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jueves, 11 de agosto de 2016

Costos y beneficios de la relación Argentina - EE.UU.


Por Martín Dinatale - La Nación

Entre el aislacionismo que impuso Cristina Kirchner o las relaciones carnales de Carlos Menem, el gobierno de Mauricio Macri busca un delicado equilibrio con Estados Unidos que ya empieza a tener sus costos y beneficios para la Argentina.

La visita del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dejó un amplio listado de compromisos asumidos y por asumir que excederán el mandato de Barack Obama. Extraña forma de sellar acuerdos si se tiene en cuenta que hoy resulta incierto el nombre del futuro presidente norteamericano por la dura puja electoral que libran la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump.

"Todo lo que se haga con Estados Unidos no sólo servirá para recomponer las relaciones diplomáticas que estaban casi quebradas sino que nos ayudará a hacer equilibrio en los vínculos que sellemos con China", admitió a LA NACION un destacado funcionario de la Casa Rosada al hacer un balance de las pérdidas y ganancias de la relación Macri-Obama. En este contexto, hay varios ejes de este vínculo y su impacto para el país en lo inmediato:

Inversiones. Varios empresarios que fueron a la conferencia que dio Kerry ante la Cámara de Comercio argentino-estadounidense (Amcham) coincidieron en que el pedido del enviado de Obama para que las companías estadounidenses inviertan cuanto antes en la Argentina mostró un foto preocupante para el Gobierno: que los inversores extranjeros aún no se animan a desembolsar masivamente dólares como esperaba Macri en el primer semestre a pesar de que mejoraron las condiciones políticas respecto al kirchnerismo. Ayer, la consultora Ecolatina informó que la Inversión Extranjera Directa (IED) en Argentina alcanzó a 1290 millones de dólares en el primer semestre, con un incremento de 81% interanual. Pero esos datos están aún muy lejos de las expectativas que se había puesto el Gobierno. El 29 de agosto se firmará un acuerdo marco en Comercio e Inversión entre ambos países. Sin embargo, ningún acuerdo podrá crear lo que no existe aun: mayor confianza, reglas de juego claras y la seguridad jurídica que faltó en los últimos años en el país.

Refugiados. Estados Unidos respaldó fuertemente el plan de la Argentina para recibir a 3000 refugiados de Siria. Sin embargo, el propio Kerry, en la conferencia que ofreció con su par Susana Malcorra, puso el dedo en la llaga en un tema que hoy es debate central de la Casa Rosada puertas adentro. "Estamos comprometidos a trabajar con ustedes en un esfuerzo para asegurarnos que este proceso de selección [de refugiados] sea eficaz", dijo Kerry. El debate en la administración macrista sobre este tema hoy pasa por seguridad nacional versus ayuda humanitaria. Varios funcionarios del Gobierno aseguran en reserva que hay "un riesgo" de sumarse al plan de Estados Unidos y Europa para traer refugiados sirios en medio de un contexto de terrorismo mundial. Una preocupación similar dejaron a entrever a Macri referentes de la comunidad judía nucleados en AMIA y DAIA.

Venezuela. El gobierno norteamericano reclamó mayor dureza de la Argentina contra Venezuela. De hecho, Kerry dijo que no es suficiente que se complete "el proceso de revocación" para desplazar a Maduro del poder. También exigió que la Argentina acompañe el pedido de la oposición venezolana para que el referendo se realice este año y no en 2017. El reclamo de Estados Unidos deja en evidencia las contradicciones internas entre la Cancillería y la Casa Rosada a la hora de imponer más dureza a Maduro por la falta de libertades en su país.

Archivos desclasificados. Estados Unidos entregó 1080 documentos desclasificados de la Defensa y la Inteligencia norteamericanas durante la última dictadura argentina. Allí figuran relatos sobre secuestros y torturas. También los cables secretos de 1977 a 1980 reafirman el papel de Videla y otros militares de facto en su sistemática violación a los derechos humanos. Hay por delante una dura tarea de análisis de cada uno de esos documentos. Sin embargo, en el Ministerio de Justicia admitieron a LA NACION que el gesto de Estados Unidos "es más político que práctico". Es decir, que no se espera que esos archivos sirvan demasiado para desterrar testimonios clave para el avance de causas judiciales pendientes contra ex represores.

Facilidades de ingreso. El Gobierno mostró con orgullo la decisión de Estados Unidos de conceder a la Argentina el Global Entry, el programa que permitirá el ingreso de ciudadanos argentinos en plan de negocios y turismo a cualquier aeropuerto norteamericano sin necesidad de hacer largas filas. Pero no todo lo que brilla es oro. Para acceder al Global Entry se deberá pagar, además de la visa, un costo de 100 dólares. Así, una familia tipo que vaya de vacaciones a Estados Unidos deberá sumar a los cotos del visado el pago del Global Entry si es que quiere eludir largas esperas en migraciones.

Por ahora, el Gobierno parece haber obtenido más gestos políticos de Washington que provecho económico concreto. Le resta una compleja tarea por delante donde el delicado equilibrio será la guía central en plan de evitar costos y lograr más beneficios. Macri tiene la ventaja de conocer los antecedentes de Menem y los Kirchner para no repetir errores. Pero cuenta con la desventaja de desconocer los Estados Unidos que se vienen, con Trump o Hillary en la cúspide del poder.

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