Montevideo
Por: Gabriel Porfilio
El nuevo Gobierno argentino, presidido por Mauricio Macri, ha decidido desprogramar una buena parte de la flota aérea presidencial.
Actualmente, la flota, que es operada por la Fuerza Aérea Argentina, está encabezada por el avión matrícula T-01, un Boeing 757 que se encuentra fuera de servicio por estar pendiente una revisión mayor, avaluada en unos 20 millones de dólares, y porqque no existen en la fuerza pilotos calificados para volarlo.
También hay dos antiguos Fokker 28 (T-02 y T-03) y un Boeing 737-500 (T-04), todos con problemas de mantenimiento derivados de la escasez de repuestos. Además, sobre estos aviones existen dudas referentes al proceso de adquisición, particularmente en el caso del Boeing 737, que pertenecía a Aerolíneas Argentinas.
En el sector de alas rotatorias se dará de baja al helicóptero Sikorsky S-70 (VH-60N), matricula H-01, por dificultades de mantenimiento y se mantendrán los dos Sikorsky S-76B, matrículas H-02 y H-03.
El presidente, a partir de ahora y por lo menos a medio plazo, se desplazará en vuelos comerciales o chárter cuando los destinos sean de larga distancia y utilizará el avión Learjet 60 (T-10) para vuelos dentro del país.
La flota presidencial es motivo de críticas de partidos políticos de oposición desde hace décadas. Esas críticas se refieren a si es realmente necesario contar con una flota tan extensa y onerosa de mantener, una flota que, además, está salpicada denuncias sobre supuestos malos manejos de fondos públicos por compras que no serian convenientes para la Nación y casos de corrupción.
Foto: Telam
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