Investigadores de la Universidad de Waterloo (Canadá), están desarrollando un nuevo sistema tecnológico que permitiría ayudar a los operadores de radar a atravesar el ruido de fondo y aislar objetos, con gran precisión, incluidos aviones furtivos y misiles, en el ártico canadiense.
Los aviones invisibles -también conocidos como stealth aircraft– han sido diseñados para absorber y desviar las ondas de los radares con la utilización de tecnologías de bloqueo electrónico como la pintura y el diseño del cuerpo y vulnerar los detectores, con ruido artificial. A través del nuevo sistema de radar, estos planos no solo estarán expuestos, sino que también ignorarán que han sido detectados.
Jonathan Baugh y Francois Sfigakis miran una muestra para el refrigerador de dilución en el Instituto de Computación Cuántica en Waterloo.
Este radar utiliza una técnica llamada iluminación cuántica, que detecta y recibe información sobre un objeto; actuando según la teoría del enredo, donde dos fotones forman un par conectado o enredado. Este método funciona enviando uno de los fotones a un objeto distante mientras retiene al otro. Los fotones en la señal de retorno se revisan en busca de firmas reveladoras de enmarañamiento, lo que permite descartar los fotones del entorno ambiental ruidoso. Esto puede mejorar la señal del sonido del radar en ciertas situaciones.
Francois Sfigakis convierte una válvula en un criostato de helio líquido. Imagen: IQC
Pero para que el radar cuántico funcione en el campo, los investigadores primero necesitan realizar una fuente rápida de fotones enredados. Hasta la fecha, la iluminación cuántica solo se ha utilizado en el laboratorio. El Gobierno de Canadá, bajo el programa de ciencia y tecnología All Domain Situational Awareness (ADSA) del Departamento de Defensa Nacional, está invirtiendo USD 2.7 millones para agilizar su uso en el campo.
Jonathan Baugh y Francois Sfigakis inspeccionan una muestra para el refrigerador de dilución. Imagen: IQC
Las 54 estaciones de radar del Sistema de Alerta Norte (NWS), con base en el Ártico y operadas por el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD), están llegando al final de su ciclo de vida y podrían necesitar ser reemplazadas para el 2025. Este proyecto permitirá desarrollar la tecnología adecuada para lograr trasladar el radar cuántico del laboratorio al campo, y en consecuencia, pensar en seguridad nacional.
Fuente: phys.org
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