El sistema global de defensa antimisiles de EEUU será ineficaz contra el misil balístico intercontinental de Rusia RS-28 con capacidad hipersónica, que se someterá a pruebas en 2016, informa la cadena rusa Zvezda.
Fuente: mundo.sputniknews.com
El nuevo misil ruso, denominado Sarmat, será capaz de alcanzar objetivos a una distancia de más de 10 mil kilómetros en cualquier dirección, incluso a través del Polo Norte o el Polo Sur.
El proyecto de un misil balístico moderno de dos etapas y de combustible líquido ha sido elaborado desde 2009 con el fin de reemplazar al ‘veterano' soviético R-36M Voevoda ("Comandante" o "Jefe militar", en ruso), que en la codificación de la OTAN figura bajo el nombre de Satanás. La retirada de los Voevoda del servicio se prevé para el año 2018, y la Defensa rusa busca finalizar el nuevo misil para este momento.
Además, en las últimas décadas los sistemas antimisiles se desarrollaron tanto cualitativamente —con nuevos tipos de misiles y sistemas de apuntación— como cuantitativamente —con la aparición de los sistemas de defensa de base naval, así como de las instalaciones antimisiles en Europa—, por lo cual el nuevo misil intercontinental debe poseer la capacidad de superar cualquier tipo de defensa.
"En este sentido, el misil Sarmat no solo se convierte en el sucesor del R-36M, sino, hasta cierto punto, determinará la dirección de desarrollo de las medidas de disuasión nuclear en el mundo", señala Zvezda.
Cabe destacar que la característica más importante para la capacidad de superar la defensa aérea es la velocidad. Mientras el antiguo Satanás pesa 200 toneladas, el nuevo misil reduce este volumen dos veces, obteniendo una eficacia energética superior.
No obstante, el vuelo del misil mismo, aunque es una parte esencial, es menos importante que el descenso de sus ojivas, las cuales son también una parte integral de cualquier proyecto de misiles balísticos intercontinentales. Los detalles sobre estos puntos clave del Sarmat todavía permanecen clasificados.
Durante la etapa final del vuelo, las ojivas de los misiles balísticos contemporáneos alcanzan velocidades hipersónicas de hasta 7 kilómetros por segundo. Con el uso de la protección termal y con el sacrificio de la velocidad hasta unos 3 mil kilómetros por hora, las ojivas actuales obtienen un cierto grado de maniobrabilidad. Sin embargo, para Sarmat los especialistas contemplan un alto grado de control a velocidades entre 6 mil y 10 mil kilómetros por hora, es decir, hasta diez veces más que la velocidad del sonido. Para lograrlo, necesitarán solucionar una multitud de problemas de ingeniería, así como encontrar una vía para adaptarse a las leyes de la física de grandes velocidades.
El nuevo misil hipersónico Sarmat forma parte del programa de Rusia que se lleva a cabo para contrarrestar el concepto de Ataque Global Inmediato de EEUU. El concepto, en breve, prevé utilizar un rápido ataque con armas convencionales para eliminar la capacidad de una respuesta nuclear en los primeros minutos o incluso segundos de una "guerra" eventual.
Según admiten algunos expertos, los misiles americanos en desarrollo carecerán de velocidad hipersónica, convirtiéndose en un blanco vencible para los sistemas de defensa antimisiles, y en caso de un ataque sorpresa una respuesta estaría asegurada a condición de que el contrataque supere la defensa antimisiles del enemigo, lo que Sarmat está diseñado para hacer.
La fase definitiva del proceso de construcción, que permanece aún en secreto, está por terminar, según los datos filtrados. Así, a principios de mayo se ensayaron con éxito las ojivas hipersónicas para el aparato.
"En los años 90 debido a una economía debilitada los proyectos rusos sobre las armas hipersónicas fueron congelados, pero eso no quiere decir que son imposibles de crear y poner en servicio", concluye Zvezda.
