N.G. Pandavenes
El astillero alemán Lurssen sigue creciendo y ahora ha puesto sus ojos en Latinoamérica como nuevo nicho de mercado. En su primera propuesta para la región, el programa de OPV uruguayo, la compañía ya han marcado el ritmo al quedar la primera en el informe técnico elaborado por la Armada de Uruguay de cara a la próxima concesión del contrato del futuro buque uruguayo. Ahora, pretende hacerse notar también en el programa de Plataformas Estratégicas de Superficie (PES) de Colombia y miran con buenos ojos el resto de mercados de la región. No obstante, Lurssen ya tiene un pie en la región tras la reciente adquisición del stillero Blohm&Voss (Hamburgo), fabricante de los destructores multipropósito Meko, sobradamente conocidos en la región al estar en servicio en la Armada de Argentina.
La compañía, cuyo nombre adorna en solitario o en colaboración con otras empresas la práctica totalidad de la flota naval alemana, ha cruzado el atlántico con tres OPV, entre otras cosas, con los que pretende hacerse un sitio en la región a través de la ferial Exponaval 2016, que se celebra esta semana en la Base Aeronaval de Concón (Chile).
Versatilidad y bajo mantenimiento
Los OPV presentadas en Exponaval son los modelos de 80, 85 y 90 metros y, si bien no son las únicas propuestas de Lurssen para Latinoamérica (la empresa construye todo tipo de buques con la excepción de portaaviones), sí son las mejor adaptadas a la zona.
Se trata básicamente del mismo buque en tres tamaños y tres tonelajes distintos. Las ventajas de los OPV respecto a otros buques del mercado radican en su versatilidad, su bajo coste de mantenimiento y su capacidad de atender el rol militar, como destacó recientemente el almirante uruguayo Jorge Jaunsolo.
Los OPV 80 van armadas de serie con una pieza de 57 MK3, dos de 20 mm, cuatro MM40, dos SKWS-6T Decoy y dos .50 M2HB Machine Guns. El buque está propulsado por dos motores diésel de 8.520 kW que dan al OPV una velocidad de 22 nudos. El barco tiene capacidad para 40 personas (más 18 embarcadas). También cuenta con una rampa de popa para operaciones y una cubierta de vuelo para helicópteros de hasta 11 toneladas. Bajo esa cubierta hay una segunda denominada cubierta de misión para las operaciones de embarque y desembarque. La 85 es igual pero cinco metros más larga y con un hangar fijo y lo mismo ocurre con la 90. El armamento de cada una, así como la velocidad y la capacidad de carga aumentan y mejoran en cada uno de los tres tamaños.
Foto: N.G.P.
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