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miércoles, 3 de mayo de 2017

Sexta generación de cazas: los sucesores del F-22 toman forma.

Mientras se acercan a su final los proyectos del desarrollo de los aviones de combate de quinta generación en diferentes países del mundo, surge la pregunta de cómo serán sus sucesores. El medio estadounidense National Interest ha recopilado lo que se puede esperar.

Los primeros conceptos de la siguiente generación de los cazas surgieron hace dos años, recuerda el experto militar Kris Osborn.

La empresa estadounidense Northrop Grumman —creadora del bombardero furtivo B-2 Spirit—, así como la famosa Boeing revelaron los primeros detalles de sus proyectos preliminares:

En Rusia ‘respondieron’ con sus propias filtraciones de las ideas preliminares para el sucesor del T-50, y en muchos aspectos los ingenieros de los dos países coincidieron.

En particular, ambas partes reconocen la importancia de la alta velocidad, las tecnologías furtivas y la capacidad de llevar y protegerse de la guerra radioelectrónica.

Además, está por conocida la capacidad del vuelo no tripulado y la presencia de alguna forma de inteligencia artificial.

​La Armada y la Fuerza Aérea de EEUU, por su parte, también empezaron a idear en conjunto su siguiente vehículo de combate y sus capacidades.

Entre las dos ramas militares, la Armada resulta tener una visión más clara de lo que quieren tener.

Así, la futura aeronave deberá sustituir, en alguna forma, a los cazas F/A-18 Super Hornet, previstos para retirarse en 2035, y completar la escuadra existente de los F-35C y EA-18G Growler —generadores de interferencias radioelectrónicos.

La Armada de EEUU plantea el año 2040 como la fecha de despliegue de los cazas de sexta generación con capacidad de funcionamiento no tripulado.

¿Qué tecnologías serán las más importantes?

Además de la ‘lista estándar’ mencionada —alta maniobrabilidad, capacidad de guerra electrónica y elementos de inteligencia artificial—, los analistas destacan cuatro tecnologías clave a esperar en los cazas del futuro, afirma el autor.

‘Supercrucero’, o la capacidad de alcanzar la velocidad supersónica sin usar los posquemadores. Aunque la mayoría de los cazas contemporáneos son capaces de superar la velocidad del sonido, están obligados a usar los posquemadores, gastando más combustible y disminuyendo el período máximo que pueden operar en la zona de combate.

Con ‘supercrucero’, la maniobrabilidad y la flexibilidad táctica del avión crecen considerablemente. Solo tres cazas modernos poseen esta capacidad: el estadounidense F-22 Raptor y los rusos Su-35BM y T-50, que actualmente emplean el mismo motor.

No obstante, se espera que el T-50 reciba un nuevo motor, superior a cualquier otro en existencia.

La ‘conectividad máxima’, que consiste en un uso en tiempo real de enormes volúmenes de datos, provenientes tanto de los sensores propios del avión como de los radares y los satélites, para detectar enemigos, apuntar las armas o cooperar eficazmente con otros aviones de la escuadrilla.

La tecnología hipersónica. Mientras los expertos de la Fuerza Aérea estadounidense prevén la incorporación de las aeronaves hipersónicas —en forma de drones— no antes de los años 2030-2040, coinciden en que las armas hipersónicas estadounidenses estarán listas en la década del 2020.


Finalmente, los aviones del futuro tendrán un ‘fuselaje inteligente’.

Este es un concepto de diseño que prevé la integración de los sensores y otros equipos dentro del fuselaje de la aeronave y la gestión activa de estos datos.

Se usa para proporcionar al piloto la más amplia información sobre el funcionamiento del avión y las posibles amenazas.

Entre los ejemplos existentes de esta tecnología se pueden mencionar los cascos de realidad virtual para los pilotos que reúnen las señales de vídeo de varias cámaras externas para proporcionar una visión de 360 grados.

Un fuselaje integrado es un elemento clave de las tecnologías furtivas. Cuántos más equipos estén ‘escondidos’ dentro del avión, menos sobresaldrán en el fuselaje y el avión resultará más difícil de detectar con un radar, destaca el autor.

A propósito, por eso los aviones furtivos existentes son más ‘lisos’ en comparación con las generaciones anteriores: sus radares, sensores e incluso armamento están colocados dentro del fuselaje.


Con el desarrollo de los radares y los sistemas antiaéreos, la capacidad furtiva de los cazas futuros será aún de mayor importancia, asevera el experto estadounidense.

Con tantos factores para considerar y tecnologías para desarrollar, los aviones de sexta generación se convertirán próximamente en la ‘punta de lanza’ de la industria aeronáutica. Y los aviones que hoy consideramos los más avanzados del mundo se convertirán en algo corriente.

http://galaxiamilitar.es

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