Fuente: mundo.sputniknews.com
El nuevo misil ruso, denominado Sarmat, será capaz de alcanzar objetivos a una distancia de más de 10 mil kilómetros en cualquier dirección, incluso a través del Polo Norte o el Polo Sur.
El proyecto de un misil balístico moderno de dos etapas y de combustible líquido ha sido elaborado desde 2009 con el fin de reemplazar al ‘veterano' soviético R-36M Voevoda ("Comandante" o "Jefe militar", en ruso), que en la codificación de la OTAN figura bajo el nombre de Satanás. La retirada de los Voevoda del servicio se prevé para el año 2018, y la Defensa rusa busca finalizar el nuevo misil para este momento.
Además, en las últimas décadas los sistemas antimisiles se desarrollaron tanto cualitativamente —con nuevos tipos de misiles y sistemas de apuntación— como cuantitativamente —con la aparición de los sistemas de defensa de base naval, así como de las instalaciones antimisiles en Europa—, por lo cual el nuevo misil intercontinental debe poseer la capacidad de superar cualquier tipo de defensa.
"En este sentido, el misil Sarmat no solo se convierte en el sucesor del R-36M, sino, hasta cierto punto, determinará la dirección de desarrollo de las medidas de disuasión nuclear en el mundo", señala Zvezda.
Cabe destacar que la característica más importante para la capacidad de superar la defensa aérea es la velocidad. Mientras el antiguo Satanás pesa 200 toneladas, el nuevo misil reduce este volumen dos veces, obteniendo una eficacia energética superior.
No obstante, el vuelo del misil mismo, aunque es una parte esencial, es menos importante que el descenso de sus ojivas, las cuales son también una parte integral de cualquier proyecto de misiles balísticos intercontinentales. Los detalles sobre estos puntos clave del Sarmat todavía permanecen clasificados.
Durante la etapa final del vuelo, las ojivas de los misiles balísticos contemporáneos alcanzan velocidades hipersónicas de hasta 7 kilómetros por segundo. Con el uso de la protección termal y con el sacrificio de la velocidad hasta unos 3 mil kilómetros por hora, las ojivas actuales obtienen un cierto grado de maniobrabilidad. Sin embargo, para Sarmat los especialistas contemplan un alto grado de control a velocidades entre 6 mil y 10 mil kilómetros por hora, es decir, hasta diez veces más que la velocidad del sonido. Para lograrlo, necesitarán solucionar una multitud de problemas de ingeniería, así como encontrar una vía para adaptarse a las leyes de la física de grandes velocidades.
El nuevo misil hipersónico Sarmat forma parte del programa de Rusia que se lleva a cabo para contrarrestar el concepto de Ataque Global Inmediato de EEUU. El concepto, en breve, prevé utilizar un rápido ataque con armas convencionales para eliminar la capacidad de una respuesta nuclear en los primeros minutos o incluso segundos de una "guerra" eventual.
Según admiten algunos expertos, los misiles americanos en desarrollo carecerán de velocidad hipersónica, convirtiéndose en un blanco vencible para los sistemas de defensa antimisiles, y en caso de un ataque sorpresa una respuesta estaría asegurada a condición de que el contrataque supere la defensa antimisiles del enemigo, lo que Sarmat está diseñado para hacer.
La fase definitiva del proceso de construcción, que permanece aún en secreto, está por terminar, según los datos filtrados. Así, a principios de mayo se ensayaron con éxito las ojivas hipersónicas para el aparato.
"En los años 90 debido a una economía debilitada los proyectos rusos sobre las armas hipersónicas fueron congelados, pero eso no quiere decir que son imposibles de crear y poner en servicio", concluye Zvezda.
Hoy en día, cuando varias naciones desarrollan este tipo de armamentos, así como nuevas formas de defensa antimisiles, los diseñadores rusos buscan mantener la paridad y asegurar la disuasión de cualquier agresor eventual.
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