China lanzó ayer 3 de julio un par de nuevos destructores desde sus diques secos en Dalian, provincia de Liaoning, que limita con Corea del Norte, según los medios de comunicación chinos.
Los buques están diseñados para la defensa aérea de largo alcance, la guerra anti-superficie y la guerra antisubmarina.
La construcción completa de los dos destructores, ampliamente conocidos como buques Tipo 055, contribuye a la determinación naval de la Armada del Ejército de Liberación Popular .
Las naves recientemente lanzadas están equipadas con radares multifunción Phased array, similares al sistema Aegis de la Armada de Estados Unidos y podrían acompañar a futuros grupos de batalla de portaaviones a medida que China continúe expandiendo su programa de portaaviones.
Las ambiciones de China por tener una potente armada no son un secreto. En noviembre de 2012, el entonces presidente Hu Jintao informó al Congreso del Partido Comunista Chino su deseo de “mejorar nuestra capacidad para explotar los recursos marinos y convertir a China en una potencia marítima fuerte”.
El Tipo 055, significativamente más grande que el otro destructor moderno con el que cuenta China, el Tipo 052, tiene un desplazamiento de 10.000 toneladas y representa la creciente sofisticación de las industrias de defensa de China, según los analistas.
La armada está experimentando una ambiciosa expansión y planea tener un total de entre 265 y 273 barcos de guerra, submarinos y buques de logística para 2020, según el Centro de Análisis Naval de Washington, DC.
Así, el poderío militar naval de China podrá equipararse casi con el de Estados Unidos, su principal rival.
China dice que necesita una poderosa marina para defender sus 14.500 kilómetros de costa, así como sus cruciales rutas marítimas.
Sin embargo, también parece estar cada vez más dispuesto a desafiar las acciones de Estados Unidos -el poder militar preeminente de la región- especialmente en el Mar de la China Meridional, que Pekín reivindica prácticamente en su totalidad.
China también ha nutrido durante mucho tiempo el resentimiento contra Japón por su invasión en el pasado y por su disputa sobre un grupo de minúsculas islas deshabitadas de Senkaku, que también son reclamadas por Taiwán.
Por su parte, India también mantiene una disputa fronteriza con China y ha expresado su preocupación por la creciente presencia naval china en el Océano Índico, facilitada en parte por la estrecha alianza de Pekín con Pakistán.
Andrew Jarocki
Los buques están diseñados para la defensa aérea de largo alcance, la guerra anti-superficie y la guerra antisubmarina.
La construcción completa de los dos destructores, ampliamente conocidos como buques Tipo 055, contribuye a la determinación naval de la Armada del Ejército de Liberación Popular .
Las naves recientemente lanzadas están equipadas con radares multifunción Phased array, similares al sistema Aegis de la Armada de Estados Unidos y podrían acompañar a futuros grupos de batalla de portaaviones a medida que China continúe expandiendo su programa de portaaviones.
Las ambiciones de China por tener una potente armada no son un secreto. En noviembre de 2012, el entonces presidente Hu Jintao informó al Congreso del Partido Comunista Chino su deseo de “mejorar nuestra capacidad para explotar los recursos marinos y convertir a China en una potencia marítima fuerte”.
El Tipo 055, significativamente más grande que el otro destructor moderno con el que cuenta China, el Tipo 052, tiene un desplazamiento de 10.000 toneladas y representa la creciente sofisticación de las industrias de defensa de China, según los analistas.
La armada está experimentando una ambiciosa expansión y planea tener un total de entre 265 y 273 barcos de guerra, submarinos y buques de logística para 2020, según el Centro de Análisis Naval de Washington, DC.
Destructor chino tipo 055.
Así, el poderío militar naval de China podrá equipararse casi con el de Estados Unidos, su principal rival.
China dice que necesita una poderosa marina para defender sus 14.500 kilómetros de costa, así como sus cruciales rutas marítimas.
Sin embargo, también parece estar cada vez más dispuesto a desafiar las acciones de Estados Unidos -el poder militar preeminente de la región- especialmente en el Mar de la China Meridional, que Pekín reivindica prácticamente en su totalidad.
China también ha nutrido durante mucho tiempo el resentimiento contra Japón por su invasión en el pasado y por su disputa sobre un grupo de minúsculas islas deshabitadas de Senkaku, que también son reclamadas por Taiwán.
Por su parte, India también mantiene una disputa fronteriza con China y ha expresado su preocupación por la creciente presencia naval china en el Océano Índico, facilitada en parte por la estrecha alianza de Pekín con Pakistán.
Andrew Jarocki
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