Los cazas de quinta generación furtivos F-22 de EE.UU. que operan en Siria pierden la cobertura que les hace invisible a los radares.
Los cazas furtivos estadounidenses F-22 Raptor que se encuentran en Siria han comenzado a perder la cobertura de fuselaje que los esconde de los radares, informa el portal aeronáutico Aviation Week.
Al parecer, el material que recubre las aeronaves y absorbe las ondas de radar se ha empezado a descascarillar y una de las razones de ello son las condiciones climáticas de la zona de operaciones, según ha indicado la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
"El revestimiento se encoge y se despega debido al hecho de que pierde su dureza y vuelve a su estado líquido original. Este proceso se acelera por factores externos, que incluyen las lluvias y el polvo arenoso", ha explicado el encargado del programa del F-22 de Lockheed Martin, John Cottam.
Los pilotos estadounidenses ya se habían quejado de que el contacto con el combustible o el lubricante también provocaban la destrucción de esa película de absorción de ondas de radio.
En 2009, un antiguo ingeniero de Lockheed Martin, Olsen Derrol, acusó a esa compañía de colocar capas adicionales de revestimiento absorbente para ocultar el hecho de que su película de 'invisibilidad' se separa con facilidad del fuselaje por la influencia del agua, de aceite o del combustible.
Los cazas furtivos estadounidenses F-22 Raptor que se encuentran en Siria han comenzado a perder la cobertura de fuselaje que los esconde de los radares, informa el portal aeronáutico Aviation Week.
Al parecer, el material que recubre las aeronaves y absorbe las ondas de radar se ha empezado a descascarillar y una de las razones de ello son las condiciones climáticas de la zona de operaciones, según ha indicado la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
"El revestimiento se encoge y se despega debido al hecho de que pierde su dureza y vuelve a su estado líquido original. Este proceso se acelera por factores externos, que incluyen las lluvias y el polvo arenoso", ha explicado el encargado del programa del F-22 de Lockheed Martin, John Cottam.
Los pilotos estadounidenses ya se habían quejado de que el contacto con el combustible o el lubricante también provocaban la destrucción de esa película de absorción de ondas de radio.
En 2009, un antiguo ingeniero de Lockheed Martin, Olsen Derrol, acusó a esa compañía de colocar capas adicionales de revestimiento absorbente para ocultar el hecho de que su película de 'invisibilidad' se separa con facilidad del fuselaje por la influencia del agua, de aceite o del combustible.
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