El Parlamento británico aprobó la moción que da luz verde al Gobierno de la primera ministra, Theresa May, para poner en marcha la renovación del programa de submarinos nucleares del Reino Unido.
Una mayoría de 472 diputados votó a favor de la renovación, que costará unos 37.000 millones de euros. Fueron 117 los parlamentarios se posicionaron en contra, incluidos diversos parlamentarios del Partido Laborista, divididos sobre la cuestión.
Durante el debate, el diputado del Partido Nacionalista Escocés George Kerevan preguntó a la primera ministra si estaría dispuesta a “autorizar un ataque nuclear que podría matar a cien mil hombres, mujeres y niños inocentes”.
“Sí”, contestó May, y tengo que decirle al honorable caballero que “lo principal de tener un sistema de disuasión” es que “nuestros enemigos deben saber que estaríamos dispuestos a hacerlo”.
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, defendió en cambio que el Reino Unido abandone el programa de armamento nuclear. Dió libertad de voto a sus parlamentarios. “Quiero dejar claro que yo no tomaría una decisión que mataría a millones de personas inocentes. No creo que la amenaza de asesinatos masivos sea el modo legítimo de abordar las relaciones internacionales”.
El dirigente laborista recibió las críticas de diversos diputados de su formación, partidarios de renovar el programa Trident. El Sindicato General Británico le recordó esta mañana que el programa de submarinos nucleares da trabajo a cerca de 45.000 personas en el Reino Unido.
Londres planea construir cuatro submarinos con capacidad nuclear para sustituir a los actuales Vanguard, un sistema defensivo que permitirá al Reino Unido afrontar amenazas procedentes de países como Rusia y Corea del Norte, afirmó May durante la sesión parlamentaria.
En Glasgow manifestantes pacifistas reclamaron el no a la renovacion de la flota nuclear británica. La Coalición para Achatarrar los Trident recalcó que estos submarinos están dotados con un tipo de armamento que no puede distinguir entre civiles y militares en una guerra.
Fuente: es.euronews.com
Una mayoría de 472 diputados votó a favor de la renovación, que costará unos 37.000 millones de euros. Fueron 117 los parlamentarios se posicionaron en contra, incluidos diversos parlamentarios del Partido Laborista, divididos sobre la cuestión.
Durante el debate, el diputado del Partido Nacionalista Escocés George Kerevan preguntó a la primera ministra si estaría dispuesta a “autorizar un ataque nuclear que podría matar a cien mil hombres, mujeres y niños inocentes”.
“Sí”, contestó May, y tengo que decirle al honorable caballero que “lo principal de tener un sistema de disuasión” es que “nuestros enemigos deben saber que estaríamos dispuestos a hacerlo”.
El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, defendió en cambio que el Reino Unido abandone el programa de armamento nuclear. Dió libertad de voto a sus parlamentarios. “Quiero dejar claro que yo no tomaría una decisión que mataría a millones de personas inocentes. No creo que la amenaza de asesinatos masivos sea el modo legítimo de abordar las relaciones internacionales”.
El dirigente laborista recibió las críticas de diversos diputados de su formación, partidarios de renovar el programa Trident. El Sindicato General Británico le recordó esta mañana que el programa de submarinos nucleares da trabajo a cerca de 45.000 personas en el Reino Unido.
Londres planea construir cuatro submarinos con capacidad nuclear para sustituir a los actuales Vanguard, un sistema defensivo que permitirá al Reino Unido afrontar amenazas procedentes de países como Rusia y Corea del Norte, afirmó May durante la sesión parlamentaria.
En Glasgow manifestantes pacifistas reclamaron el no a la renovacion de la flota nuclear británica. La Coalición para Achatarrar los Trident recalcó que estos submarinos están dotados con un tipo de armamento que no puede distinguir entre civiles y militares en una guerra.
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