará a Estados Unidos para ser lanzado al espacio. 

La semana que viene uno de los aviones más grandes del mundo llega a Bariloche para hacer el traslado. Tardó casi dos décadas para concretarse, costó alrededor de U$S 300 millones y aportará datos únicos sobre la Tierra. Será de gran ayuda para el sector agrícola, así como la prevención ante emergencias hidrológicas.

El INVAP se prepara para despedir al primero de dos satélites iguales, que ubicarán a la Argentina en las ligas mayores de observación científica. Y es que el Saocom 1A luego de pasar miles de pruebas y testeos, ingresó esta madrugada al contenedor que lo llevará hasta la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea Norteamericana, sobre la costa de California, donde será lanzado por el cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX en septiembre.


El proyecto Saocom, desarrollado por la Comisión de Actividades Espaciales (CONEA) comenzó en el año 2000 y luego de 18 años de arduo trabajo, con la participación de diversos organismos, se transformó esta semana en un sueño hecho realidad. En total se calcula que trabajaron unas 600 personas desde que se arrancó con la arquitectura del satélite en 2011. Por su gran capacidad tecnológica, aportará información muy valiosa para el sector agrícola y servirá no sólo para la Argentina, sino para cualquier lugar del mundo que lo requiera.

Nicolas Renolfi, jefe del proyecto Saocom por INVAP, precisó en una entrevista con LA NACION que el primero de los satélites terminados será trasladado al Aeropuerto Internacional de Bariloche durante la madrugada del 31 de agosto en siete u ocho camiones. "En total son unas 50 toneladas, entre lo que pesa el satélite, la antena y todos los soportes", expresó. Para su traslado llegará especialmente a la ciudad el Antonov, uno de los aviones más grandes del mundo, y la carga demandará alrededor de un día completo.

"El primero de agosto volaremos y al día siguiente esperemos estar en la base, donde el Saocom se coloca en una cuarto limpio igual al que tenemos acá en INVAP y se inicia una campaña de 45 días donde se hacen todos los ajustes finales, se carga el combustible, se encapsula en la punta del cohete y entra en el hangar donde está otros 10 días más para el despegue final", indicó.

Renolfi, es ingeniero electrónico y si bien se recibió en Tucumán, es oriundo de Santiago del Estero y trabaja en el INVAP desde 2013. "Cuando esto empezó hubo una lista muy grande requerimientos, se hicieron miles de pruebas y hubo varias redefiniciones de ingeniería, en total son dos satélites iguales que van a ser lanzados con un año de diferencia, nosotros simplemente hicimos el diseño del satélite, no la antena", explicó.

El satélite proyecta sacar más de 200 fotos por día para ser almacenadas en diversas bases terrestres. "En 2011 se acuerda con SpaceX que sea el lanzador y se empieza con la arquitectura final que demora hasta 2013, se hicieron los modelos de calificación, uno estructural y otro de ingeniería, y se arma con una redundancia por cualquier cosa que pueda fallar, después hicimos un modelo de calificación para la antena, que es muy compleja y es la más grande que va a lanzar al espacio en esa frecuencia", precisó Renolfi.

El Saocom es un satélite de órbita baja con fines científicos y llevará un radar de apertura sintética. Aportará imágenes en blanco y negro, con una resolución espacial entre 10 y 100 metros con diferentes ángulos de observación. "La gran diferencia con las cámaras es que no necesita de la luz, la imagen podrá atravesar una tormenta e, incluso, penetrar el terreno en centímetros o metros dependiendo de las características. Los dos objetivos principales son la medición de humedad desde la espacio, y ayudar en emergencias", explicó.

Las imágenes podrán ser tomadas independientemente de las condiciones meteorológicas y de la hora del día, de distintas zonas de la tierra, en tiempo real y se podrán hacer 3D. "Fotos tomadas de una misma montaña en verano y en invierno con nieve, permitirán saber el caudal de agua previsto; en el caso de las zonas inundadas, permitirá tener un detalle de cada región; las aplicaciones será muchas", dijo Renolfi y adelantó que habrá un trabajo conjunto con otros satélites italianos.

En 2013, INVAP empezó con la fabricación del satélite de vuelo y según Renofli su producción implicó "un salto muy grande" ya que en total se prepararon más de 400 placas para los dos satélites. Se fue integrando todo y finalmente se terminó en octubre de 2017. "Cada parte se ensaya y se lo somete a niveles superiores de lo que se espera luego deberá afrontar para que haya un margen", añadió el ingeniero a cargo.

Entre hoy y el viernes, el satélite pasa la última prueba dentro del contenedor, y si todo sale bien se lo sella electromagnéticamente para evitar que en el traslado cualquier radar pueda dañarlo. "No debería fallar nada, es un procedimiento de control por lo que no esperamos ningún sobresalto", finalizó esperanzado Rinolfi.

DATOS

  • Se estima un tiempo de vida útil de por lo menos 5 años para cada satélite. Ambos comparten los mismos requerimientos de diseño, de funcionalidad y operatividad.
  • La antena mide más de 30 metros de largo por 3,5 de alto y pesa 1,5 toneladas, mientras que el satélite es más chico pero pesa el doble.
  • El almacenamiento que será de varios terabytes por día, se realizará en dos bases terrestres una situada en Córdoba y la otra en Ushuaia.
  • Es un proyecto desarrollado en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI) e integra de manera operacional, junto con los satélites italianos COSMO-SkyMed, el SIASGE (Sistema Italo-Argentino de Satélites para Gestión de Emergencias).

PREOCUPACION POR CONTRATOS

El viernes pasado, durante una corta visita a la ciudad, el presidente Mauricio Macri dejó entrever que los contratos que tiene Nación con el INVAP "son de la época de la magia y la plata no está". Sus dichos generaron un pedido de informes en el Senado sobre el ajuste previsto. Advierten que la deuda actual con la empresa alcanza los $ 1.400 millones.

Macri había dicho también el viernes: "Soy el primer fanático del INVAP, pero todos tenemos que entender que tenemos una restricción". Y adelantó que se seguirá ayudando y buscando financiamiento para la venta de equipos al exterior. "En cada iniciativa donde podamos apostar y apoyar la creatividad técnica del INVAP ahí estamos, queremos exportar trabajo argentino en todos los campos", finalizó.

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