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lunes, 18 de junio de 2018

Iguacel se despide de Vialidad con la adjudicación de las concesiones y obras por US$5300 millones

El designado ministro de Energía firmará hoy el esquema de concesiones viales mediante el régimen PPP Fuente: LA NACION - Crédito: Soledad Aznarez

Por Diego Cabot - LA NACION

Javier Iguacel, designado ministro de Energía, se despedirá de Vialidad Nacional con una firma que vale más de 5300 millones de dólares. Hoy le pondrá su nombre a la resolución que es el último paso que quedaba para entregar el primer paquete de concesiones viales bajo el régimen de participación público privado (PPP). Sólo faltaba la actualización formal de los montos del presupuesto y después una resolución de Vialidad Nacional para iniciar formalmente el proceso de adjudicación.

Será la última decisión formal de quien asumirá en reemplazo de Juan José Aranguren. Las PPP, que se llevarán seis corredores viales que serán explotados bajo la modalidad de peaje, se convirtieron en un tema de vital importancia para la administración del presidente Mauricio Macri. Sobre todo, después de la corrida que llevó a la fuerte intervención del Banco Central para contener el precio del dólar.

Justo aquellos primeros días de vorágine cambiaria, el Gobierno abrió los sobres de la primera licitación en la historia que se presentaba bajo la modalidad PPP, un esquema en el que el privado pone el dinero y se cobra con un bono del Estado después de terminar la obra, además del flujo de la recaudación de una determinada cantidad de años.

Pese a los malos augurios de los mercados, la licitación siguió adelante. Se recibieron 32 ofertas por obras por alrededor de 5376 millones de dólares. Sin embargo, los cambios en la ecuación económica desde que se puso en marcha el proceso hasta que se abrió la oferta llenaron de duras la firmeza de aquellas intenciones plasmadas en cada uno de los sobres. Los constructores tragaron saliva y mantuvieron vigente sus presentaciones.

En la Casa Rosada, aquella tarde de licitaciones firmes, fue vivido como un triunfo. El esquema, que se estudia para decenas de proyectos de infraestructura, había sido bien receptado por el mundo vial. Con el correr de los días, la posibilidad de que alguna de las propuestas se corra de lado se mantuvo latente.

Pero no sólo la importancia está dada por el éxito de la operación rutas, sino por lo que podría significar para la obra pública argentina. Sucede que tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los dueños de las lupas presupuestarias empezaron a hurgar en los pliegues de la administración pública aquellos lugares donde se puede ahorrar un peso de gasto. Y entonces, aparece, como siempre en la historia argentina, un fusible llamado obra pública.


De hecho, la Argentina podría escribir un tratado en proyectos de infraestructuras detenidos en el tiempo por el paso de la corrupción, la inflación, el cambio de las prioridades y los ajustes presupuestarios. Hasta sería fácil de ilustrar: alcanzan las fotos de carteles de anuncios de obras oxidados por el paso de los años.

Bajar el ritmo de la obra pública en año electoral, además, parece ser la peor ecuación. De ahí que la PPP, donde el dinero para la obra lo pone el privado hasta que se termine, puede ser una herramienta fenomenal para no detener la actividad de la construcción.

De hecho, si finalmente el esquema de rutas termina por arrancar, la Argentina tendrá obradores viales como pocas veces en la historia con una nula erogación del Fisco. Un efecto palpable del asunto sería, por ejemplo, que la necesidad presupuestaria de Vialidad sería notablemente menor.

Los dueños de la lupa fiscal saben que, de acuerdo a la forma en que se encare el ajuste fiscal, las consecuencias sobre el nivel de actividad varían. Daniel Artana, economista de FIEL, escribió en uno de los últimos reportes que "el multiplicador del gasto corriente es muy bajo". Sin embargo, dice, los multiplicadores del gasto de capital son bastante más altos. "El efecto negativo de la mejora fiscal sobre la actividad económica será menor cuánto más foco se ponga en reducir el gasto corriente", concluye.

Gastos de capital es, en una gran mayoría de las veces, obra pública. En el Gobierno saben que cada peso que se pone en obra pública se multiplica por 2,14 en ese rubro. Dicho de otra forma, por cada peso que se coloca en ladrillos la economía mueve 2,14. Hay un tema más. Por cada peso que un organismo multilateral presta para financiar infraestructura o que cada privado pone en un proyecto PPP, el Estado recauda en concepto de impuestos una gran proporción. Dicho de otra forma: gran parte de los 5370 millones de dólares que ingresen en cinco años de obras serán impuestos.

Si finalmente los PPP prosperan (Vialidad tiene dos más programados para este año), el Estado podría mantener la actividad en el sector sin desembolsar dinero. Casi una novela con final feliz en los oídos de los funcionarios argentinos ávidos de ahorrar.

Corredor A
En el corredor A, que une Puerto Iguazú con Roque Saenz Peña, en Chaco, el uno en el orden de mérito lo tiene Paolini Hermanos, Vial Agro y INC SpA.

Corredor B

Para la ruta 5, que une Mercedes con Santa Rosa, La Pampa, y que está en el llamado corredor B, quedó en primer lugar la oferta de CCA Panamá y Green. Esta última es una constructora argentina que ha sido gran beneficiada desde que se abrió la competencia en el sector. A fuerza de precios bajos, se quedaron, entre otras, con un tramo de la autopista ribereña y con el viaducto del tren San Martín. De hecho, fue la responsable de la caída de una estructura en Palermo que generó, no sólo la necesidad de cortar el servicio esos días sino interrumpirlo por más de un año hasta que la obra no esté terminada.

Corredor C

El tramo denominado C, que atraviesa Buenos Aires, el Sur de Córdoba para llegar finalmente a Mendoza, quedará, si todo se mantiene como hasta ahora, para José Cartellone, una de las empresas de obra pública más conocidas de la argentina que es, justamente, de origen mendocino.

Corredores E y F

El E y el F, que es el corredor que contiene las autopistas Buenos Aires - Rosario y Rosario - Córdoba, será explotada por el consorcio que integran Helport (una compañía del Grupo Eurnekian), Panedile, Copasa y Eleprint.

Autopista Sur

Finalmente, la autopista Buenos Aires - Cañuelas, que estaba en manos de una empresa de Cristóbal López, tiene en la línea de largada a Rovella Carranza, una empresa con fuerte presencia en San Luis; JCR (las siglas de Juan Carlos Relats, uno de los constructores preferidos del kirchnerismo y que era el inquilino del hotel Los Sauces) y Mota Engil Latino América, una firma brasileña que está mencionada en varias investigaciones que se han llevado adelante en la región por el caso Lava Jato.

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