Por José Mª Navarro García
En 2018 la Fuera Aérea estadounidense dejará de volar el avión no tripulado MQ-1 Predator y operará exclusivamente el MQ-9 Reaper. Después de 21 años de servicio, esta aeronave no tripulada, diseñada originalmente para tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, cederá su sitio al Reaper, facilitando las tareas de formación y logística de las unidades que los operan actualmente.
Entre los factores que han motivado esta decisión está el ahorro en formación de unidades y apoyo logístico, algo que en última instancia también favorece la movilidad de los soldados entre unidades y ubicaciones. Además aunque el Predator supuso una revolución al combinar los elementos de localización de objetivos con las armas de precisión con que abatirlos, su carga bélica y sus prestaciones se han visto muy limitadas en comparación con la nueva aeronave y las necesidades del campo de batalla moderno. Y es que el Reaper puede volar más tiempo, más alto y con más carga tanto de sensores como de armas de precisión.
Sin embargo el despliegue del Reaper supuso un hito en el área de las misiones de apoyo aéreo próximo (Close Air Support o CAS) al combinar tanto los sensores como las armas de precisión, capacidades que se ven incrementadas con el Reaper.
A la Fuerza Aérea estadounidense le queda por tanto este año para terminar la transición de las unidades que operan el Predator a emplear el Reaper. Así lo ha afirmado recientemente el comandante del 432 Grupo de Operaciones, coronel Joseph. Mientras que el Predator podía alcanzar una velocidad de 84 millas por hora, un techo de servicio de 25.000 pies y transportar 450 libras de carga, el Reaper en cambio puede desplazarse a 230 millas por hora, alcanzar una altitud de 50.000 pies y transportar 3.750 libras de carga. Ambos aparatos son construidos por General Atomics Aeronautical Systems Inc. (GA-ASI)
·El Predator de la Fuerza Aérea estadounidene (USAF)
·El Reaper es heredero del Predator, pero aumenta sus prestaciones (USAF)
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