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sábado, 1 de octubre de 2016

Llegan vagones chinos para el Belgrano Cargas

Son 150 de los 1200 que compró el país; serán destinados a operar el ramal que une la Argentina con Chile y que tras haber estado inactivo desde 2006, volvió a funcionar en abril pasado

Por Florencia Carbone para LA NACION


En pleno proceso de fortalecimiento de las relaciones bilaterales con Chile, pasado mañana empezarán a llegar los primeros 150 vagones -de los 1200- que la Argentina compró a China y que tienen como destino final el Belgrano Cargas.

Gracias a un convenio especial por el que se autorizó la circulación de formaciones chilenas en territorio nacional y un acuerdo con el gremio ferroviario La Fraternidad para que se realice mediante una conducción compartida, el 27 de abril pasado, el Trasandino Norte, volvió a unir Chile con la Argentina.

"Cuando mostraba fotos elogiaban el paisaje de la puna. Nadie imaginaba que debajo de esos matorrales estaba la vía del tren. Y ni qué decir de los túneles cuya entrada estaba cubierta con tierra casi hasta la mitad", contó Ezequiel Lemos, presidente de Belgrano Cargas y Logística.

El funcionario hizo la descripción ayer, durante un almuerzo en la embajada de Chile, del que participaron además del anfitrión, José Antonio Viera Gallo, el representante argentino en Santiago, José Bordón; funcionarios locales de diferentes ministerios, representantes del gobierno de Salta, autoridades de Ferronor (la firma chilena que opera el Trasandino), y empresarios mineros.

Aunque el servicio había sido inaugurado en 1948, en la época dorada de la exportación de salitre, el creciente protagonismo del camión terminó por desactivarlo, al menos de este lado de la Cordillera, en 2006.

Como parte del "Plan Belgrano Norte" (iniciativa con la que el Gobierno busca potenciar el desarrollo social y económico de las provincias del noroeste, las más alejadas de los puertos del Atlántico), este año, y gracias al acuerdo de colaboración entre Ferronor y la empresa estatal Transporte Argentino de Cargas -ex Belgrano Cargas-, se concretó la integración operacional que utilizando de modo conjunto las vías de ambos países, une el Parque Industrial Güemes, en Salta, con dos de los puertos más importantes del norte chileno: Antofagasta y Mejillones.

Hasta ahora, las operaciones concretadas consisten en el transporte de cal desde San Juan, por vía terrestre hasta Salta, y desde allí en el Trasandino hasta a Socompa, en Chile, con destino a Minera Escondida.

Pero desde el 17 del actual, tal como prevé la autorización de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), se concretará el primer transporte de carbonato de sodio (un precursor que se utiliza en el proceso del litio).

En el corto plazo, el portfolio de proyectos contempla además el transporte de gas licuado, hidroboracita y ceniza de sodio. Pero quienes participan de la iniciativa aseguran que la potencialidad es múltiple, y que más allá de la minería, las golpeadas economías regionales (azúcar, frutas, alimento balanceado y tabaco, entre otras) serían, a partir del año próximo, grandes beneficiarias del recurso.

Explican que la rehabilitación del tren no sólo aporta ventajas económicas, logísticas, de seguridad y ambientales al comercio de carga entre el NOA y el Norte Grande de Chile, sino que puede ser una manera para que la producción local gane competitividad a la hora de pensar en los mercados asiáticos.

El remanido ejemplo de que el costo de trasladar un contenedor con soja desde Salta hasta el puerto de Rosario es mayor que el del flete desde Argentina hasta China, resume la situación de los productores del Norte.

¿Cuánto es el ahorro de salir, por medio del tren, a través de puertos chilenos con destino asiático? "Las cifras varían mucho según el producto y la época del año, pero se estima que esto permite ahorrar un tercio, lo que equivale a acercar la distancia con los mercados finales", dijo Felipe Montt, director de Ferronor.

Soplan nuevos vientos en la relación bilateral. Las partes aseguran que los beneficios serán mutuos y mensurables. El tiempo dirá si las proyecciones eran ciertas.

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